EDGARDO VIGO ARTISTA PLATENSE EN TODA SU DIMENSIÓN

Nota publicada online

miércoles 1 de junio, 2016
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Edgardo Vigo en toda su dimensión
Usina permanente de caos creativo. Obras 1953-1997
por Pilar Altilio
A través de 130 obras creadas principalmente durante los años 60, la muestra ofrece una lectura contemporánea para comprender un momento de quiebre clave en la historia del arte argentino: las diversas rupturas sobre los formatos tradicionales de la modernidad.
Es una planificación de acciones muy bien diagramada la que están llevando a cabo Victoria Noorthorn, directora del MAMBA y su equipo, para celebrar los primeros sesenta años de historia. Después de ocupar varias sedes, aquel sueño de Rafael Esquirru se renueva, con un edificio que ha ganado metraje y luce muy bien. La muestra del gran artista platense Edgardo Antonio Vigo, cuya singularidad abrió vectores innovadores en el contexto productivo de su época, no ocupó hasta ahora un espacio en los grandes relatos de los museos nacionales. Y la relación con Squirru se vuelve a retomar en este tiempo, pues fue en 1961 que el grupo platense Grupo Sífue por primera vez invitado a participar en la primera casa del museo en el Centro Cultural San Martín.
Edgardo Antonio Vigo (Ed.), Diagonal Cero, n°28, La Plata, 1969.
NO VA MÁS!!!, impresión sobre papel e hilo, s/f.
Esta muestra antológica, que ocupa toda la sala de la planta baja, permite sumergirse en las distintas estaciones de su trabajo, que no es sólo visual, sino objetual, textual, generador de ideas y argumentos que ayudaron a un grupo acotado en número a fundarse a la vez como artistas. El trabajo de Edgardo A. Vigo no estuvo nunca separado de la vida misma, ni se restringió en épocas difíciles, fue creciendo en espacios de redes de intereses, forjadas entre otras desde el arte correo pero también por múltiples alianzas, donde el papel del correo también fue la base de esos intercambios.
Las dos curadoras, Sofía Dourrin por el MAMBA y Jimena Ferreiro Pella como independiente, hicieron una labor minuciosa durante dos años, buceando en los archivos que el Centro de Arte Experimental Vigo de La Plata preserva y mantiene en las mejores condiciones. Es por esto que esta exhibición se consolida como la primera donde todas las facetas de Vigo están presentes, desde sus primeros trabajos y bocetos luego de aquel viaje a Europa en 1953, -donde ejercitaba las maneras de algunos grandes artistas-, a la variedad curiosa de esas obras-relatos hechas con collage, que conformaron sus primeros intentos de multiplicar la obra y salir de la pieza única.
Edgardo Antonio Vigo, Miguel Ángel Guereña,
Manifiesto, impresión sobre papel, s/f. En Edgardo Antonio Vigo (Ed.), W.C., n°1, La Plata, 1958.
El diagrama expositivo cuenta con algunos recursos de hace sesenta años, para aclimatar la sala a la celebración del museo, donde se incluyen plantas de grandes hojas verdes. Pero lo que está ahí expuesto es un universo de sentido que incluye sus pequeños dibujos, las fotos de las acciones, como los “señalamientos” de 1968 a 1975. Las xilografías hechas sin tinta pero con témpera -Vigo era autodidacta en esta técnica- pero aun así dio lugar a que se fundara el Museo de la Xilografía en 1967, cuya colección se formó a partir de canje o de donaciones de los propios artistas. También están las curadurías, como la singular de 1969 dentro del último año del Instituto Di Tella, reuniendo una gran cantidad de voces en la primera muestra de poesía experimental Expo/Internacional de Novísima Poesía.
También están desde los bocetos hasta los impresos de las revistas que él mismo editó como WC y DRKW que tuvieron una fructífera existencia a pesar de su corta vida, pues salvo Diagonal 0 que se editó por seis años (1962-68) y Hexágono ’71 que llegó a 13 números, las demás fueron intentos sobrios de publicar ideas con mucha creatividad. Como sostienen sus curadoras, Vigo “buscó a través de su obra, instaurar nuevos modos de mirar y de actuar en el mundo, llamando la atención sobre determinados temas y objetos”. Ahí están para ser admirados sus homenajes a los fusilados de Trelew, a los jóvenes caídos en la Guerra de Malvinas, y en una mesa vitrina su reconocimiento a las Madres de Plaza de Mayo con una instalación elocuente que graba una frase memorable: Sembrar la memoria para que no crezca el olvido.
Edgardo Antonio Vigo
La Plata, 1958.
Su costado lúdico lo llevó a producir objetos inútiles y máquinas imposibles, que pueden entenderse claramente si mencionamos sus nombres:Palanganómetro mecedor que no se mece para críticos de artede 1965 que es toda una declaración de principios. De hecho en 1966 publica Hacia el arte del objeto, un artículo que aparece en La tribuna de América en La Plata, donde sugiere la diferencia entre una escultura y un objeto: las esculturas se modelan, los objetos se arman. Ese ensamblado artesanal se exhibe en esta muestra en algunos interesantes objetos que ocupan sitios bien ambientados para ser admirados.
En una entrevista concedida a Angel Osvaldo Nessi en 1994, Vigo declara su posición sobre el arte en los siguientes términos: “el arte es una práctica que siempre será condicionada a una representación que puede ser matemática, abstracta, etc, pero siempre esrepresentación. En cambio el no-arte entra en el campo creador, creación no es representación” y agrega: “el arte usa la recreación o la re-creación separada como campo de la creación para engendrar objetos únicos”. De estas argumentaciones surge una palabra de su invención: RELATIVUZGIR’S: cúpula esta de lo “relativo” base filosófico-matemática de Einstein, la “electricidad”, elemento actuante, y de la propiedad de “girar”, es decir de escaparse de la representacióndel movimiento por el movimiento en sí.
Edgardo Antonio Vigo
La Plata, 1958.
Por esta argumentación y por muchas razones que aquí se sugieren esta muestra es imperdible.
www.arte-online.net

Comentarios

  1. Carreira atribuye a la deshabituación la capacidad (política) de la vanguardia artística de actuar sobre lo existente y transformar al público y su entorno . Así lo entiende también el artista Juan Pablo Renzi, uno de los más activos integrantes del Grupo de Vanguardia de Rosario: “El vanguardismo como actitud es independiente de sus resultados: el cambio, la novedad, la renovación de los medios, de las formas. La idea básica: la búsqueda de una visión nueva de lo cotidiano”.[14]

    En el mismo sentido -como ampliará oportunamente Fernando Davis en este workshop -, el artista plantense Edgardo Antonio Vigo despliega un programa estético revulsivo que ataca sistemáticamente la integridad del valor “arte”, desestabiliza los roles tradicionales del artista y el público, y postula intercambios por fuera de los espacios institucionalizados. “Una actitud límite, una opción radical”, caracteriza Davis: los pliegues vacilantes y las marcas en contradicción de las significaciones a la deriva de una experiencia estética “para y/o a realizar”. Así como Carreira trabaja en la “deshabituación”, el proyecto de Vigo se propone “revulsionar”: “incomodar el orden naturalizado, introducir un desvío en la percepción ordinaria, desarreglar la cotidiana adecuación a prácticas y normas instituidas. El calificativo “deshacedor de objetos”, que Vigo adopta para sí mismo (...) coincide en señalar la apuesta límite de la práctica revulsiva”.[15]
    Qué otras categorías o conceptos propusieron los artistas o teóricos latinoamericanos a la hora de pensar lo que estaban provocando en el arte?

    Pensando en los alcances de la misma disolución del objeto artístico, Masotta retoma el concepto “desmaterialización” del constructivista ruso El Lissitsky[16] para referirse al proceso del arte y la comunicación contemporáneos, el desénfasis creciente en su materialidad.

    Para caracterizar el mismo proceso, el crítico peruano Juan Acha propuso en los años ‘70 la categoría de “no-objetualismos”, que “responden al imperativo de transformar el arte –no sólo la pintura- o, lo que es lo mismo, de cuestionar, subvertir y reemplazar las ideas fundamentales sobre arte que Occidente ha difundido por el mundo”. De las potencialidades e implicancias de esta propuesta seguramente nos hablarán Emilio Tarazona y Miguel López en su presentación.
    Lo cierto es que estamos ante un repertorio de categorías (desmaterialización, no objetualismo, deshacer objetos) que, cada uno con matices distintos, evidencian la necesidad de generar un nuevo lenguaje teórico para echar luz sobre el vertiginoso estallido de la forma artística tradicional que emprendieron estos movimientos.


    La mancha de sangre: la politización del planteo conceptual
    El fuerte impacto que la guerra de Vietnam tuvo en la radicalización del campo intelectual argentino se puso de manifiesto cuando, entre abril y mayo de 1966, en lo que definieron como una “muestra-manifestación” la galería porteña Van Riel cubrió completamente sus paredes (y parte del piso) con los aportes de cerca de 200 artistas plásticos, de un amplio abanico de orientaciones artísticas y políticas que difícilmente hubiesen coincidido en otra exposición colectiva.

    ¿Con qué obras participaron los artistas de vanguardia? León Ferrari llevó La civilización occidental y cristiana, exhibida por primera vez allí luego de haber sido censurada un año antes en el Instituto Di Tella, la institución más visible entre las que apoyaban la experimentación.
    www.arte-nuevo.blogspot.com.ar

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