EL SILENCIO MONÁSTICO-SANTIAGO KOVADLOFF
El silencio monástico Santiago Kovadloff A nadie más que al monje le resulta familiar la parábola del silencio. Tal como él pareciera advertirla, esa parábola se despliega entre el silencio de Dios y el silencio ante Dios. El silencio de Dios impera donde la sed de poder ha convertido al hombre en un ser hostil al misterio de su propia creación. El silencio ante Dios , en cambio, reina donde el hombre, liberado de su despótico afán de supremacia, logra reconocerse como criatura y recupera, de ese modo, la presencia de su Creador. Podría afirmarse, entonces, que la fe monástica transfigura al hombre que presume saberlo todo en el hombre que se sabe ante la ímponderabilidad del Todo. Y dígase de paso que el hombre que presume saberlo todo no es, necesariamente, aquel que para todo cree tener explicación sino aquel que, para todo, asegura que debe haber explicación; aquel, en suma, que sobrestima el poder de sus facultades comprensivas y homologa el campo de l...