La mayoría de las representaciones de avestruces muestran al macho en actitud de cortejo: el cuello erguido, las patas flexionadas y las alas bajas y semiabiertas. La línea serpenteante que sale del pico representaría el sonido que emite el macho en celo y la cruz que muchas veces aparece en el interior del cuerpo, la partición del universo en los puntos cardinales. Gran parte de las imágenes desarrolladas por esta cultura llegan hoy a nosotros integradas al diseño de objetos de la vida cotidiana, tales como piezas de cerámica, elementos textiles, indumentaria, etcétera. La principal temática de las imágenes está relacionada con la naturaleza, especialmente el mundo animal. En ellas se combina la estilización de las formas naturales con elementos geométricos. Generalmente estas formas encierran diferentes significaciones vinculadas a la religión y las creencias. Lamentablemente, en nuestro país se han perdido o destruido los códices que permitirían su desciframiento, ya que los conqu...
Henri Rivière, grabador y litógrafo
ResponderEliminarfotografía
Henri Rivière
Madame Rivière en el balcón del apartamento del 29, boulevard de Clichy
© ADAGP, Paris © Musée d'Orsay, dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Extraordinariamente apreciado al otro lado del Atlántico y saludado por todos los especialistas del grabado sobre madera como un maestro sin igual, Henri Rivière (1864-1951) es poco conocido del público francés. Al margen del impresionismo y del japonismo, fue un autodidacta indiferente a las modas, técnico prodigioso e infatigable, ávido de perfección pero modesto y discreto.
Cliente asiduo del cabaré del Chat Noir, frecuentaba a Degas y fue el litógrafo más apreciado del impresor Verneau. Logró reunir una de las más interesantes colecciones parisienses de objetos de Extremo Oriente. Sin embargo, nada de eso tenía importancia a sus ojos, comparado con su incesante meditación poética sobre la naturaleza, el amor por su esposa y su amistad por algunos amigos selectos. Ello justificaba las largas horas que pasaba pintando a la acuarela los paisajes de Bretaña, cuya belleza salvaje sabía expresar. Los colores emotivos de las láminas litografiadas de la "Región Azul de Bretaña" que preparó a su regreso a París, o la elección de las tonalidades suaves y translúcidas de los grabados sobre madera de los "Paisajes bretones" revelan a un artista de sorprendente factura.
En la obra de Rivière, todo respira la simplicidad, la "ingenuidad sublime", la intransigencia del mundo de la infancia, la fe (sin religiosidad) en la naturaleza, fuente eterna de inspiración. Tal vez radique allí el secreto de un artista que vivía fuera de su tiempo, como indiferente al éxito y a las mundanidades.
Comisaria de la exposición
François Fossier, conservador del departamento de Estampas de la Fotografía de la Biblioteca nacional, Françoise Heilbrun, conservadora jefe del Museo de Orsay, y Philippe Néagu, conservador del Museo de Orsay
www.musee-orsay.fr