viernes, 29 de julio de 2011

IDENTIDAD EN INTERNET-

Identidad en InternetSherry TurkleLas tecnologías de la vida cotidiana alteran nuestra manera de ver el mundo. La pintura y la fotografía se apropiaron de la naturaleza. Cuando miramos girasoles o nenúfares, los vemos a través del prisma de cómo se los ha pintado. Cuando nos casamos, la ceremonia y la celebración consiguiente «producen» fotografías y cintas de vídeo que suplantan al acontecimiento en sí y se convierten en nuestros recuerdos del mismo. También los ordenadores nos empujan a hacer las cosas de maneras diferentes. Con los ordenadores podemos simular la naturaleza en un programa, u olvidamos por completo de ella y construir «naturalezas alternativas», limitadas tan sólo por nuestras capacidades de imaginación y abstracción. Por el momento, una de las más espectaculares de dichas «naturalezas alternativas» es la que constituyen los entornos interactivos conocidos como MUD.
En los MUD (siglas de multiuser dungeons o multiuser domains), participantes de todo el mundo, cada uno con su aparato individual, forman colectivos conectados, comunidades que sólo existen en el ordenador. Los MUD son realidades virtuales sociales, en las que participan cientos de miles de personas. Se comunican unos con otros individualmente o en grupos. El acceso no es difícil ni caro. Sólo se necesita tener acceso a Internet, que está al alcance de cualquiera.
Se ingresa en un MUD mediante un comando telnet que conecta un ordenador con otros de la red. Para empezar, se crean uno o varios personajes: se especifica su género y otras características físicas y psicológicas. Los demás «jugadores» del MUD pueden leer esta descripción. Los personajes creados no tienen por qué ser humanos, y existen más de dos géneros. Incluso puede haber personajes múltiples («un enjambre de abejas») o mecánicos (se puede diseñar y desplegar un programa que se presente como una persona o, si se lo prefiere, como un robot). Algunos MUD tienen temas concretos, otros son de tema libre. Cuando escribo esto, en 1994, existen en Internet más de trescientos MUD accesibles.
En algunos de estos MUD, se invita a los jugadores a construir el propio mundo informático. Utilizando lenguajes de programación relativamente sencillos, pueden crear una «habitación» en el espacio de juego, definiendo el escenario y estableciendo las normas. Es decir, crean los objetos de esa «naturaleza alternativa» y especifican cómo funcionan. Una jugadora de once años ha construido un espacio al que llama «el pisito». Está lujosamente amueblado y en el tocador hay magníficas joyas y exquisitos perfumes. Cuando la jugadora está en el pisito, invita a sus amigos, charla, pide pizzas por teléfono y coquetea con los visitantes. Otros jugadores tienen vidas sociales más variadas. Crean personajes que practican el sexo casual o romántico, tienen empleos, asisten a ceremonias y celebraciones, se enamoran y se casan. Decir que estos juegos enganchan es quedarse corto. «Esto es más real que mi vida real», dice un personaje que resulta ser un hombre haciendo el papel de mujer que se finge hombre.
Dado que los MUD son creados por sus usuarios, constituyen una nueva forma de literatura de creación colectiva, que tiene mucho en común con la performance, el teatro de calle e improvisativo, lacommedia dell'arte y la escritura de guiones. Pero los MUD son algo más que eso. Al participar en ellos, los jugadores no sólo se convierten en autores de un texto, sino en autores de sí mismos, construyendo sus personalidades mediante la interacción social.
En los MUD, los gordos pueden ser esbeltos y los guapos pueden ser vulgares. El anonimato de los MUD (sólo se conoce al usuario por el nombre que asigna a sus personajes) deja mucho espacio para que los individuos expresen aspectos inexplorados de sí mismos. Los juegos ofrecen oportunidades incomparables para jugar con la propia identidad y «probar» otras nuevas. Un jugador expresó muy bien este aspecto de su poder emotivo al comentar:

«En un MUD puedes ser lo que tú quieras ser. Si quieres, puedes redefinirte por completo. Puedes ser del sexo opuesto, puedes ser más parlanchín o más callado, lo que quieras. Puedes ser lo que quieras, siempre que tengas capacidad para serlo. Tampoco tienes que preocuparte por las situaciones en las que otros puedan meterte. Es más fácil cambiar la imagen que das a los demás, porque lo único que ven es lo que tú les enseñas. No miran tu cuerpo y sacan conclusiones, ni escuchan tu acento y sacan conclusiones. Sólo ven tus palabras. Y siempre está ahí. Durante las veinticuatro horas del día puedes acercarte a la esquina y siempre habrá allí unas cuantas personas con las que valga la pena hablar, si has encontrado el MUD adecuado para ti.»En los juegos de rol tradicionales, en los que uno está físicamente presente, se entra y se sale del personaje; en cambio, los MUD ofrecen una vida paralela. Los límites del juego son borrosos: la rutina de jugar llega a formar parte de la vida real de los jugadores. El MUD difumina las fronteras entre la persona y el juego, la persona y el personaje, la persona y la simulación. Según un jugador, «eres lo que finges ser... eres lo que representas». Pero uno no se convierte así como así en el personaje que representa; o se representa a sí mismo o representa lo que querría ser. Diane, de 26 años, declara: «Yo no soy una cosa, sino muchas. Y cada parte se expresa más plenamente en el MUD que en la vida real. Así pues, aunque en los MUD represento más de un personaje, me siento más yo misma cuando estoy en el MUD.» Muchas veces, los jugadores hablan de sus personalidades reales como si se tratara de un combinado de sus personajes, y otras veces hablan de sus personajes como un medio para mejorar sus vidas reales.
Muchos jugadores de MUD trabajan con ordenadores durante toda su jornada laboral. Cuando entran en los MUD, pueden dejar a sus personajes «dormidos» durante cierto tiempo; siguen conectados al juego, pero se dedican a otras actividades. De vez en cuando, regresan al espacio de juego. De este modo, animan su jornada laboral y experimentan su vida como un «entrar y salir» de la vida real a una serie de vidas simuladas.
Esta clase de interacción con los MUD es posible gracias a la existencia de lo que en los entornos informáticos modernos se llaman «ventanas». Las ventanas son un modo de trabajar con un ordenador que permite que el aparato sitúe al usuario en varios contextos al mismo tiempo. En cada momento dado, el usuario sólo presta atención a una de las ventanas de la pantalla, pero en cierto sentido se está presente en todas ellas durante todo el tiempo.
Para Doug, un estudiante de empresariales de la Facultad de Dartmouth, el MUD representa una ventana y la vida real otra. Según Doug, «la vida real no es más que otra ventana, y, no necesariamente la mejor que tengo».
Doug representa cuatro personajes repartidos en tres MUD diferentes. Uno de ellos es una mujer seductora, otro es un vaquero machote, que se describe a sí mismo como «uno de esos tíos que llevan el paquete de Marlboro en la manga enrollada de la camiseta»; está también un personaje al que llama «Zanahoria», un conejo de sexo indeterminado que recorre su MUD presentando unas personas a otras. Según Doug, «Zanahoria es tan discreto que la gente le deja estar presente mientras mantiene conversaciones privadas. Podríamos decir que Zanahoria es mi personaje pasivo, un voyeur». Doug cuenta que algunas veces han confundido a Zanahoria con un bot (un programa introducido en el MUD) porque su presencia pasiva coincide con la idea que tienen muchos del personaje de un robot.
El cuarto y último personaje de Doug interviene sólo en un MUD «peludo» (estos MUD son espacios de experimentación sexual, donde todos los personajes son animales peludos). «Prefiero no hablar de este personaje, porque el anonimato en este caso es muy importante para mí», explica Doug. Tan sólo diré que en los MUD peludos me siento corno un turista sexual.» Hablando de representar sus personajes en «ventanas», Doug dice que el empleo de ventanas ha aumentado su capacidad de «activar y desactivar partes de mi mente»:

«Puedo dividir mi mente. Cada vez se me da mejor. Puedo verme a mí mismo como dos, tres o más personas. Cuando voy de ventana en ventana, activo primero una parte de mi mente y, luego otra. La vida real no es más que otra ventana, y no necesariamente la mejor que tengo.»El desarrollo de la metáfora de las ventanas para las conexiones informáticas fue una innovación técnica motivada por el deseo de lograr una mayor eficiencia en el trabajo al poder saltar de una aplicación a otra diferente, tal como saltan los ordenadores compartidos para atender las necesidades de diferentes usuarios. Pero en la práctica, las ventanas se han convertido en una expresiva metáfora de la personalidad, considerada como un sistema múltiple, repartido, con un horario para cada cosa. Ya no se trata simplemente, de que una persona represente diferentes papeles en distintos ambientes, algo que cualquiera puede experimentar cuando, por ejemplo, se levanta como amante, prepara el desayuno como madre y, se marcha a trabajar como abogada. La práctica vital de las ventanas es la de una personalidad repartida que existe en muchos mundos y desempeña muchos papeles al mismo tiempo. Los MUD amplían la metáfora y ahora la misma vida real puede ser «una simple ventana más», como decía Doug.
Sin embargo, un comentario de un estudiante universitario acerca de los MUD permite advertir que la «ventana» del MUD ofrece posibilidades especiales. «En el MUD puedo hablar de cualquier cosa dice. El ordenador es una especie de entrenamiento para entablar relaciones con la gente en la vida real.» Los MUD proporcionan a este estudiante lo que el psicoanalista Erik Erikson llamaba «una moratoria psicológica», algo que Erikson consideraba fundamental para vivir una adolescencia sana. Aunque el término moratoria se interpreta como «descanso o intermedio», Erikson no lo veía como una retirada de la vida, sino, por el contrario, como una época de intenso contacto con personas e ideas, una época de amistades apasionadas y de experimentación. La moratoria no se refiere a las experiencias significativas, sino a sus consecuencias. Se trata de un período en el que lo que hace tino «no cuenta». Al quedar libres de las consecuencias, la experimentación se convierte en la norma, en lugar de constituir una atrevida escapada. La experimentación sin consecuencias facilita el desarrollo de un concepto personal de lo que importa en la vida, algo que Erikson llamó «identidad».
Erikson desarrolló estas ideas sobre la importancia de una moratoria a finales de los 50 y principios de los 60. En aquella época, el concepto coincidía con la idea general de lo que eran «los años de estudiante». En la actualidad, treinta años más tarde, la idea de considerar los años estudiantiles como un «descanso» sin consecuencias parece algo de otra era. La universidad es preprofesional, y el sida ha hecho imposible la experimentación sexual sin consecuencias. Los años de la adolescencia han dejado de parecer un «descanso». Pero si nuestra cultura ya no ofrece una moratoria a los adolescentes, para eso están las comunidades virtuales. Esta es una de las cosas que las hacen más atractivas.
Las ideas de Erikson sobre la adolescencia como período de moratoria dedicado al desarrollo de la identidad formaban parte de una teoría más amplia acerca de las fases del ciclo vital.
Dichas fases no pretendían sugerir secuencias rígidas, sino descripciones de lo que (en términos ideales) tiene que lograr una persona antes de poder pasar sin problemas a otra etapa de su desarrollo. Por ejemplo: lo ideal sería que el desarrollo de la identidad en la adolescencia precediera a las relaciones íntimas entre adultos jóvenes. Sin embargo, en la vida real solemos tener que avanzar sin haber resuelto por completo algunas «fases». Nos apañamos lo mejor que podemos, aprovechando los materiales que encontramos a mano para recuperar lo que se pueda de «lo que nos hemos perdido». Los MUD constituyen un ejemplo espectacular del papel que puede desempeñar la tecnología en estos dramas de autorreparación. El tiempo pasado en el ciberespacio recupera el concepto de moratoria, porque ahora existe en una «ventana» disponible a todas horas.
Además, al interferir con nuestras ideas tradicionales sobre la identidad y la autenticidad, el ciberespacio pone a prueba nuestro concepto de la responsabilidad. Maridos y mujeres tendrán que decidir si su cónyuge les ha sido infiel al participar en explícitas escenas sexuales con un personaje desconocido en el ciberespacio. ¿Se quedaría más tranquila la esposa si supiera que la «amante» ciberespacial de su marido es en realidad un estudiante novato de diecinueve años, aunque el marido no lo sabe? ¿Y si resulta que es un inválido de ochenta años que vive en una residencia? Más preocupante sería que fuera una niña de doce años. ¿O sería peor un niño de doce años? En otro sentido, igualmente inquietante: ¿y si resulta que se trata de un programa muy bien diseñado, una especie de «sistema experto en conversaciones sexuales», programado para participar en encuentros románticos en el ciberespacio? Porque en los MUD hay personas que se hacen pasar por máquinas, pero también hay programas de ordenador que se presentan como personas. Los MUD borran la línea que separa la vida de los juegos, haciendo que se descontrolen muchas otras de nuestras brújulas. Las personas utilizamos materiales concretos para pensar en nuestros intereses, grandes y pequeños, personales y sociales. Los MUD son objetos para pensar en la personalidad en una cultura de simulación. Sus habitantes son los pioneros de nuestra época.


SHERRY TURKLE es profesora de sociología de las ciencias en el Massachusetts Institute of Technology, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Boston y psicóloga clínica en ejercicio.
www.biblioweb.sindominio.net

jueves, 28 de julio de 2011

CIENCIA Y POESÍA

LACAN EN ESTADOS UNIDOS: POESIA Y CIENCIA
Sherry Turkle

Cuando Freud visitó Estados Unidos en 1909, hizo la corte a la medicina norteamericana. En noviembre de 1975, a los 74 años de edad, Jacques Lacan hizo una segunda visita a Estados Unidos sabiendo que Freud había tenido tiempo para lamentar sus éxitos demasiado fáciles con médicos norteamericanos y creyendo que la medicina norteamericana había falseado el psicoanálisis durante más de medio siglo. El programa de Lacan tenía que ser más complejo que el de Freud.
El viaje por Norteamérica llevó a Lacan a New Haven, Nueva York y Cambridge, donde se iba a encontrar con analistas norteamericanos, que él había denigrado como técnicos y que lo habían rechazado a él como a un renegado, y con matemáticos, lingüistas y lógicos, cuya obra había llegado a formar parte del andamiaje teórico de las contribuciones propias de Lacan. La visita a Estados Unidos fue muy tensa: los analistas podían aceptarlo o no como un colega y los matemáticos y lingüistas podían reconocer o no un parentesco entre sus empresas y los esfuerzos de Lacan por construir una ciencia psicoanalítica.
Lacan se encontraba de pie junto a una amplia pizarra, en la sala de conferencias de la Escuela de Ingeniería del Instituto de Tecnología de Massachusetts. A sus espaldas, trabajosamente bosquejados con tizas de colores, se veían unos nudos:


Esos nudos, según explicó Lacan, eran nudos borromeos hechos de círculos entrelazados. Cuando se corta uno de los círculos, el nudo se deshace. Mientras Lacan estuvo en Estados Unidos no dejó de hablar de esos nudos. Antes de cada conferencia se pasaba horas dibujando los nudos en cuatro colores; tres de los círculos representaban lo imaginario, lo real y lo simbólico, y un cuarto, lo que Lacan denominaba el "síntoma"(symptôme). Cuando Lacan hablaba a un público de psicoanalistas, los dibujos de aquellos complejos nudos y el lenguaje de topología que usaba constituían una barrera en la comunicación. Pero ahora, en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, la representación formal y el rigor matemático no constituían ningún problema. El problema estaba en lo que decía Lacan. Después de describir cuidadosamente ciertas manipulaciones tendientes a demostrar que las diversas representaciones del encerado correspondían todas al mismo nudo, Lacan procedió a dar un nombre al nudo.
"Llamo al nudo de tres círculos la figura de la realidad psíquica y S (sigma) es el síntoma. El síntoma es la marca especial de la dimensión humana. Quizá Dios tenga síntomas, pero su comprensión es muy probablemente paranoide... Nosotros encontramos a la Trinidad continuamente. Sobre todo en el dominio sexual. Allí las cosas no están determinadas por un individuo solo, sino que lo están también por otro... El presunto misterio de la divina Trinidad refleja algo que está en cada uno de nosotros; lo que queda mejor ilustrado es el conocimiento paranoide..."

La mayor parte de los matemáticos, lingüistas y filósofos del auditorio ni siquiera se planteó la cuestión de establecer si aquel hombre estaba haciendo poesía o ciencia. Sencillamente les parecía incomprensible. ¿Cómo podríamos comenzar a encontrar un poco más de sentido al intento de Lacan de poner en armonía topología, trinidades y síntomas?
Hay varias maneras en que los matemáticos podrían desarrollar un discurso teórico sobre la naturaleza del hombre. La matemática puede usarse metafóricamente o bien puede usarse de manera muy literal en la construcción de modelos matemáticos precisos y bien delimitados. El uso de la topología que hace Lacan no se ajusta a ninguna de estas familiares categorías. Está demasiado ligado a un nivel técnico para desecharlo como "pura metáfora"; no está lo suficientemente delimitado para ser un modelo. ¿Qué es entonces? Si comprendemos las varias diferencias que lo separan de los usos más típicos de los modelos matemáticos en psicología estaremos más cerca de poder responder a la pregunta.
A menudo la finalidad de un modelo matemático en psicología es calcular las consecuencias de una determinada manipulación en una situación dada. En lo que Lacan hace con los nudos no hay nada de esta intención predictiva. A menudo el uso que el psicólogo hace de un modelo matemático es más conceptual que predictivo: ciertos problemas son elucidados al presentárselos enteramente dentro del marco de un microcosmos matematizable. Estos fenómenos matematizables son separados del resto de la realidad, cuya consideración queda para otro momento y otra teoría. Esos fenómenos quedan a propósito funcionalmente invisibles para el científico. Lacan desea captar algún aspecto de la psique valiéndose de la matematización; es lo que él llama un "mínimo matematizable"‑ pero no está dispuesto a prescindir del resto ni siquiera temporariamente. Por lo tanto, puede ocurrir que comience un párrafo describiendo cómo se manipulan nudos y lo termine formulando una pregunta sobre Dios. Para el psicólogo matemático, la justificación de la teoría es su producto, es decir, las aseveraciones verdaderas que la teoría habrá de generar. Para Lacan, el proceso de la teorización misma asume un papel capital. Lacan dice que manipular y perforar esferas en la "praxis de los nudos" es "aquello contra lo que más se rebela el espíritu". Los círculos que forman los nudos son secciones de esferas, "las primeras representaciones que tiene el hombre de su propio cuerpo y sus primeras concepciones de la ciencia". Los nudos "contradicen nuestro sentido global de nuestros cuerpos como envueltos y envolventes de tal manera que ejercitarse en la praxis de los nudos es eliminar la inhibición", quizá porque ello amenaza nuestras imágenes de nuestros cuerpos y nuestras imágenes de nuestra ciencia al hacernos pensar en una conexión entre ellas.
Es evidente que para Lacan el papel de la teoría matemática es psicoanalítico. Elaborar la teoría ‑trabajar con los nudos, practicar las manipulaciones‑ entra como un elemento integrante, es más, como el elemento crítico en el nacimiento de la introvisión sobre el sí‑mismo, en el mismo sentido en que la introvisión psicoanalítica nace de la relación vivida con un analista.
El que construye un modelo matemático a menudo considera que su empresa es científica y precisa, opuesta a la literaria o la poética. Lacan rechaza esta dicotomía. Pasa a través de la línea que separa poesía y ciencia y que se ha hecho axiomática en la filosofía, si no ya en la práctica, de la ciencia occidental.
Ocasionalmente un físico o un matemático describe lo que está haciendo en términos poéticos. Su discurso podrá considerarse interesante pero se lo juzga periférico respecto de los principios fundamentales de su "ciencia". Y aun cuando ese discurso tenga relación con cuestiones filosóficas se lo considerará ajeno a la práctica científica. Para el físico la cuestión de la línea que separa poesía y ciencia puede ser una cuestión para meditar en las mañanas de domingo, porque el lunes por la mañana la relegará a los filósofos de la ciencia y volverá a su situación real de ser un físico. Puede separar la poesía de la función científica porque para él existe una clara distinción entre sus procesos mentales creadores, en parte intuitivos, que lo llevan a descubrir las partículas fundamentales, y las partículas fundamentales mismas. Para el psicoanalista la distinción es menos clara; proceso y producto pueden ser una sola cosa.
El público que tenía Lacan en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, acostumbrado a un pulido discurso universitario, encontró confusa la exposición lacaniana; algunos hasta la interpretaron como una insultante falta de preparación. En el momento de las discusiones las cosas empeoraron: Lacan respondió a una pregunta sobre la relación entre interior y exterior declarando que, como analista, no estaba en modo alguno seguro de que el hombre tuviera siquiera un interior:
"Lo único que me parece atestiguar que tenemos un interior es lo que producimos como excrementos. Lo caracierístico de un ser humano es el hecho de que ‑y aquí contrasta mucho con otros animales‑ no sabe qué hacer con sus deposiciones. Se siente embarazado por ellas. ¿Por qué se siente tan embarazado siendo así que estas cosas son tan discretas en la naturaleza? De"sde luego, es cierto que continuamente nos encontramos con excrementos de gatos, pero un gato equivale a un animal civilizado. Pero si consideramos a los elefantes, es sorprendente el pequeño espacio que ocupan sus heces en la naturaleza, cuando pensándolo bien las boñigas de los elefantes pueden ser enormes. La discreción del elefante es muy curiosa. La civilización significa excrementos, cloaca máxima".

El seminario terminó poco después de esta digresión sobre los excrementos de los elefantes y otros animales. Cuando el público, abandonaba el seminario para dirigirse al Ritz para cenar, las quejas acerca de las cosas incomprensibles que decía Lacan habían sido reemplazadas por protestas contra su carácter delirante o su senilidad. Un discurso racional, la clase de discurso que sería aceptado en la universidad, puede versar sobre topología o puede versar sobre los excrementos del elefante como un ejemplo de poesía dadaísta. Pero Lacan no hablaba sobre matemática o sobre poesía o sobre psicoanálisis, sino que trataba de hacerlos.
*
Cuando se le preguntó a Lacan por qué había ido a Estados Unidos, dijo "He venido a hablar". En otras palabras, Lacan no hablaría depsicoanálisis; su palabra misma sería un discurso psicoanalítico. Lacan distingue este discurso psicoanalítico, que él mismo caracterizó en el Instituto de Tecnología de Massachusetts como "un discurso rayano en el delirio", de un discurso universitario, en el cual el objeto toma posesión del lenguaje. En cierto sentido, el lenguaje toma posesión de todos los objetos en el discurso psicoanalítico. Para Lacan, "el lenguaje es la condición del inconsciente"; en el discurso psicoanalítico el mensaje acerca del inconsciente está profundamente inmerso en su medio, en su lenguaje y estilo. El público norteamericano esperaba oír a un experto que le expusiera su nueva teoría de la psique; en cambio se encontraba frente a un hombre que sencillamente hablaba y que declaraba, a pesar de las expectaciones del auditorio: "Yo no tengo una concepción del mundo; tengo un estilo".
Cuando los norteamericanos oyeron a Lacan hablar de nudos borromeos, de ciencia griega, de paranoia, del concepto de número, de síntomas, de fonemas, de esferas y de excrementos de elefantes se quedaron desconcertados. Trataron de encontrar un código para descifrar aquella comunicación. Pero bien pueden haber pasado por alto lo principal. Lacan desea que su auditorio entre en el círculo del lenguaje que él usa sin tratar de comprenderlo desde "afuera". Lacan toma su estructuralismo seriamente. Si uno admite que el hombre está habitado por el lenguaje, luego tiene sentido la sugestión de que uno se vincula con el discurso psicoanalítico, en particular con el de Lacan, dejándose habitar por ese discurso. Y, lo mismo que en toda experiencia psicoanalítica, no cabe esperar que las cosas ocurran rápidamente. Lacan aclara que comprenderlo lleva tiempo y exige un proceso de "elaboración": "Se trata de un hecho empírico...; dentro de diez años lo que escribí será claro para todo el mundo".
Los norteamericanos se consideran un pueblo pragmático y también les gusta pensar que aprecian la humildad intelectual. No se sintieron ciertamente cómodos cuando Lacan les aseguró que después de diez años de trabajo podrían entenderlo o cuando les declaró que lo que tenía que decir estaba inserto en su estilo.
Los norteamericanos suelen temer que cuando se pone el acento sobre el estilo, se lo pone a expensas de la sustancia. Se desconfió de Lacan, el estilista, a quien se consideró frívolo y poco interesado en "hacer comprender un mensaje". Lacan trataba de hacer comprender un mensaje, sólo que estaba haciéndolo a través de un océano de diferencias en cuanto a tradiciones culturales e intelectuales.
Los norteamericanos suelen equiparar rápidamente los gestos con lo superficial; pero en Francia, una nación de estilistas, estilo y sustancia no están agudamente dicotomizados. El estilo de vestirse, el estilo de hablar, el aspecto físico son considerados expresiones del hombre interior; todo gesto es estudiado y es significativo. Hasta pequeñas diferencias en las fórmulas de poner fin a una carta expresan sutiles matices. En Francia la estilización de los gestos llega a ser un arte: la mímica. Charlie Chaplin y Buster Keaton son muy apreciados.
El estructuralismo francés legitimó intelectualmente la preocupación nacional francesa por el estilo al borrar la línea que separa lo que se dice de cómo se dice y al alegar que el estilo es la clave de la sustancia. Mientras los científicos norteamericanos de la conducta son alentados a publicar sus resultados en artículos que puedan compendiarse fácilmente, el modelo expuesto por el decano del estructuralismo francés, Claude Lévi‑Strauss, consiste en escribir libros mediante elaboradas homologías con sus temas. Por ejemplo, Lévi‑Strauss estructuró Lo crudo y lo cocidoen la forma de un concierto musical. Los estudiosos justificaron esta extrapolación de la música por razones intelectuales, pero esto también puede considerarse en consonancia con una larga tradición francesa de juego intelectual y hasta de excitante broma intelectual.
En los primeros años del siglo XX, un grupo de jóvenes matemáticos franceses inventó a Nicholas Bourbaki, y al firmar sus artículos con este nombre lo convirtieron en el fundador de una de las corrientes más importantes del pensamiento matemático del siglo XX. Lévi‑Strauss puso la imagen de una flor, un pensamiento salvaje, en la tapa de su obra maestra sobre el pensamiento primitivo, que se titula precisamente Elpensamiento salvaje, jugando con la homografía de los términos. Cuando un norteamericano se encuentra ante estas "oberturas" y pensamientos de Lévi‑Strauss, ante la Escuela de Bourbaki o ante las infinitas fatuidades literarias de Lacan, desea saber si eso es "un juego" o si se dice "en serio". Ese norteamericano parece pensar que, si no es una cosa tiene que ser la otra. Pero para Lacan, el chiste, los juegos de palabras, las bromas, la mitología, los materiales del poeta son cosas que todas ellas forman parte de una especie de juego, inseparable de lo que tiene de más serio la empresa psicoanalítica. Si el analista no es capaz de trascender la línea que separa el trabajo y el juego, no hace ni ciencia ni poesía, y si no subvierte la línea entre ciencia y poesía, no es en modo alguno un analista.
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En Francia, Lacan es célebre; se lo odia, se lo ama y se lo teme. Lacan ocupa el centro de una red de complejas relaciones personales, y también el centro de una escuela psicoanalítica con una compleja política interna. Muchos psicoanalistas franceses se han analizado con Lacan o con un analista analizado por Lacan, o con un analista enemigo de Lacan. Lacan se ha convertido en prisionero de una mitología, una historia y una política psicoanalítica que él mismo creó alrededor de su figura. En Francia a menudo resulta difícil discutir las ideas psicoanalíticas de Lacan independientemente de los contextos psicoanalíticos y de los contextos políticos extrapsicoanalíticos en que ellas encontraron expresión. Las ideas de Lacan en cuanto a hacer intervenir a matemáticos y lingüistas en la investigación psicoanalítica "se oyen" a través del filtro de lo que Lacan hizo en Vincennes. Las ideas de Lacan sobre psicoanálisis y topología "se oyen" a través del filtro de la división de la Escuela Freudiana entre quienes son partidarios del matema y quienes están contra él. El interés de Lacan en el proceso por el cual alguien se autoriza a sí mismo a ser un analista "se entiende" como parte del debate sobre el pase que desgarró a la Escuela Freudiana.
En Estados Unidos, la cuestión fundamental planteada en el pase (una vez separada del contexto institucional en el cual una respuesta a esa cuestión podría significar "promoción" al círculo íntimo de Lacan) fue escuchada como una cuestión simple, directa e importante. Y Lacan la expuso cada vez que se hallaba frente a un grupo de analistas lo bastante pequeño para permitir una conversación franca. Lacan pedía a cada analista que dijera "cómo un día... y eso tuvo que ocurrir 'un día', porque ser analista no es un estado natural... usted se creyó autorizado a asumir la posición de analista". Y lo mismo que en sus presentaciones ante los académicos, Lacan no habló sobre el psicoanálisis, sino que pidió colaboración en una empresa de orden psicoanalítico. Se trataba de una colaboración porque, cada vez que Lacan se refería a esta cuestión, estaba dispuesto a responderla también él mismo. Lacan contó cómo siendo un joven psiquiatra había estudiado la paranoia y escrito sobre ella y cómo cada vez se sentía más preocupado por el fenómeno. Así fue cómo se orientó hacia el psicoanálisis, al que Freud había llamado una especie de 'paranoia razonada' ". Lacan manifestó claramente que en su caso la decisión de ser un analista nada tuvo que ver con un plan racional; fue como un "deslizamiento", un "resbalamiento", algo que yo tenía que hacer".
En un diálogo con una analista que declaraba haber elegido esa profesión porque se sentía una persona fuerte a quien otros podrían recurrir en busca de ayuda, Lacan admitió que él se había hecho analista de una manera "diametralmente opuesta", teniendo en cuenta que Freud había enfatizado, no la fuerza del hombre, sino su vulnerabilidad. Lacan decía que el analista es alguien que tiene el profundo sentido de encontrarse en peligro y que está en profundo contacto con el conocimiento "de que es posible que cada uno de nosotros se vuelva loco"Y en respuesta a un analista que, según dijo, había abrazado esa profesión porque había hallado en el momento oportuno una determinada sociedad psicoanalítica muy abierta en cuanto a recibir candidatos, Lacan contó cómo se había encolerizado y hasta puesto rabioso con la institución psicoanalítica quizá porque temía que ella pudiera arrebatarle sus facultades propias:
"Me chocaba la relativa incapacidad de los discípulos de Freud... que en un determinado momento no parecían capaces de decir nunca más nada".
Implícita en la pregunta de Lacan sobre cómo se llega a ser un analista e implícita también en las respuestas que él daba a esa cuestión, estaba la creencia de que la única manera de hablar con sentido de la autorización de hacerse analista es la de considerar una autorización procedente de adentro. En una reunión de analistas que tuvo lugar en Boston, Lacan enunció explícitamente su punto de vista. Dijo que estaba interesado en"una respuesta auténtica" a su pregunta y que esto iba más allá de lo que ocurría en una institución,
"más allá de lo que puede ocurrir en la Sociedad Psicoanalítica de Boston. El hecho de que exista una sociedad analítica significa un reclutamiento. Pero lo importante es lo que sucede en el interior de cada uno de nosotros... ésta es una cuestión de diferencias que trasciende el reclutamiento, en el cual se nos dice: ven aquí, únete a nosotros... y serás tan buen soldado como cualquier otro".
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En otros momentos de su carrera Lacan había criticado de manera estridente el psicoanálisis norteamericano; había atacado su profesionalización médica en nombre de una poesía psicoanalítica subversiva y también su biologismo y psicologismo en nombre de una ciencia psicoanalítica subversiva. Ahora Lacan no criticaba ni hacía proselitismo. Sencillamente pedía a la gente que compartiera su idea de una "reforma psicoanalítica".Lutero se rebeló contra la institucionalización de la fe en una burocracia eclesiástica que traficaba con las buenas obras y recompensaba a quienes seguían las reglas y obedecían a una clara cadena de mando. Desde el punto de vista del protestantismo psicoanalítico, la institución psicoanalítica vende sus indulgencias al precio de un título médico, de una residencia psiquiátrica, de un análisis didáctico y de la promesa de obedecer al dogma. Lacan, como Lutero, trata de llamar la atención hacia el momento en que cada cual, a solas consigo mismo, debe contraer un compromiso personal, no con una institución, sino con una creencia o una vocación.
Contraer un compromiso y declararlo es un proceso de hacerse a sí mismo. La palabra "poesía" deriva del verbo griego poieo, "hacer". El protestantismo psicoanalítico de Lacan pone el acento en la persona haciéndose a sí misma; se trata de una especie de poesía de la persona.Para Lacan el poeta y el psicoanalista están estrechamente vinculados en virtud de su relación con el lenguaje. El hombre "hace" y produce lenguaje; pero también él está hecho por el lenguaje, está habitado por el lenguaje. El poeta y el analista elevan esta universal relación con el lenguaje a un poder superior: el poeta hace un poema; pero sus versos también lo "hacen" a él... el analista también está especialmente habitado por la palabra y "está más hecho que los demás". La cuestión lacaniana de la autorización del analista tiene la finalidad de captar de qué manera un individuo llega a aceptar la especial relación con el lenguaje que, tanto para el analista como para el poeta, entraña ciertos riesgos. Lacan cree que ambos tratan de asir algo de lo que Freud llamó el "imposible" psicoanalítico y que Lacan llama lo real. En Estados Unidos, Lacan caracterizó lo real como algo evasivo: "cuando damos con nuestra cabeza en una pared de piedra, estamos luchando con lo real". La búsqueda de lo real puede conducir a una especie de delirio... o en todo caso a un discurso delirante. Así es cómo Lacan ve el psicoanálisis y la poesía. Cuando Lacan describió el "camino resbaladizo" que había recorrido en su vida de analista, estaba evidentemente describiéndose como alguien cuyos intentos por comprender lo habían puesto en cierto peligro. Lacan decía que se había visto "obsesionado" y "turbado" por sus propias formulaciones y por sus intentos de ser riguroso en lo tocante a lo real, en lo cual "sólo los locos" creen plenamente. En Yale, Lacan lo expresó del modo siguiente: "La psicosis es un intento de ser riguroso. En este sentido diría que yo soy psicótico. Soy psicótico por la sencilla razón de que siempre traté de ser riguroso."
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Evidentemente Lacan tiene la sensación de avanzar por una precaria línea que divide ciencia y poesía, rigor y delirio; está empeñado en un constante proceso de mantener el equilibrio. Y a veces hasta parecería que su estrategia consiste en saltar de lo científico a lo poético y viceversa, al usar "dosis" de cada esfera a fin de corregir la otra y proteger el psicoanálisis de la ultrapoetización así como del reduccionismo científico. Esta estrategia significa que hay una tensión entre Lacan y la mayor parte de su auditorio; y esa tensión afloró a la superficie muchas veces durante el viaje por Estados Unidos.
En un seminario de Yale, Lacan se encontró rodeado por estudiosos de la literatura, psicoanalistas y filósofos. La mayor parte de su público creía en el valor de un enfoque hermenéutico de todas las ciencias del espíritu. Cuando alguien expresó la idea de que acaso el psicoanálisis y la lingüística fueran suficientemente científicos puesto que ambos "nos aproximaron a una realidad desconocida"Lacan cortó aquel comentario y respondió que ello no era así. Aquello no era ciencia. Para ser ciencia se necesitaba algo más. La ciencia auténtica debía seguir la línea de GalileoNewton. En otras palabras, la ciencia era ciencia únicamente cuando se expresaba en ecuaciones matemáticas. Y aunque
"nos valemos del lenguaje para enseñar la ciencia, las fórmulas científicas deben expresarse en pequeñas letras, Explicar 1/2 mv2 (la relación entre masa y aceleración) mediante el lenguaje es sólo un largo rodeo... La ciencia consiste en lo que se mantiene unido en su relación con lo real mediante el uso de pequeñas letras"
Pero cuando, en una conversación mantenida en el Instituto de Tecnología de Massachusetts con Noam Chomsky, éste expresó una concepción de la ciencia en alto grado formalizada, Lacan sintió que necesitaba aplicar un antídoto diferente y se situó en el otro polo. Lacan explicaba aChomsky por qué se sentía preocupado con lalangue, la manera en que él designa un lenguaje específico con sus peculiares "equívocos", con su esquema especial de resonancias internas y de múltiples significaciones. En la pizarra del despacho de Chomsky, Lacan escribió: Deux // D'eux.
Estas son dos palabras francesas, una de las cuales quiere decir "dos" y la otra "de ellos", y la pronunciación de ambas es idéntica. A un lado de la pizarra Lacan escribió otra palabra francesa, Dieu, "Dios", que se pronuncia de manera ligeramente diferente de las otras dos.
Lacan hizo a Chomsky la misma pregunta que había hecho el día anterior a Roman Jakobson: ¿son esos equívocos (de que está hecha la interpretación psicoanalítica) intrínsecos de la lengua o son meramente accidentales en algunos casos? Chomsky respondió a Lacan más o menos como éste había respondido a los hermenéuticos de Yale la semana anterior. Expuso a Lacan una concepción de la ciencia lingüística según el espíritu de las ecuaciones newtonianas que el mismo Lacan había ponderado; Chomsky habló de leyes universales en todas las lenguas. Lacan había preguntado si la lingüística podía prestar ayuda a los analistas en el problema de los equívocos y juegos de palabras y Chomsky contestó que esos no eran ni siquiera problemas para una ciencia lingüística. La lingüística científica debía estudiar las semejanzas en el lenguaje, no las diferencias. Según Chomsky, la función del lenguaje era "como la de un órgano del cuerpo, por ejemplo un oído". Cuando miramos atentamente las orejas de diferentes personas advertiremos diferencias, pero si nos concentramos en las diferencias nos distraeremos de nuestro verdadero trabajo, que es comprender lo que todas las orejas tienen en común, su función. Lacan, visiblemente conmovido, declaró ante el enfoque de Chomsky"Yo soy un poeta".
La conducta de Lacan en estas dos ocasiones distaba mucho de ser modulada. Afirmó la necesidad de la ciencia de las ecuaciones ante quienes él pensaba que recurrirían a justificaciones poéticas para evitar el trabajo duro y riguroso que les esperaba y afirmó la necesidad de la poesía ante otros que pudieran permitir que el rigor científico estrechara su campo de visión. La falta de modulación se extendía a los supuestos que Lacan parecía expresar sobre la naturaleza de la ciencia misma. En la discusión de Yale, por ejemplo, cuando Lacan habló de la "ciencia de pequeñas letras", parecía considerar como ciencia sólo aquellas actividades de la indagación que se ajustan estrechamente al modelo de la ciencia natural. En Yale, Lacan dijo que por el momento estaba sólo formulando "un mínimo matematizable", pero no dejó claramente expuesta su visión del futuro. Mucha gente que escucha a Lacan piensa que la obra de éste fomenta una inquietante visión de una despoetización última del psicoanálisis por obra del formalismo. Se planteó así la cuestión de si para Lacan la poesía en el psicoanálisis es un elemento interino, algo de que uno echa mano mientras no tiene aún una teoría científica completa y coherente. ¿Es la ciencia la visión del futuro y es la poesía el mezquino medio del pasado que se ha convertido ahora en un medio transitorio?
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En Francia, estos problemas de interpretación se han convertido en objeto de acalorado debate. Especialmente los que siguieron a Lacan a lo largo de la trayectoria en la cual luchó contra la teoría mecanicista y contra las instituciones rígidas y en la cual atrajo continuamente a gente al afirmar el elemento existencialista en la vocación psicoanalítica, no pueden aceptar que a la postre la visión de Lacan sea la de que todo se reduzca al matema. Verdad es que a menudo las palabras de Lacan parecen prestar apoyo a esta interpretación literal de sus puntos de vista sobre la ciencia psicoanalítica, pero esta interpretación no es enteramente plausible y por cierto no abarca todo el asunto. Si tenemos en cuenta la conducta de Lacan y el nivel de su discurso, podemos llegar a adoptar una actitud diferente en la que consideremos que la imagen del matemaestá tomada seriamente, pero tomada seriamente como un artificio poético. Según esta segunda interpretación, la matematización del psicoanálisis nunca será realmente completa, pero esa matematización se emplea para hacer que, el psicoanálisis continúe trabajando en una relación positiva con la ciencia. Esto significa que la tendencia del psicoanálisis será la de descubrir e innovar antes que apoyarse en dogmas o sólo en la técnica sin un sentido de experimento. Mientras la primera interpretación devalúa la poesía al considerarla sólo un expediente, la segunda devalúa la ciencia al considerarla una ficción.
Estas dos interpretaciones de lo que implica la concepción lacaniana para el futuro del psicoanálisis aceptan la división de poesía y ciencia pero parece que Lacan vive una visión diferente. Lacan es un poeta cuya ambición fue la de redescubir el psicoanálisis como ciencia. Al tratar de situarlo en uno u otro lado de la línea que separa la ciencia y la poesía, la línea misma entra en cuestionamiento. Lacan pugna por articular un nuevo modo de pensar sobre la interrelación entre psicoanálisis, matemática, ciencia y poesía. ¿Por qué trabaja Lacan con nudos? Esta pregunta se hizo muchas veces durante su visita a Estados Unidos y lo más frecuente fue que se le hiciera con considerable escepticismo. Durante su estada en Yale, Lacan respondió aludiendo a la necesidad de modelos de cómo las cosas están ligadas en complejas maneras. Explicó que para comprender las interconexiones de la psique (lo simbólico, lo imaginario, lo real y el síntoma), él trataba de "inventar otra geometría", una geometría "de la cadena".
Contempla la posibilidad de una matemática que no esté separada de nuestro sentido, de nuestro cuerpo, sino que esté profundamente enraizada en él. En el Instituto de Tecnología de Massachusetts Lacan contó cómo había llegado a preocuparse por "pequeños lazos de cordel" en un intento de pensar en el cuerpo y la psique al mismo tiempo.
Lacan explicó que el hombre siempre había estado preocupado con esferas y círculos como abstracciones de su propia forma. En las manos de los matemáticos, la topología comenzó aparentemente a separarse del cuerpo, pero esa separación es sólo superficial y tal vez defensiva. Lacan cree que una experiencia plena de los nudos, en la cual estemos profundamente compenetrados con las torsiones, vueltas e intrincamientos de los pequeños lazos de cuerda, nos lleva a un choc de retour, algo semejante a un retorno de lo reprimido. Esto ocurre porque podemos describir nuestro propio círculo, retornando desde una noción abstracta de la topología a lo que Lacan cree que eran sus raíces primitivas, es decir, a la topología como una manera de experimentar el cuerpo. Pero el círculo al que Lacan nos condujo no nos volvió a nuestro punto de partida. Nuestra visión de la matemática y de su relación con el inconsciente ha cambiado.
Para Lacan la matemática no es conocimiento descarnado. La matemática está en contacto constante con sus raíces del inconsciente. Ese contacto tiene dos consecuencias: la primera es que la creatividad matemática se alimenta del inconsciente, y la segunda, que la matemática paga su deuda al darnos una ventana que se abre al inconsciente. Lacan dijo con frecuencia que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje".Quizá en algunas maneras importantes, el inconsciente también está estructurado como la matemática, de suerte que la actividad matemática, lo mismo que los sueños, si se la entiende apropiadamente nos da acceso a lo que normalmente está oculto a nosotros.Cuando hablamos de las teorías poéticas, intuitivas, de la psicología, tendemos a emplear adjetivos como "cálidas", "humanas", "humanistas". Los adjetivos implican que nos parecen apropiadas para describir al ser humano total, con sus raíces físicas y sociales. Pero las teorías que se valen de la formulación matemática son consideradas "frías", "impersonales". Por definición, algo que es frío excluye el calor del cuerpo. Pero las ideas deLacan sugieren con vigor que cuando pensamos en el futuro de la teoría psicoanalítica o, a decir verdad, en el futuro de las teorías del espíritu, cuyo contenido apenas podemos hoy imaginar, no tenemos por qué creer que debemos elegir entre el calor poético y los fríos y secos frutos del árbol pitagórico.


Texto extraído de "Jacques Lacan. La irrupción del psicoanálisis en Francia", págs. 272-285, editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 1983.
Edición original: Basic books Inc, Publishers, EEUU, 1979.
Selección y destacados: S.R.
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Relacionar con:  Conferencias en los EEUU - J.L. (I) >>>www.con-versiones.com

LA PARTÍCULA DE DIOS

FÍSICA | Resultados de la 'máquina del Big Bang'

Se estrecha el cerco sobre la 'partícula de Dios'

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en Ginebra. | AP
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en Ginebra. | AP
El mayor acelerador de partículas del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), está funcionando "extremadamente bien", pero todavía habrá que esperar hasta finales de 2012 para saber si existe la llamada 'partícula de Dios', es decir, el bosón de Higgs que explicaría uno de los misterios del Universo: por qué la materia tienen masa.
Así lo ha expuesto el director general del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra, Rolf Heuer, en la presentación de los resultados científicos del primer año de funcionamiento del LHC, conocido popularmente como la 'máquina del Big Bang', durante la Conferencia de Eurofísica sobre Física de Altas Energías, que reúne en Grenoble (sureste de Francia) a 700 científicos.
"La respuesta a la pregunta de Hamlet sobre el bosón de Higgs, ser o no ser, la tendremos al final del año que viene", bromeó Heuer, quien subrayó que no se puede esperar "demasiado y demasiado pronto", ya que se trata del primer año de trabajo de una máquina planeada para permanecer operativa dos décadas.
El LHC, un acelerador de partículas construido en un túnel circular de 27 kilómetros y situado bajo la frontera entre Francia y Suiza, está funcionando mejor de lo que cabía esperar.
En su interior se hacen chocar dos haces de protones que rozan la velocidad de la luz y se analizan las altísimas energías subatómicas que producen. El nivel de colisiones ha alcanzado en tres meses el objetivo fijado para todo el año 2011, es decir 70 millones de colisiones de partículas.
Sin embargo, aún será necesario multiplicar por diez la cantidad de datos estadísticos recabados para saber si existe o no la célebre 'partícula de Dios', agregó Heuer.

Misterios de la Física

"Estamos viviendo momentos muy emocionantes para la física de partículas" y no disponer aún de los datos que permitan despejar esa incógnita no es en absoluto una "decepción", añadió el director del CERN en una conferencia a la que asistieron, entre otros, los premios Nobel de Física David Gross (2004) y George Smoot (2006).
No hay "decepción por no haber encontrado pistas sobre algo que vaya más allá del Modelo Estándar de la física de partículas", que describe las relaciones entre las interacciones fundamentales conocidas entre partículas elementales que componen toda la materia.
"Estaría decepcionado si la máquina no funcionase", añadió.
Se trata del primero de los misterios físicos que intentan desvelar los expertos que trabajan con los datos que genera el acelerador y tanto probar la existencia del bosón como certificar que no existe sería un descubrimiento.
Si se llegara a encontrar el último elemento que falta en el denominado Modelo Estándar de la física de partículas -enunciado en la década de 1960 por el profesor Peter Higgs- se podría comprender por qué las masas de unas partículas elementales y otras son distintas.
Pero si la deseada partícula no apareciese, evidenciaría que el Modelo Estándar de la física de partículas está incompleto y abriría nuevas vías de pensamiento a los científicos.

Resultados revolucionarios

En paralelo, hasta finales de 2012, los responsables del CERN abundarán también en otros de los misterios a los que se consagran los físicos que trabajan con el LHC, considerado una de las mayores proezas científicas de la historia de la ciencia, aunque se espera que "el primer gran descubrimiento llegue el año que viene".
Entre ellos, determinar si existen más de tres dimensiones, comprender las diferencias entre materia y antimateria, saber si existe la supersimetría o determinar si es posible hacer arqueología cósmica y explicar mejor qué pasó durante el Big Bang, hace 14.000 millones de años.
En el tiempo que lleva funcionando el LHC (desde el 20 de noviembre de 2009, tras una avería inicial en 2008) se han comprobado propiedades de partículas ya conocidas, lo que ha permitido avanzar "ahora hacia un territorio inexplorado".
Una vez empiecen a llegar los primeros resultados científicamente revolucionarios, se podrá plantear la construcción de un nuevo acelerador, tarea que requeriría muchos años y financiación, visto que el actual LHC ha necesitado 20 años de trabajo, 4.000 millones de euros de financiación y la contribución de miles de científicos
kANDINSKY-ALGUNOS CÍRCULOS(1926)
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GRAN COLISIONADOR DE HADRONES(LARGE HADRON COLLIDER)LHD

La Máquina de Dios tiene su lugar en Tecnópolis


El Gran Colisionador de Hadrones, el experimento internacional de física que involucra a miles de científicos de 35 países, entre ellos Argentina, puede ser vivenciado en la megamuestra Tecnópolis, que organizó el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Un simulador del Colisionador se encuentra en el Continente Fuego, próximo a la Pared de Fuego de Fuerza Bruta.
Durante 15 minutos, y con el auxilio de tres plataformas giratorias, los visitantes mayores de 9 años podrán sentir la sensación de bajar 100 metros bajo tierra para conocer el Gran Colisionador de Hadrones y su acelerador más grande, el Atlas. La experiencia se compone de láser, música y la proyección de un video en HD que permite acceder a la enorme maquinaria que se encuentra en la frontera franco-suiza, cerca de Ginebra.
Dentro de ese anillo, de 27 kilómetros de diámetro, se aceleran haces de luz en direcciones opuestas para lograr el choque de partículas que permitirá conocer más sobre la conformación de la materia.
El experimento puede ayudar a los científicos a entender fenómenos como la conformación del universo y el Big Bang, explicaron fuentes del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
La experiencia Atlas está recomendada para mayores de 9 años, y tiene una duración total de 15 minutos.
El Ministerio de Ciencia informó que, desde 2007 hasta ahora, aportó más de un millón y medio de pesos para financiar proyectos y apoyar la participación de investigadores argentinos en la iniciativa. En 2009, se firmó un Protocolo de Colaboración entre el gobierno de Argentina y el Laboratorio Europeo de Física de Partículas para desarrollar equipamiento de alta tecnología para el Gran Colisionador de Hadrones.
El convenio fue firmado por Lino Barañao; el director general del CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear, de acuerdo a la sigla de su nombre en francés), Rolf Heur, y el investigador argentino Mario Benedetti, en el marco de la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a ese laboratorio.
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EDWIN PARKER "CY"TWOMBLY-EEUU(1928-ROMA,ITALIA2011)

ARTE | Tenía 83 años

Muere Cy Twombly, el último gran expresionista abstracto

'Lepanto VII', una de las obras de Twombly expuestas en el Prado en 2008.
'Lepanto VII', una de las obras de Twombly expuestas en el Prado en 2008.
Twombly, retratado por Rauschenberg en 1952.
En 2003 recibió el Premio Julio González.
En 2003 recibió el Premio Julio González.
La Historia del Arte pierde al último grande del expresionismo abstracto. El pintor, escultor y fotógrafoestadounidense Cy Twombly ha muerto a los 83 años en un hospital de Roma.
Amigo y compañero de Jasper Johns y Robert Rauschenberg y uno de los artistas estadounidenses más conocidos de su generación, Twombly vivía en Italia desde hace más de medio siglo.
Hospitalizado hace unos días, el pintor sufría desde hace varios años un cáncer. Su muerte ha sido confirmada por Eric Mézil, director de la colección Lambert en Avignon, una galería del sur de Francia, donde se había inaugurado el mes pasado una exposición consagrada a sus fotografías.
Twombly era sin embargo más conocido por sus grandes lienzos,auténticas explosiones de color. Hace tres años, el Museo del Prado dedicó una exposición a su particular visión de la batalla de Lepanto.
Su obra está fuertemente influida por la mitología clásica, griega y latina, y toda la literatura europea desde Arquíloco o Catulo hasta Rilke o T.S. Eliot.

Inicios

Nacido en Lexington (Virginia, EEUU) en 1928, Twombly era un artistaapegado a la civilización mediterránea y más concretamente a Italia, país que visitó por primera vez en 1952-53 junto a Rauschenberg.
Los artistas habían estudiado juntos en el famoso Black Mountain College, de Carolina del Norte, donde enseñaban algunos exiliados de la Bauhaus alemana y donde tuvieron como maestros a Franz Kline, al poeta Charles Olson y al compositor de vanguardia John Gage.
Twombly regresó solo a Roma en 1957, alquiló un apartamento frente al Coliseo, en el que instaló su estudio, y tras un paréntesis entre Nueva York y Lexington y un viaje de recién casado a Cuba, poco después de la Revolución castrista, y a México, volvió con su esposa, Tatiana, a la Ciudad Eterna, ya para quedarse. Actualmente vivía en Gaeta, una ciudad costera entre Roma y Nápoles.

Paralelismos con el graffiti

Influido tanto por el expresionismo de su compatriota Jackson Pollock y el dibujo automático de los surrealistas, el arte de Twombly se ha comparado muchas veces a los graffiti, aunque él mismo rechazase esa descripción al ver en ellos una agresividad, una rabia que a su juicio no tenía en cambio su arte.
La superficie de sus lienzos aparece muchas veces cubierta de garabatos, inscripciones, nombres de personajes mitológicos, citas fragmentarias de poemas clásicos, pero también símbolos priápicos, vulvas y otros elementos de fuertes connotaciones sexuales.
Su arte, enigmático y abierto a toda suerte de interpretaciones, más que describir, evoca. Alude a los placeres de la vida, a las condiciones de la naturaleza, a los elementos, sobre todo el agua, pero también al paso del tiempo, a la mortalidad.
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