AI WEIWEI-PEKÍN 1957
Este domingo, dos semanas después de la detención, y respondiendo a la convocatoria internacional “1.001 sillas para Ai Weiwei”, se han colocado sillas vacías en las embajadas chinas de capitales de medio mundo para preguntar “¿Dónde está Ai Weiwei?” y, con él, todos aquellos, menos conocidos, que continúan detenidos en China por razones políticas. La convocatoria hacía referencia a las 1.001 sillas de la dinastía Qing que Weiwei llevó a la última Documenta de Kassel, en el año 2007, y que repartió por los diferentes escenarios de la exposición: con ellas, el artista pretendía, desde la práctica artística, ofrecer espacios para una socialidad posible. Y, en efecto, la gente de paso por Kassel las empleaba para descansar, claro, pero también para conversar con desconocidos e intercambiar impresiones. Weiwei también llevó a Kassel a 1001 compatriotas suyos con la voluntad de confrontar identidades diversas: las chinas y las europeas.
Los artistas, poetas o cineastas no merecen mayor compasión que sus conciudadanos. Pero sabemos que cuando se les persigue a ellos, la veda está abierta. En el suelo de la Belbelplatz de Berlín, un cristal permite ver La biblioteca vacía, de la artista Mischa Ullman, que recuerda cómo se acaba cuando se empieza prohibiendo libros o arte.
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Hace unos pocos días se hacía mención en este mis mo blog al "Cilindro de Ciro"obra expuesta en Iran y que data del año 539 antes de la era cristiana,primera manifestación de derechos que solicitaba la vuelta a sus respectivos países para venerar a sus dioses.Y,hoy con tantos siglos transcurridos asistimos a la repetición irremediable de situaciones ligadas a la libertad y derecho de las personas.Por favor,recapacitar,sobre cuestiones básicas.
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