FRASES DE "RETRATO DEL ARTISTA ADOLESCENTE" DE JAMES JOYCE

Frases de “Retrato del Artista Adolescente” /

Portrait of an Artist as a Young Man”:

“El resplandor del fuego subía y bajaba por la pared. Hacía como las olas. Alguien había echado carbón y él había sentido que hablaban. Estaban hablando. Era el ruido de las olas. O quizá las olas estaban hablando entre sí, al subir y al bajar”.
“Un temblor se apoderó de él y sus ojos se nublaron. Y ante su confusa vista, las llamas amarillas del gas se elevaban contra un cielo cubierto de nieblas, ardiendo como ante un altar. En los umbrales de las puertas y en los vestíbulos iluminados, había grupos misteriosos dispuestos como para un rito. Era otro mundo distinto: se había despertado de una soñolencia de centurias”.
“Una fría y lúcida indiferencia reinaba en su alma. Tras su primero y violento pecado sintió que una onda de vitalidad había fluido de él y temió no quedaran su alma o su cuerpo mutilados por el exceso. Mas, no; la onda vital se lo había llevado en su seno para devolverle otra vez en el reflujo. Y ni su alma ni su cuerpo habían sido mutilados, y una paz sombría se había establecido entre ellos. El caos en el cual su ardor se extinguía era el frío e indiferente conocimiento de sí mismo”.
“De qué le servía rezar si sabía que su alma estaba anhelando la propia destrucción? Algo que era orgullo o temor le impedía el ofrecer a Dios ni siquiera una plegaria por la noche, aunque sabía que estaba en la mano de Dios el arrebatarle la vida durante el sueño y precipitarle en el infierno, sin darle tiempo ni aun de pedir clemencia. El orgullo de su culpa, y su frío temor de Dios, le decían que su ofensa era demasiado grave para que pudiera ser reparada, ni total ni parcialmente, por un falso homenaje dirigido al que todo lo ve y todo lo sabe.”
“La justicia de Dios tenía que ser todavía vindicada ante los hombres. Tras el juicio particular quedaba aún el juicio universal. El último día había llegado. El juicio final se acercaba. Las estrellas del cielo caían sobre la tierra como los higos arrancados de la higuera que el huracán agita. El sol, la gran luminaria del universo, se había convertido en un saco de cilicio. El arcángel San Miguel, el príncipe de la milicia celestial, aparecía glorioso y terrible sobre el cielo. Con un pie sobre el mar y el otro sobre la tierra, anunciaba con su trompeta arcangélica la consumación de los tiempos. Los tres toques del arcángel llenaban el universo. Tiempo hay, tiempo hubo, pero no lo habrá ya”.
De todas las penas espirituales, la incomparablemente mayor es la pena de daño. -La segunda pena que afligirá las almas de los condenados en el infierno es la pena de conciencia. La siguiente pena espiritual, a la cual los condenados están sujetos, es la pena de extensión. Opuesta a la pena de extensión, y, sin embargo, coexistente con ella, tenemos la pena de intensidad. El infierno es el centro de los males, y, como sabéis, las cosas son más intensas en su centro que en sus puntos remotos. La última tortura, la que sirve de remate a todas las otras del infierno, es su eternidad”.
“Las acechanzas del mundo eran los caminos mundanales del pecado. Caería. No había caído aún pero caería silenciosamente, en un momento. El no caer era demasiado duro, demasiado duro; y sintió la silenciosa caída de su alma tal como había de llegar a su hora. Caía, caía. No estaba caída aún, pero sí a punto de caer”.
“Gradualmente, según su alma se iba enriqueciendo en conocimiento espiritual, iba viendo cómo el mundo todo formaba una expresión simétrica del poder y el amor de Dios. La vida se convertía en un don divino, y por cada sensación, por cada momento de él, su alma tenía que alabar y dar gracias a Dios, aunque no fuera más que de ver cómo colgaba una hoja de la rama de un árbol. El mundo, no obstante su solidez y su complejidad, ya no existía para Stephen más que como un teorema de la universalidad, el amor y el poder divinos”.
“La emoción trágica, efectivamente, es una cara que mira en dos direcciones: hacia el terror y hacia la piedad, y ambos son fases de ella. Habrás visto que uso la palabra paraliza. Quiero decir que la emoción trágica es estática. O más bien que la emoción dramática lo es. Los sentimientos excitados por un arte impuro son cinéticos, deseo y repulsión. El deseo nos incita a la posesión, a movernos hacia algo; la repulsión nos incita al abandono, a apartarnos de algo. Las artes que sugieren estos sentimientos, pornográficas o didácticas, no son, por tanto, artes puras. La emoción estética es por consiguiente estática. El espíritu queda paralizado por encima de todo deseo, de toda repulsión”.
“La columna que se elevaba sobre él le hizo recordar vagamente un templo antiguo, y la vara de fresno en la que cansadamente se apoyaba trajo a su memoria el bastón curvado de un augur. Un temor a lo desconocido latió allá en las entrañas de su cansancio, temor a símbolos y a portentos, temor al hombre-halcón cuyo nombre llevaba, al hombre que trata de evadirse de su cautividad volando con alas de mimbres entretejidos, temor a Thoth, el dios de los escritores”.
“Una galería larga y en curva. Columnas de vapores obscuros que ascienden del suelo. La galería está poblada de figuras petrificadas de reyes fabulosos. Tienen las manos recogidas sobre las rodillas en señal de cansancio, y sus ojos están obscurecidos por los errores de los hombres, que como negros vapores suben al espacio delante de ellos”.
“La personalidad del artista, primeramente un grito, una canción, una humorada, más tarde una narración fluida y superficial, llega por fin como a evaporarse fuera de la existencia, a impersonalizarse, por decirlo así. La imagen estética en la forma dramática es sólo vida purificada dentro de la imaginación humana y reproyectada por ella. El misterio de la estética, como el de la creación material, está ya consumado. El artista, como el Dios de la creación, permanece dentro, o detrás, o más allá, o por encima de su obra, trasfundido, evaporado de la existencia”.
“Brazos blancos de los caminos, promesa de estrechos abrazos, y brazos negros de los enormes buques que, levantados contra la luna, hablan de otros países apartados. Y están extendidos para decirme: Estamos solos, ¡ven! Y sus voces me llaman: Nosotros somos tus allegados. Y pueblan el aire y me llaman, a mí, a su semejante, ya prestos a partir, agitando las alas de su exultante y terrible juventud… Salgo a buscar por millonésima vez la realidad de la experiencia y a forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza. Antepasado mío, antiguo artífice, ampárame ahora y siempre con tu ayuda”.
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Descargar “Retrato del Artista Adolescente”:

http://www.ciudadseva.com/textos/novela/retrato.htm

www.aquileana.wordpress.com

Comentarios

  1. "Salgo a buscar por millonésima vez la realidad de la experiencia y a forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza.Antepasado mío,antiguo artífice,ampárame ahora y siempre con tu ayuda".
    Estas palabras me hacen pensar en las que forman el escudo de armas de la familia Joyce
    "UNA VIDA HONORABLE O LA MUERTE"
    pienso acá en las palabras impuestas,a cargarse él a vivir para esa misión con honor,vaya tarea¡¡.Además con el efecto de restos fónicos sobre su cuerpo;y,eran restos los que recogía,caminando por las calles,de el habla de los paseantes de Dublín.Esta negación de su cuerpo,que lo llevó a exclamar,que lo que lo molestaba más en su vida era el agua y el jabón.Parecía que producirían un efecto negativo,quitándole algo de su piel.
    Con relación a las mujeres,a su mujer,Nora,por un lado le iba como un guante;y por otro lado-no le servía para nada.Cómo mujer no era su síntoma.
    Recordemos que en el entierro de su madre él colabora con su padre,para que no aparezca el apellido Murray,por no pertenecer a la nobleza.
    Trabaja para sí mismo,para su nombre.La imagen del cuerpo la construye sobre su escritura.Su escritura hace borde en lo que no hay.

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  2. En el Retrato y también en el Ulises se encuentran referencias a "MUD"(mamá). ¿En qué trabaja mud (mamá)?.En una pantomima.
    En un pasaje de "Circe"en el Ulises el significante mud vuelve tres o cuatro veces,se desliza del "mud"(barro) a un surgimiento de la madre;¡Bonito espectáculo para tu pobre madre¡dice Rudolph;y Bloom exclama:¡Madre¡porque ella está apareciendo en ese momento,llevando la cofia de cintas de damas de pantomima,miriñaque y polisón,blusa de viuda de Twankey (...)y según la lógica de la pantomima inglesa,es decir hombre disfrazado de mujer(los espectáculos de pantomima evocados se representaban cerca de Navidad e implicaban una inversión,un travestismo generalizado,pantomima.
    La manera en que esto ocurre resulta gracioso,cómo se desliza la madre desde el barro,porque mud es una forma familiar de mother.La blusa Twankey es la blusa de la madre de Aladino.El segundo nombre de Joyce y el de su padre tambíén eran nombres de mujer.
    Ponencia de Jacques Aubert en el Anexo del Seminario 23 El Sinthome de J.Lacan

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