GUILLERMO KUITCA, EN EL MNBA
Comentario sobreSin título
“La cama y el mapa –ha explicado Guillermo Kuitca– eran para mí imágenes de dos espacios extremos –la cama como el espacio más privado y el mapa como el espacio más público posible– y pienso que, cuando pinté los mapas sobre colchones, esos extremos, la cama y el mapa, se reunían”.[1]
Dicha reunión tuvo lugar hacia 1989, primero en forma de colchones colgados sobre la pared al modo de cuadros; y más tarde en forma de colchones horizontales apoyados en el piso como en el caso de esta instalación sin título. En la Bienal de San Pablo de aquel año Kuitca mostró estas dos resoluciones junto a obras pictóricas en las que se representaba la vista en planta de un departamento.
Desde 1982 la cama ha sido un elemento constante en la obra de Kuitca. La misma aparece al menos desde en Nadie olvida nada (1982), una serie que ha sido relacionada con el terrorismo de Estado que azotó a la Argentina durante la última dictadura.[2] Allí, este objeto cotidiano flota en un espacio pictórico vacío de referencias, en algunos casos de manera solitaria y, en otros, junto a esquemáticas figuras femeninas y masculinas. También está presente en la serie Siete últimas canciones (1986) en medio de amplias arquitecturas que por su reduccionismo se muestran más como escenarios teatrales que como espacios concretos y habitables. Al igual que en Nadie…, la cama es acompañada por sintéticas figuras humanas, entre otros elementos.
Más allá de la particularidad que presenta cada una de estas series, en ambas el espacio posee un lugar protagónico, aspecto que el teórico alemán Andreas Huyssen ha señalado como el tema que atraviesa la totalidad de la producción de Kuitca.[3] Luego de Siete últimas… el espacio se desprende de su relación con la figura humana para mostrarse bajo la forma de plantas de departamentos, mapas de ciudades y de rutas sobre lienzos o sobre colchones, de diagramas de butacas de salas de teatros, de cintas trasportadoras de equipajes de aeropuertos y de pistas de aterrizaje.
Estos espacios funcionan en la obra de Kuitca como una suerte de módulos iconográficos combinables capaces de entrelazarse de diferente manera de acuerdo a la necesidad de cada escena pictórica. Ejemplo de ello es Coming Home (1990), donde una planta de departamento fugada hacia dentro del cuadro, de un color azulado apenas más claro que el azul nocturno que la rodea, se presenta al mismo tiempo como una pista de aterrizaje gracias a la pequeños toques de blanco que, marcan su contorno como si fueran señales lumínicas. En su interior, entre otros objetos, se delinea la cama, símbolo último de la llegada a casa.
Kuitca comenzó sus estudios de pintura a la edad de nueve años en el taller de Ahuva Szlimowicz y a los trece realizó su primera exhibición individual en la conocida galería Lirolay, donde vendió la mitad de las obras que presentó.[4]A principios de la década del ochenta su interés por el teatro lo llevó a desarrollar en colaboración con Carlos Ianni performances y puestas en escenas vinculadas con sus pinturas. Entre fines de aquella década y comienzos de la del noventa se publicó el primer libro antológico de su trabajo (Kuitca, Buenos Aires, Julia Lublin, 1989) y expuso en la Bienal de San Pablo (1989), en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1991) y en la Documenta de Kassel (1992). En 1991 emprendió el programa educativo “Beca Kuitca” por el cual pasaron muchos de los jóvenes protagonistas del arte reciente de nuestro país.Natalia Pineau
Dicha reunión tuvo lugar hacia 1989, primero en forma de colchones colgados sobre la pared al modo de cuadros; y más tarde en forma de colchones horizontales apoyados en el piso como en el caso de esta instalación sin título. En la Bienal de San Pablo de aquel año Kuitca mostró estas dos resoluciones junto a obras pictóricas en las que se representaba la vista en planta de un departamento.
Desde 1982 la cama ha sido un elemento constante en la obra de Kuitca. La misma aparece al menos desde en Nadie olvida nada (1982), una serie que ha sido relacionada con el terrorismo de Estado que azotó a la Argentina durante la última dictadura.[2] Allí, este objeto cotidiano flota en un espacio pictórico vacío de referencias, en algunos casos de manera solitaria y, en otros, junto a esquemáticas figuras femeninas y masculinas. También está presente en la serie Siete últimas canciones (1986) en medio de amplias arquitecturas que por su reduccionismo se muestran más como escenarios teatrales que como espacios concretos y habitables. Al igual que en Nadie…, la cama es acompañada por sintéticas figuras humanas, entre otros elementos.
Más allá de la particularidad que presenta cada una de estas series, en ambas el espacio posee un lugar protagónico, aspecto que el teórico alemán Andreas Huyssen ha señalado como el tema que atraviesa la totalidad de la producción de Kuitca.[3] Luego de Siete últimas… el espacio se desprende de su relación con la figura humana para mostrarse bajo la forma de plantas de departamentos, mapas de ciudades y de rutas sobre lienzos o sobre colchones, de diagramas de butacas de salas de teatros, de cintas trasportadoras de equipajes de aeropuertos y de pistas de aterrizaje.
Estos espacios funcionan en la obra de Kuitca como una suerte de módulos iconográficos combinables capaces de entrelazarse de diferente manera de acuerdo a la necesidad de cada escena pictórica. Ejemplo de ello es Coming Home (1990), donde una planta de departamento fugada hacia dentro del cuadro, de un color azulado apenas más claro que el azul nocturno que la rodea, se presenta al mismo tiempo como una pista de aterrizaje gracias a la pequeños toques de blanco que, marcan su contorno como si fueran señales lumínicas. En su interior, entre otros objetos, se delinea la cama, símbolo último de la llegada a casa.
Kuitca comenzó sus estudios de pintura a la edad de nueve años en el taller de Ahuva Szlimowicz y a los trece realizó su primera exhibición individual en la conocida galería Lirolay, donde vendió la mitad de las obras que presentó.[4]A principios de la década del ochenta su interés por el teatro lo llevó a desarrollar en colaboración con Carlos Ianni performances y puestas en escenas vinculadas con sus pinturas. Entre fines de aquella década y comienzos de la del noventa se publicó el primer libro antológico de su trabajo (Kuitca, Buenos Aires, Julia Lublin, 1989) y expuso en la Bienal de San Pablo (1989), en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1991) y en la Documenta de Kassel (1992). En 1991 emprendió el programa educativo “Beca Kuitca” por el cual pasaron muchos de los jóvenes protagonistas del arte reciente de nuestro país.Natalia Pineau
(...)Casi un cuarto de siglo más tarde, Modernismo después de la posmodernidad , recién distribuido por Gedisa, revisa críticamente esos problemas y esas esperanzas. Los objetos ya no son Peter Weiss, Hollywood, el arte pop, Warhol, Duchamp sino la nostalgia de las ruinas, la pintura de Guillermo Kuitca, la escultura de la colombiana Doris Salcedo, W. G. Sebald, el fin de siècle vienés, las políticas de la memoria y, de manera más general, los vínculos entre historia y memoria; la perspectiva es más abierta, pero los intereses son los mismos. Acaso por eso Huyssen no concibe este libro en oposición al anterior. " Después de la gran división discutía que mucho de lo que se entendía como posmodernismo en las artes constituía una apropiación y transformación específicamente estadounidenses de las vanguardias históricas europeas", explica. "Y el posestructuralismo, por lo general identificado equivocadamente en Estados Unidos con lo posmoderno, proporcionaba una genealogía teórica del modernismo antes que una ruptura posmoderna con el pasado. Gran parte de este análisis sigue vigente, aun cuando en su momento pueda haber subestimado los tráficos entre el alto modernismo y los medios populares. En este sentido, este nuevo libro no constituye ni una corrección ni una mirada retrospectiva. Es una tentativa de abordar algunos de los cambios culturales y políticos que se produjeron desde principios de la década de 1990: la extensión geográfica del modernismo en el mundo colonial y poscolonial, las modernidades alternativas y la política de la memoria en la literatura y en las artes."
ResponderEliminarModernismo(...) www.lanacion.com.ar-2010
Sin título
ResponderEliminarAUTOR: Kuitca, Guillermo
Nacionalidad Argentina
(Argentina, Buenos Aires, 1961 )
FECHA: 1995
ORIGEN: Adquisición, Kuitca, Guillermo. 1996
GÉNERO: objeto, posconceptualismo, transvanguardia
ESCUELA: Argentina S.XX
TÉCNICA: Composición Con Diversos Elementos
OBJETO: Instalación
ESTILO: Conceptualismo
SOPORTE: Sobre colchones
MEDIDAS: 114 x 300 x 39 cm. (114 x 57,5 x 38 cm. cada pieza)
Los mapas sobre colchones, que Kuitca inició en 1989, contienen temas
ResponderEliminarque tienen un significado personal y familiar.Ha realizado escenografías teatrales. Este blog. tiene bastantes temas sobre este creador, que hoy me resultan inhallables