jueves, 29 de septiembre de 2011

EL ENIGMA DEL DESEO(MI MADRE MI MADRE MI MADRE)-1929

El espectro del sex appeal(1934)
Múnich-Staat Galerie
 El espectro del sex appeal(1934)se tambalea ante un Dalí / El Gran Masturbador, 1929

4 comentarios:

  1. La Madre de Dalí,aparece pocas veces en su obra,pero no por indiferencia sino por dolor.En el "Enigma del Deseo"1929 la roca erosionada contiene la invocación que se repite sin cesar ma mére,ma mére,como la pena nunca mitigada por su ausencia.La formación de Dalí consistió en el estudio de los Grandes Maestros,de las fuentes clásicas,en la precisión del detalle,en la modulación de la luz.Estudió a los grandes maestros italianos pero de modo preferente al Gran Rafael,Velázquez,Arcimboldo,Ingres,el Bosco.Dalí,personaje de suma inteligenca y gran lector,seguidor del progreso científico de su época.Fuente:Teresa Camps-Profesora de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Barcelona

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  2. El enigma del deseo es una de las primeras variaciones de Dalí sobre el tema del gran masturbador , cuyo rostro, con los ojos cerrados, descansa sobre el suelo. En los alveolos se puede leer, obsesiva la inscripción "ma mere"

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  3. Lacan visita a Dalí y, dos años más tarde, la aparición de su tesis "De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad" confirma la intuición del pintor. Para Dalí el delirio de interpretación no es un razonamiento a posteriori destinado a legitimar una percepción falsa , sino que es inherente al fenómeno mental inconsciente a la obra en la percepción. La percepción es paranoica por naturaleza, la visión no es más que una ionterpretación: "La consideración del mecanismo paranoico como fuerza y poder agente en la propia base del fenómeno de la personalidad , de su carácter homogéneo y total se confirma de forma rigurosa mediante la admirable tesis de Lacan", afirma Dalí en el primer número de la revista Minotaure. A pocas páginas de este texto, Lacan explica que la experiencia paranoica engendra una "sintaxis original" cuyo mecanismo es una vía de acceso destacable para los valores simbólicos del arte y especialmente y especialmente para los problemas de estilo, de las virtudes de convicción y de comunicación humana..." Dalí orgulloso de este aval científico, atribuye a la imagen paranoica un grado de "irracionalidad concreta que deniega a sus viejos enemigos, el automatismo y el sueño. "La obra de Lacan da perfecta cuenta de la hiperagudeza objetiva y comunicable del fenómeno gracias, gracias al cual el delirio adquiere este carácter tangible e imposible de contradecir que lo coloca en las antípodas de la estereotipia del automatismo y del sueño. El delirio paranoico constituye por sí mismo una forma de interpretación".
    Con este concepto de irracionalidad concreta, Dalí se lanza a la conquista de lo irracional, título de su decisivo ensayo de 1935, a riesgo de transformar la experiencia paranoica en un "método paranoico crítico", según la expresión acuñada por André Bretón, que se convierte en una etiqueta al servicio de una imaginería manierista.
    La imagen que agrego es de "El espectro del sex appeal", se tambalea ante los ojos horrorizados de un Dalí vestido de marinero, en una de las calas del campo de Creus. A punto de derrumbarse, a pesar de las muletas , en un último espasmo. Los huesos que revientan la piel, la podredumbre y los icores evocan los monstruos que Maldororentrevé en la orilla.
    Fuente: Jean-Louis Gaillemin, Dalí, El gran paranoico www.blume.net, 2011

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  4. Salvador Dalí - El gran masturbador - 1929.
    Óleo sobre lienzo. 110 x 150,5 cm. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.
    Este cuadro, formalmente tiene las características de toda su pintura surrelista: una unidad equilibrada a pesar del gran número de elementos que posee, y el espacio inmenso que junta el cielo y la tierra en la lejanía. Dalí ya es surrealista y ello le permite reflejar en sus obras su vida y todas sus obsesiones. Una de ellas es el sexo. Profundo conocedor de los estudios de Freud, Dalí no esconde su personalidad ni sus problemas que da a conocer tanto en sus cuadros como en sus entrevistas. Esta personalidad abierta le diferencia de todos los otros artistas del movimiento surrealista. En la obra todo tiene su significado más o menos ambiguo.

    El elemento central es su autorretrato estilizado, pero con los rasgos más característicos de Dalí: cara amarilla como la cera, una enorme nariz, rostro alargado. Un autorretrato que a partir de ahora repetira constantemente, estilizado pero reconocible: la gran nariz, el color amarillento y cara alargada. Está claro que el protagonista de todas las alegorías es él, y pegado a su figura hay numerosos elementos con significados variados. Adheridos al autorretrato hay unos objetos: una langosta o saltamontes enorme con el vientre plagado de hormigas, un anzuelo, una cabeza de león, unos guijarros, conchas de playa, emergiendo de ese autorretrato de lo que sería el cuello una figura de mujer de rasgos muy modernistas, rostro que se aproxima a unos genitales masculinos enfundados en unos calzoncillos muy ceñidos.

    El tema de la masturbación aparece en la mujer de estilo modernista que surge de su retrato y cuyo rostro esta cerca de unos genitales masculinos escondidos en unos calzoncillos ceñidos. Pegada a la mujer hay un lirio, que simboliza la pureza, una enrevesada forma de definir a la masturbación como la relación sexual más pura. Como es constante desde que la conoció, Gala aparece representada, en este caso en la pareja que está abrazada debajo de la figura principal. Las pestañas largas de todos los autorretratos de este estilo que se hizo Dalí representan la esperanza de cumplir sus sueños.

    Este cuadro es el compendio y resumen de todas las obsesiones de Dalí, quien conocía la obra de Freud y ha afianzado ya su relación con los Surrealistas por ello se permite utilizar, aunque transformándolo a su antojo y para su conveniencia las ideas de Freud pues en ellas encuentra las explicaciones a su personalidad, sus problemas y obsesiones sexuales. Este cuadro es una autoafirmación, es el cuadro en el que saca la luz pública sus más íntimas preocupaciones, hasta rayar en la osadía, osadía que ningun otro miembro del grupo Surrealista se había atrevido a mostrar. Es el Dalí que perdura hasta su muerte y al que los propios surrealistas acabarían por expulsar de su círculo.

    El cuadro juega, sobre todo, con la ambigüedad de las imágenes. Esa ambigüedad que en principio pasa desapercibida por la contundencia del dibujo, la claridad de las imágenes utilizadas, cuando en realidad nada es lo que parece. Esta ambigüedad culmina con la creación del metódo paranoico-crítico que está a punto de surgir y del que este cuadro puede considerarse antecedente.

    Todos los elementos son simbólicos. Los saltamontes aterrorizan a Dalí desde su infancia y en este caso se ha enfatizado la forma fálica del mismo, junto a las hormigas que simbolizan la muerte, el impulso sexual sería su forma de superación. Un anzuelo como atadura a la familia, el león como deseo sexual, usa piedras como su pasado, una figura aislada como soledad... Dalí tenía grandes problemas de definición sexual, García Lorca tuvo una conocida relación con él, pero nunca quedo clara su implicación.
    (...)


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