La mayoría de las representaciones de avestruces muestran al macho en actitud de cortejo: el cuello erguido, las patas flexionadas y las alas bajas y semiabiertas. La línea serpenteante que sale del pico representaría el sonido que emite el macho en celo y la cruz que muchas veces aparece en el interior del cuerpo, la partición del universo en los puntos cardinales. Gran parte de las imágenes desarrolladas por esta cultura llegan hoy a nosotros integradas al diseño de objetos de la vida cotidiana, tales como piezas de cerámica, elementos textiles, indumentaria, etcétera. La principal temática de las imágenes está relacionada con la naturaleza, especialmente el mundo animal. En ellas se combina la estilización de las formas naturales con elementos geométricos. Generalmente estas formas encierran diferentes significaciones vinculadas a la religión y las creencias. Lamentablemente, en nuestro país se han perdido o destruido los códices que permitirían su desciframiento, ya que los conqu...
El 'peine de Pili'
ResponderEliminarEl primer Peine del Viento que realizó Eduardo Chillida fue en 1952, el que está en el Museo Reina Sofía, de Madrid. El último lo creó en 1999. Fue una de sus últimas esculturas porque al año siguiente cayó enfermo y dejó de trabajar. En total hay 24 peines del viento repartidos por el mundo. Fue una obra que siempre le obsesionó y a la que volvía una y otra vez. Sin duda, el más simbólico y conocido peine es el instalado en el mar de San Sebastián, el que hace el número XV, esas tres piezas aferradas a las rocas de la costa embravecida del Cantábrico. Pero, en la calma del Chillida-Leku, en los montes de Hernani, descansa otro peine muy especial, aquel que el escultor realizó a petición de su mujer, Pilar Belzunce. “Mi madre quería un peine y le pidió a mi padre que le hiciera uno”, explica Ignacio Chillida, uno de los hijos de la pareja y comisario de la muestra que se inaugura en la ciudad donostiarra. Hace el número XVII y es conocido en la familia como el peine de la ama (madre en euskera) o el peine de Pili. Esta escultura, de dos toneladas y medio de peso y que data de 1990, ocupará un lugar principal en la muestra que se inaugura el próximo jueves, en claro homenaje a Pilar Belzunce.elpais.com Babelia