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CULTURA VICÚS-PERÚ Y ETAPA CHAVIN
http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_Vic%C3%BAs http://www.historiacultural.com/2009/04/la-cultura-vicus-intermedio-temprano.html La cultura Vicús, tiene tres etapas: Etapa Chavín/ Etapa de desarrollo original/ Etapa de influencia Mochica- Textil Chimú textil Chimú news.bbc.co.uk Vestimenta ceremonial de un niño de la nobleza: corona, unku)camisa) con diseño de cruz andina. Cetro con plumas y zapatos con adornos de plata. news.bbc.co.uk
FRANCISCO DE QUEVEDO
Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
¿Cómo abordar el potencial crítico de los conceptualismos de los sesenta y setenta, sin despojar a las obras de la conflictividad que articuló, en cada contexto, su producción y circulación, sin desactivar su productividad disidente? ¿Cómo construir nuevos relatos susceptibles de interpelar estas prácticas en su espesor disruptivo, fuera de su cómoda canonización al interior de narraciones cristalizadas, como mera “marginalidad desobediente”? Estas preguntas percuten en aquella que se interroga sobre los límites y los alcances de la misma categoría “conceptualismo” a la hora de pensar estas propuestas. Me importa señalar que, incluso cuando comparto la preocupación de Vindel por profundizar en las nociones que los mismos artistas elaboraron para reflexionar sobre sus prácticas (39), no se trata de renunciar, sin más, al término “conceptualismo”: éste no es potestad exclusiva del centro. Al fin y al cabo, un término depende de los “usos” que hagamos de él. El problema es, entonces, ¿cómo usarlo? Mediante un desamarretáctico de sus rígidas ataduras significantes, susceptible de interpelarlo en las asignaciones de sentido móviles y cambiantes que tramaron sus sucesivas (y simultáneas) reinscripciones, haciéndolo entrechocar (tensionando sus bordes) con las categorías otrasque artistas y teóricos propusieron, fracturando su estabilidad desde un trabajo crítico de la escritura que apueste a darle densidad y, al mismo tiempo, sea capaz de sostenerlo en una perturbadora no-definición, sin clausurar sus problemáticos contornos. Se trata de abrir los relatos instituidos a sus accidentes y porosidades, con el propósito de desmantelarlos en la explicitación de los mecanismos de poder que estas metanarraciones naturalizan y encubren en la cuidada geografía que diagraman en sus recorridos preestablecidos. La vanguardia de los sesenta y setenta requiere del trazado de “nuevas genealogías […] que compliquen su pasado y den apoyo a su futuro” (40). Si las prácticas conceptuales no constituyen un episodio cerrado y definitivo dentro del arte argentino y latinoamericano, sino abierto a la apuesta conflictual de sucesivas relecturas e interpelaciones, interesa asimismo preguntarnos por los modos en que este problemático legado extiende sus efectos al presente para, lejos de confinarlo al pasado, recuperarlo en su posibilidad de embestir el hoy (todavía) con nuevas e inquietantes resonancias de sentido.
ResponderEliminarFernando Davis
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