15-MINUTOS DE "INTERRUPCIÓN" EN LA BIENAL DE ESTAMBUL
Plan de Bienal de Estambul Artistas 15-Minute "Interrupción" 01 DE SEPTIEMBRE 2015 Bienal de Estambul de Carolyn Christov-Bakargiev abre esta semana, y un grupo de artistas tienen la intención de infundir la abertura con un reconocimiento de la reciente agitación política que aflige a la minoría kurda de Turquía. Una carta enviada esta mañana a todos los participantes bienales "proponer [s] que todos suspendemos presentación de nuestros trabajos durante 15 minutos durante la inauguración de la Bienal" en reconocimiento a la ruptura violenta en las conversaciones de paz entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el gobierno de Turquía en las últimas semanas. Firmado por participante bienal basado en Mardin Pelin Tan y su Colectivo ArtikIsler, junto con el editor de artista y e-flux Anton Vidokle, la misiva pretende infundir un sentido de urgencia en lo que ya es un programa bienal políticamente sensible. "Con Anton, pens...
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Hou Hsiao-hsien. El vuelo del cine asiático
El director taiwanés vuelve a unir Francia con Asia
Los lazos entre las cinematografías asiáticas y francesa se estrechan. Hou Hsiao-hsien estrena El vuelo del globo rojo, aproximación poética al mundo de la infancia en la que el minismalismo y los principios del cine galo se dan de la mano. Tsai Ming Lian o Olivier Assayas van a la zaga.
CARLOS REVIRIEGO | 17/04/2009 | Edición impresa
Juliette Binoche en El vuelo del globo rojo
En el célebre artículo que Jacques Rivette dedicó a Kenji Mizoguchi hace cuarenta años en las páginas de Cahiers du cinéma, el director francés defendía la puesta en escena como verdadero lenguaje universal, indiferente a las fronteras idiomáticas y culturales. La puesta en escena es, efectivamente, lo que permite hoy al portugués Pedro Costa ver las películas de Yasujro Ozu sin subtítulos y entenderlas, a Olivier Assayas trabajar indistintamente en Hong Kong o en París, o a Hou Hsiao-hsien y Nobuhiro Suwa rodar con actores galos sin hablar una palabra de francés. Los ecos asiáticos en París o las resonancias parisinas en Asia encuentran en El viaje del globo rojo del taiwanés Hou Hsiao-hsien su penúltimo episodio, además de un perfecto paradigma desde el que poder trazar los caminos de ida y vuelta que han tejido una provechosa red de influencias en el cine de los últimos años.
Se ha convertido en un cliché decir que una película flota. También es un lugar común de la crítica cinematográfica citar a André Bazin. Pero en el caso de El vuelo del globo rojo -película inspirada en El globo rojo (1956) de Albert Lamorisse-, se hace especialmente difícil no recurrir a ellos. Por un lado, pocas experiencias frente a la pantalla grande nos transmiten la percepción vaporosa de estar navegando por la espuma de los días, en este caso por el devenir cotidiano de una madre soltera y su hijo. En el bullicioso apartamento donde viven Suzanne (Juliette Binoche) y Simon, entran y salen constantemente personas de toda índole, desde un afinador de pianos a un vecino moroso, y al otro lado de la ventana, quizá sólo visible a ojos del niño, vuela un globo rojo como si fuera la conciencia del tiempo. La dinámica de su vuelo se apropia de los movimientos etéreos de la cámara, de modo que Hou Hsiao-hsien nos propone sobrevolar con serenidad estas escenas cotidianas, habitarlas discretamente en su tiempo real, hacernos así sentir el flujo de la vida para transmitir con profunda melancolía la muerte de la infancia. En un claro gesto por inocular un rasgo distintivo de su cultura natal en su experiencia europea, el autor de El maestro de marionetas no sólo conjuga el papel de Binoche con un tradicional espectáculo de títeres chino, sino que en la piel de la niñera de Simon incorpora a la estudiante de cine Song Fang como un trasunto de sí mismo: observa discretamente el fluir de la vida y las gentes a su alrededor mientras filma un remake de El globo rojo.(...)
www.elcultural.es
El globo sobrevuela el barrio donde vive el niño. Suzanne,su madre está ensayando su nuevo espectáculo de marionetas de inspiración china.. El globo es libre de vagabundear. Es la película de un extranjero llena de perspectivas extrañas y basada en la dislocación.
ResponderEliminarComo si filmara una película muda, Hou escribió un guión sin diálogo y luego analizó cada escena con sus actores, quienes tuvieron que inventar sus propias líneas.
La película está animada no solo por las travesuras del juego de las escondidas del globo rojo sino por el extravagante como una exhausta artista giro de Binoche como la exhausta artista de "Performance".
Es un globo rojo misteriosamente sensible que hace amistad con un niño solitario.
El Musée d O¨rsay ¨le encargara hacer una remake a Hou del filme de Lamorisse del año 1956.
Hay ritmos inesperados y sorpresas visuales; la pantalla con la sombra del globo, su imagen en espejo y su presencia huidiza cuando se eleva y parte quedar fuera de la historia,
J, Hoberman, la ha seleccionado entre un grupo de películas destinadas al estudio del cine.En, El cine después del cine.oc/citada en este blog
ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS Cannes 18 MAY 2007
ResponderEliminarArchivado en: Directores cine Hou Hsiao Hsein Festival Cannes Festivales cine Gente Cine Sociedad
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Toda una generación lloró a finales de los años cincuenta con El globo rojo, la película de Albert Lamorisse que contaba la amistad entre un niño solitario y un gigantesco globo rojo que le seguía por las calles de París. La película logró en 1956 la Palma de Oro de Cannes al mejor cortometraje y un año después un oscar al mejor guión original. Hoy pocos niños conocen aquella fábula sentimental, aunque lo más probable es que a la mayoría sólo les parecería una aburrida cursilada sobre un pobre niño y un globo idiota que pasean durante 34 minutos por una ciudad sin abrir boca. Pero ayer, medio siglo después de aquel idilio, un cineasta chino, Hou Hsiao Hsein, abría el concurso de la sección Una Cierta Mirada con una bella revisión del clásico francés.
Afortunadamente, el director de Millenium mambo (un cineasta que sabe deambular con su cámara por cualquier ciudad hasta hacerla suya) no ha querido repetir lo irrepetible y en El viaje del globo rojo hace una reflexión de casi dos horas de duración sobre la infancia y la inocencia alejada del viejo sentimentalismo de Lamorisse. Estamos otra vez en París, con una madre (Juliette Binoche) recién separada que trabaja (tiene una compañía de títeres) y que vive sola con su hijo de siete años. Incapaz de ordenar una vida que la desborda, la madre parece más una niña (por algo viste de rojo) mientras su hijo (serio y observador) apenas sonríe. La película arranca con el niño insultando al globo rojo: "¡Estúpido, baja aquí ahora mismo!", mientras la madre parece aferrada a un mundo de juguetes arcaicos.
El viaje del globo rojo es la primera película de una serie pensada por el director del Museé d'Orsay, Serge Lemoine, que pretende llevar la mirada de artistas contemporáneos a los "tesoros" del museo parisiense. Los términos impuestos por Lemoine son sencillos: el museo debe aparecer de alguna manera en la película, aunque sólo sea en una breve escena. Hou Hsian Hsein es el primero de esos "nuevos creadores" que ha buscado en el museo un punto de partida para una película.
"Leí sobre París, sobre el cine francés y descubrí la película de Lamorisse", recuerda el cineasta chino. "Me resultó una película reveladora, sobre un niño que no tiene mucho espacio para vivir, pero que a la vez puede hacer lo que quiere; tiene una libertad de la que hoy carece cualquier niño en una ciudad".
Al niño de hoy le acompaña una niñera china que estudia cine; tiene (¿cómo no?) una familia desestructurada, con una hermana mayor que estudia en Bruselas y un padre que llama de tarde en tarde por teléfono. Su madre grita (algo exagerada la diva francesa) y el pequeño Simon juega con su playstation. Ante ellos, la joven china cuenta un cuento sobre un globo rojo que quiere rodar. Cine dentro del cine y la imposibilidad de la inocencia cuando vemos rodar por la calle al niño, seguido del globo, que a su vez es seguido por un hombre vestido de verde que desaparecerá gracias a las nuevas tecnologías digitales.(...) el pais.com
Morelia Mich. La belleza e inteligencia de la actriz francesa Juliette Binoche irradió todos los rincones del Centro Histórico de esta ciudad, para causar un hermoso alboroto en el desarrollo natural del doceavo Festival Internacional de Cine de Morelia con su deambular. Con una amplia sonrisa ella mencionó: “Los actores tenemos más duda y miedos frente a una cámara; el juego del actor es olvidarse de la cámara para actuar. Así que le doy la responsabilidad al director, al maquillista o al peinador que tengan la bondad de construirme o destruirme”.
ResponderEliminarCada una de las palabras que originó Juliette Binoche fueron absorbidas/anotadas/grabadas por la concurrencia en la presentación de su película Las nubes de María: “Cuando estamos bien filmados hay una belleza que aparece. Cuando sentimos una mirada elevadora, una mirada que espera, una mirada amorosa que podemos sentir y en eso hay un transformación celular que te hace vibrar desde dentro de manera diferente. Por eso la mirada de cada director es determinante para que cada actor se despierte y en eso hay una belleza”.
Contestando generosamente a cada uno de las preguntas que se le hicieron, Binoche ejemplificó: “Por ejemplo en mi personaje de Camille Claudel (Bruno Dumont, 2014) yo no tenía ningún maquillaje, estaba completamente al desnudo, desecha, en abandono... había una necesidad de eso porque cuando uno se arroja a un personaje así hay un contrato entre el papel y uno mismo. Hay que jugar a hacer el papel. Creo que nunca he estado más bella que en esa película, pero creo que es la responsabilidad del director y yo respondí al llamado. Olvidarse de uno mismo es esencial; el juego no es más que una posibilidad para olvidarse de uno mismo”.
Construyendo un puente tangible de palabras y con sus profundos ojos negros que han acompañado los últimos 25 años en la educación sentimental del Mundo Occidental, Binoche pasó a la segunda pregunta de La Jornada: “Yo no me desprendo del papel, es más entrar en contacto conmigo misma de otra forma. Nunca me salgo de un personaje, se vuelve parte de mí. Porque para mí no hay un corte. Es más como ir de una pintura a otra, vamos de un personaje a otro, pero siempre con sensibilidad. Pero como actores tenemos el ritmo de la inteligencia, seguimos teniendo nuestro cuerpo. Es la misma cosa sólo que en cada actuación la dirigimos de forma diferente”.
En otro momento y haciendo sentir especial a cada uno de los reporteros que le alcanzaron a preguntar en los 60 minutos que duró su presentación; Juliette Binoche desechó entender el significado de un personaje feo: “No sé lo que significa o lo que es feo. La película Las nubes de María, tiene momentos muy desagradables que hacen que la actriz protagónica pierda su poder por o tener más papeles en Hollywood, entonces hay una especie de enervamiento que ella comparte con el mundo, una especie de flojera en todo el papel que jugué y que atraviesa situaciones extremadamente difíciles con respecto a su marido y que la convierten en los que podríamos llamar fea, desagradable. Pero en un actor siempre hay el placer de ir hacia todas las emociones posibles... Nunca he tomado un papel porque fuera bonito, sino porque cuando hay una transformación esa es la clave”.
Con una delicadeza que rayaba en lo sensible, la actriz quien ha sido dirigida por importantes directores de todo el mundo, confesó que le gustaría trabajar con Alejandro González Iñárritu: “La filmografía mexicana está creciendo que resulta una maravilla ver sus películas en Francia... Además trabajé en Chile con la directora emxicana Patricia Riggen en la película Los 33 sobre lo mineros que quedan atrapados donde interpreto, lo siento, a una chilena, María Sergovia. Cuado ella y yo nos vimos sentimos un fulgor como si nos hubiéramos conocido de toda la vida o en una anterior... María me contó su terrible vida. Trabajó desde los seis años para sostener a sus hermanos... Lo siento no puedo seguir hablando de esto”, zanjó el asunto al tiempo de que sus ojos adquirían un tono cristalino.
www.unam.jornada.mx
Félix Vallotton, francés, (1865-1925) El globo-1899/ Museo de Orsay (París)
ResponderEliminarLa gracia sutil de esta imagen, que parece una fotografía tomada desde una ventana, viene de la impresión de movimiento que sugiere el pintor.
En busca de una pelota, la criatura, varón o niña, no se sabe, parece escapar del dominio angustiante de la sombra.
Contrariamente a lo que se plantea a menudo, no es la pelota roja lo que dio título a este cuadro, sino el globo amarillo, casi invisible, disimulado en la sombra de un bosque.
Félix Vallotton
ResponderEliminarFélix Vallotton fue un pintor y grabador de origen suizo, miembro del grupo de los Nabis que a finales del siglo XIX enlazó las novedades de los post-impresionistas con la nueva generación vanguardista de principios del XX. Wikipedia
Fecha de nacimiento: 28 de diciembre de 1865, Lausana, Suiza
Fecha de la muerte: 29 de diciembre de 1925, París, Francia
Período: Nabis
Cónyuge: Gabrielle Rodrigues-Henriques (m. 1899–1925)
Educación: Académie Julian
en.wikipedia.org
El globo de Féliz Vallotton, significa, la alegoría del deseo, del impulso feliz hacia el señuelo que se nos escapa sin cesar. En el fondo se distinguen dos señoras, una de azul y otra de blanco. La niña parece no tener en cuenta la presencia de su madre. Ya está instalada en su deseo propio, o al menos se esboza esa posibilidad de estar sola, jugando, ya que lleva a su madre en sí misma.
ResponderEliminarWinnicott reconocía la importancia que tenía para todo niño adquirir "la capacidad de estar solos". Una madre calma y distendida puede lograr este efecto, ya que en muchos casos no se percibe la necesidad del niño de también estar solo.
Esa inocencia que muestra la niña corriendo detrás de un globo, están garantizando la futura estabilidad emocional adulta.:
Referencia: J-D.Nasio- Arte y Psicoanálisis