Proust Vermeer

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  1. Presentación de la película
    18:15 Proust + Vermeer (Dir. Richard Voorhees, 30 min., En francés con subtítulos en inglés)


    Para muchos el mejor escritor francés del siglo 20, Marcel Proust fue un gran admirador de Vermeer, y él tejió muchas observaciones sobre el pintor en su novela En busca del tiempo perdido ( En busca del tiempo perdido , o del tiempo perdido ) Algunos son de risa y algo profundo.

    En el camino de Swann , publicada hace exactamente 100 años, los Proust comienza inocentemente, con un personaje del título escrito de forma intermitente un ensayo sobre Vermeer. Con el tiempo, todo el mundo en el mundo de Swann se vuelve al menos de pasada familiarizado con el pintor, y Proust se burla de algunos de los conceptos erróneos estos caracteres tienen sobre el misterioso artista holandés del siglo 17. Al final, sin embargo, cuando el personaje de Proust Bergotte sale de su lecho de enfermo con el fin de ir a ver la Vista de Delft, el genio de Vermeer se convierte en el catalizador para algunos de teatro más alto y más emotivo de Proust.

    Todos los trabajos más conocidos de Vermeer se ofrecen en esta media hora de recorrido proustiano de la fuerza.



    Kate Lusheck, Profesor Adjunto de Historia del Arte de gestión / Artes (Universidad de San Francisco) y un especialista en el arte barroco del Norte del siglo 17, se describen problemas de significado artístico, representación y tradición en las pinturas y grabados de la Edad de Oro holandesa. En qué nuevas formas y por qué los artistas holandeses a menudo reflejan o imitan el mundo alrededor de ellos en las obras de arte? ¿Hay otros significados que pudiéramos encontrar detrás o debajo de la superficie? Y cómo se relaciona el arte holandés de la historia local y la cultura en tiempos de guerra, la prosperidad local, y el comercio global generalizada y el coleccionismo de arte?

    información de entradas
    Los programas públicos son gratuitos y abiertos al público. Entradas gratis para presentaciones Auditorio Koret estarán disponibles a las 5:30 pm en el lugar sin reservas. Las puertas de Koret auditorio se abrirán 30 minutos antes del programa previsto.

    ENTRADAS DE PEDIDOS EN LÍNEA
    Patrocinador
    Proust + Vermeer se muestra en colaboración con la Alianza Francesa de San Francisco .

    Los programas de educación para la chica con un pendiente de la perla: pinturas holandesas desde el Mauritshuis son apoyados en parte por una subvención de la Fundación Holanda-América. Programas de encuentros culturales Los museos de bellas arte 'son posibles gracias al generoso apoyo de las fundaciones de Hearst y la Fundación Winifred Johnson Clive. Gracias a nuestros medios de comunicación patrocinan el San Francisco Bay Guardian.


    Información del contacto
    Gregory Stock
    gstock@famsf.org
    deyoung.fansf.org

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  2. “Sabía que hasta el recuerdo del piano falseaba el plano en que veía las cosas de la música, porque el campo que se le abre al pianista no es un mezquino teclado de siete notas, sino un teclado inconmensurable, desconocido casi por completo, donde aquí y allá, separadas por espesas tinieblas inexploradas, han sido descubiertas algunos millones de teclas de ternura, de coraje, de pasión, de serenidad que le componen, tan distintas entre sí como un mundo de otro mundo, por unos cuantos grandes artistas que nos han hecho el favor, despertando en nosotros la equivalencia del tema que ellos descubrieron, de mostrarnos la gran riqueza, la gran variedad oculta, sin que nos demos cuenta, en esa noche enorme, impenetrada y descorazonadora de nuestra alma, que consideramos como el vacío y la nada." Párrafo de El camino de Swan. Hay referencias a la música y son importantes; se refiere a los músicos franceses de su época. Tuvo una relación amorosa con alguien cercano a un músico.

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  3. (...) Una de sus meditaciones insistentes es, como tanto en él, platónica. Venimos a este mundo desde otro mundo, para nacer en esta tierra. Tenemos reminiscencia del abandonado origen, de la eternidad, desde el tiempo, que vamos perdiendo irremediablemente. El arte es tal reminiscente ejercicio, el tiempo recobrado. Por eso, el arte multiplica nuestro mundo y lo hace plural. El artista ve en las palabras y en las cosas la "otra cosa" que las multiplica. Paga en metal de eternidad lo que se pierde en el tiempo, es decir en la muerte. Por eso, aun en la exacerbación del detalle y la copia fiel de la cosa referida, siempre el arte sitúa un exceso de ser y el objeto diario que pasa, desatento, por el trámite del tiempo, cobra una extrañeza que lo aureola de otredad.
    Proust, como Bergotte, envidia en Vermeer lo que Swann en la música de Vinteuil: la opulencia de lo presente —lo visto, lo oído— en relación con la pobreza de las palabras, carcomidas de ausencia aunque capaces de categorizar, conceptuar y definir. La pintura y, con otra contextura, la música, tienen presencia total, tanta que se torna misteriosa. Más precisamente, la presencia de objetos perfectamente identificables con referencias "reales", en Vermeer como en Velázquez, se vuelve irreal al inmovilizarse en el silencio. Todo está allí, al alcance de la mano y, sin embargo, resulta inalcanzable porque el enigma lo atraviesa con sus preguntas sin respuesta.
    ¿Qué mira el astrónomo por la ventana, distrayéndose de su trabajo? ¿Qué dicen las cartas, amorosas o no, que leen las damas en sus gabinetes privados? ¿De qué conversan los vecinos de Delft a la orilla del agua? ¿Qué cuadro pinta el artista mientras contempla a su modelo y da la espalda al espectador? ¿Qué música tocan las señoras en sus espinetas? ¿Qué cantan sus compañeros de tertulia? ¿Qué piensan la bordadora, la encajera, la lavandera? ¿Y la pesadora de perlas? ¿Y la lechera? ¿Qué susurran los galanes a las mujeres que cortejan? Un detalle más añadido al conjunto lo volvería trivial, como se trivializa cualquier persona lejana que habla con otra si podemos oír sus diálogos.
    Lo cotidiano es lo desconocido, la desatención lo vuelve opaco al conocimiento, sugiere Hegel. Estos pintores —la lista se agrandaría con tantos colegas holandeses de Vermeer y podría llegar hasta Antonio López y Edward Hopper— son capaces de comentar al filósofo: lo inmediato es misterioso. Proust, a su vez, tan apocado ante la omnipotencia de la música y la pintura frente a la menesterosa palabra, puede proponernos una compensación. La palabra y su obra maestra, la literatura, resultan hábiles para ir más allá del misterio de lo inmediato porque, justamente, lo suyo es lo mediato, lo que está siempre más allá, inalcanzable pero dinámico. Un cuadro o una partitura pueden aspirar a la completud, en tanto un texto estará siempre incompleto. La forma detenida o el sonido que llega al silencio se confrontan con el discurrir verbal que no cesa, aunque a veces tome aliento y se quede en blanco. Nunca oiremos (...)letraslibres.com .por Blas Matamoro

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