MARÍA INÉS TAPIA VERA- XILOGRAFÍAS

Søren Kierkegaard La xilografía es un arte resistente. Las sucesivas oleadas modernizadoras, con erfeccionamientos técnicos en el arte tanto de la reproducción fiel del dibujo como del multicopiado –aguafuerte, serigrafía, litografía y derivados-, resultaron un acucioso desafío. La ausencia de carácter proteico de su técnica –tallado en madera y estampado de un número limitado de copias a partir del taco- fue no su condenación, como era de prever, sino la clave de su remoción. La xilografía cambió y se adaptó porque permaneció fiel a su esencia: la simpleza y rotundidad en el trazo, aunada a la nobleza de la madera que por su relativa maleabilidad transfiere su impronta a la estampa –su rugosidad, sus poros, su veteado- son marcas que en los grabadores de nuestra época relucen cuando a la maestría técnica se une la potencia del dibujo y la sutileza en el desempeño del color. Si, como en el caso de María Inés Tapia Vera, además se le suma la capacidad de capturar con ojo aviz...