Antonio del Castillo, 1650, narra en su pintura la historia de José hijo de Jacob, y preferido de su padre, para envidia de sus hermanos, quienes lo entregan al faraón. Por medio de Putifar. A su vez, la mujer de éste lo acusa de seducirla. Realmente una historia novelesca y relacionada con la vida de Jesucristo. Cuatro siglos nos separan de esta historia y sin embargo parece actual. Exige una atenta mirad. Un relato muy esclarecedor por parte de su curador. Muchas Gracias.
Se vio en prisión, pero sus dones profético lo llevaron al gobierno de Egipto,. D3sde él perdonó a sus hermanos.La Historia aúna mensaje moral y aventura. José como padre, en tanto que su nombre es el vector de una encarnación de la ley en el deseo. La madre. Con sus cuidados están sigñados p9r un interés, aunque sea la de su propia carenciA. Lacan, Dos notas sobre el niño.
Murillo t los barrocos andaluces, maneras de contar.masdearte.com
ResponderEliminarAntonio del Castillo, 1650, narra en su pintura la historia de José hijo de Jacob, y preferido de su padre, para envidia de sus hermanos, quienes lo entregan al faraón. Por medio de Putifar. A su vez, la mujer de éste lo acusa de seducirla.
ResponderEliminarRealmente una historia novelesca y relacionada con la vida de Jesucristo.
Cuatro siglos nos separan de esta historia y sin embargo parece actual.
Exige una atenta mirad. Un relato muy esclarecedor por parte de su curador. Muchas Gracias.
Se vio en prisión, pero sus dones profético lo llevaron al gobierno de Egipto,. D3sde él perdonó a sus hermanos.La Historia aúna mensaje moral y aventura.
ResponderEliminarJosé como padre, en tanto que su nombre es el vector de una encarnación de la ley en el deseo. La madre. Con sus cuidados están sigñados p9r un interés, aunque sea la de su propia carenciA. Lacan, Dos notas sobre el niño.