viernes, 13 de agosto de 2010

FRANCISCO DE GOYA(1746-1828) -LAS MENINAS-1828

Exposición: El trazo español en el British museum. Del Renacimiento a Goya
Monje de Francisco de Goya en Dibujos del Renacimiento a  Goya del British Museum en Madrid-Mayo 2013-La familia del infante don Luis 1784Dibujos del Renacimiento a Goya, Fotogaleria en www.abc.es
Monje, de Goya

4 comentarios:

  1. Influencia de Las Meninas de Velázquez



    La familia del pintor Juan Bautista Martínez del Mazo.
    Aunque se conocen reseñas elogiosas sobre Las Meninas desde el mismo siglo XVII, en realidad hasta el siglo XIX fue una obra desconocida fuera de la Corte madrileña y no alcanzó la fama internacional hasta su exhibición en el Museo del Prado, inaugurado en 1819. Hasta entonces había permanecido confinada en palacios reales de acceso restringido: primero en el Alcázar de Madrid y luego en el nuevo palacio erigido en su lugar, el actual Palacio de Oriente.
    El primer seguidor de Velázquez fue sin duda su yerno Juan Bautista del Mazo, pintor de cámara de Felipe IV el año 1661. En el retrato de la infanta Margarita de Austria de 1666, en el plano posterior se puede apreciar la colocación de Carlos II y la enana Mari Bárbola en una escena similar a la de Las Meninas de Velázquez.102
    También la ambientación y la disposición de los diversos elementos de su obra La familia del pintor Juan Bautista Martínez del Mazo, en la que representa a toda su familia y personal de servicio, remite sin duda a Las Meninas.103
    Luca Giordano, conocido en España como Lucas Jordán, en 1700, después de su viaje a Madrid, donde admiró el cuadro de Las Meninas, realizó una pintura con el título Homenaje a Velázquez que se conserva en la National Gallery de Londres.104
    Las Meninas tuvo una limitada difusión mediante estampas hasta bien avanzado el siglo XIX, y el primer artista que reprodujo el cuadro en grabado fue Francisco de Goya y Lucientes, quien se reconoció fuertemente influenciado por la pintura de Velázquez. Cuando entró a trabajar en la corte española, tuvo acceso a las colecciones de pintura de la corte, y en 1778 publicó una serie de aguafuertes en la que reprodujo cuadros de Velázquez. Hacia 1785 hizo un grabado de Las Meninas, pero no le dejó satisfecho y optó por no publicarlo con el resto de la serie.105 La plancha hubo de desecharse (si bien subsisten siete impresiones de ella). El otro grabado de Las Meninas anterior a 1800 lo hizo en París Pierre Audouin en 1799, con destino a una serie sobre la Colección Real española que se estaba publicando en Madrid. Pero dicha serie fracasó comercialmente y el grabado de Audouin apenas tuvo difusión hasta décadas después.
    La influencia de Velázquez y Las Meninas en Goya se mantuvo a lo largo del tiempo. En 1800 Goya realizó el retrato de La familia de Carlos IV donde, en un acto de homenaje al pintor de Las Meninas, Goya se autorretrata mirando hacia el espectador a la izquierda de la familia real, se acerca en esta pintura a la instantánea fotográfica, como ya había hecho en el con La familia del Infante don Luis en 1784 que se colocó a la izquierda del cuadro
    es.wikipedia.org

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  2. A mediados de agosto de 1783 Goya se traslada a Arenas de San Pedro por invitación del infante don Luis, hermano menor de Carlos III, exiliado en esa localidad abulense. El pintor estuvo con la familia del infante hasta el 19 de septiembre, realizando numerosos retratos individuales de los miembros de la familia. Al año siguiente volvió para ejecutar uno colectivo que aquí contemplamos. Don Luis se sintió feliz en compañía del pintor -llegó a decir de él "Este pintamonas casi caza tan bien como yo"- y quedo francamente contento con los retratos por lo que regaló al maestro 1.000 duros y una bata para su mujer valorada en 30.000 reales. El retrato familiar es una de las primeras obras maestras de Goya. En el centro de la imagen encontramos a doña María Teresa de Vallabriga, esposa del infante, siendo peinada por su peluquero. A su lado don Luis, de perfil, ensimismado con las cartas que se depositan sobre la mesa. Tras él y también de perfil encontramos a su hijo, don Luis María de Borbón y Vallabriga, más tarde cardenal y arzobispo de Toledo. A su lado la pequeña María Teresa de Borbón y Vallabriga, por la que Goya sentía predilección. Esta niña se casaría más adelante con Godoy, retratada por el pintor en un soberbio retrato cuando estaba embarazada. Algunas damas de la pequeña corte y el pintor delante de su caballete completan esta zona izquierda del lienzo. La derecha está ocupada por diferentes amigos y miembros de la corte de don Luis junto a una ama de cría que sujeta a una niña en sus brazos. Goya ha individualizado perfectamente cada uno de los personajes, creando un magnífico ambiente a través de la luz, ambiente distendido como debían ser las veladas de don Luis. La composición se organiza a través de dos diagonales que se cruzan en el centro, lugar ocupado por doña María Teresa. Las calidades de telas y adornos han sido representadas de manera exquisita, abriéndose el maestro la puerta como retratista de corte. Por desgracia para Goya su primer mecenas fallecerá dos años después, siendo sustituido por los Duques de Osuna.

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  3. Dibujo del Renacimiento a Goya



    Santo atado a un árbol,José de Ribera. Sanguina, 232 x 170 mm, 1626, © The Trustees of the British Museum 1850,0713.4
    La exposición comienza con los ejemplares más antiguos que corresponden a artistas del siglo XVI y que desarrollaron su actividad en Castilla, como Alonso Berruguete. Asimismo, esta primera sección explora la repercusión que tuvo para el dibujo español la participación de artistas extranjeros, principalmente italianos, en la decoración del Monasterio de El Escorial. Tal es el caso de Pellegrino Tibaldi del que se incluye uno de los dibujos con arquitectura más sobresalientes del siglo XVI, el Estudio para la decoración de la Biblioteca del Escorial.

    Continúa con la obra de algunos de los pintores más importantes del siglo XVII que trabajaban en distintas regiones del país, las cuales actuaban como ‘centros’ artísticos independientes. Así, Vicente Carducho, Alonso Cano y Francisco Rizi lo hacían en Madrid; Francisco Pacheco, Murillo y Zurbarán, en Sevilla; Juan Ribalta en Valencia o José de Ribera, en Nápoles. Todos ellos fueron representantes del florecimiento del dibujo durante el Siglo de Oro y produjeron ejemplos excepcionales como El enano Miguelito de Rizi, San Miguel Arcángel de Murillo, Curación milagrosa de un santo atribuido a Ribalta o Ticio (o Prometeo) de Ribera.

    Al llegar al siglo XVIII, la exposición incluye obras clave de Luis Paret como Baile de máscaras en el Teatro del Príncipe; de José Camarón, Mujer oriental bajo un toldo; y otros maestros del periodo, que demostraron el considerable aumento del uso del dibujo en respuesta a las tendencias e influencias internacionales.

    La muestra finaliza con la obra de Francisco de Goya, que cambiaría para siempre el panorama del arte español al ayudar a convertir España en una fuerza artística dominante. A través de sus dibujos exploró lo fantástico, las creencias y las conductas humanas. Ocho dibujos del maestro aragonés –correspondientes a toda su carrera y nunca vistos en conjunto en España-, entre ellos el magnífico Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, ponen de manifiesto la incomparable versatilidad de sus recursos gráficos y la variedad de los temas que captaron su atención.www.museodelprado.es

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  4. ENLACES PATROCINADOS




    CRÍTICA DE ARTE
    El trazo español en el British Museum. Dibujos del Renacimiento a Goya

    Una selección de 71 obras procedentes de la colección de dibujo español que atesora el Museo Británico puede verse en el Museo del Prado en una exposición hasta el 16 de junio. El manejo del lápiz negro, la aguada y la sanguina de artistas del Renacimiento hasta Goya queda puesto de manifiesto en esta muestra, que pretende dejar constancia de la indudable utilidad que tuvo el dibujo para los trabajos pictóricos de creadores como Zurbarán, Murillo, Cano, Ribera o Goya. Galería de fotos.

    Elena Viñas / Fotos: Museo del Prado10-04-2013

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    En un recorrido cronológico planteado desde el Renacimiento hasta Goya, el Museo del Prado. expone hasta el 16 de junio una selección de 71 obras procedentes de la colección de dibujo español del Museo Británico. Han sido reunidos trabajos de figuras tan destacadas como Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Ribera o el propio Goya. No falta tampoco un dibujo atribuido a Velázquez titulado Apuntes de caballo en corveta y jinete (1630-40).



    La exposición arranca con el periodo que va de 1550 y 1600 y con Castilla como centro neurálgico de la producción artística de la época. En concreto, auspiciada por el interés de Felipe II por el arte. Un momento en el que fue habitual la presencia de artistas italianos en España, quienes dieron buena cuenta de los avances logrados en aquel país y de los que se dejaron imbuir los artistas que comenzaban a abrirse paso en España. En este espacio, el visitante se encuentra ante piezas como Estudio para la decoración de la biblioteca de El Escorial, de 1588-1592, de Pellegrino Tibaldi, en la que como apunte curioso conviene prestar atención a las anotaciones de Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial, así como con La asunción de la Virgen, de 1555-1561, de Alonso Berruguete, y con Cabeza de monje, de 1635-1655, atribuido a Zurbarán y uno de los dibujos expuestas que mejor demuestran el manejo logrado por los artistas del siglo XVI y XVII para imprimir espiritualidad y profundidad psicológica a sus creaciones gracias a un manejo excelso de las sombras, en este caso sobre el rostro del monje.



    Un segundo espacio está dedicado a Madrid entre 1600 y 1700, etapa en la que el dibujo logró consolidarse en España con ejemplos como las obras de Vicente Carducho o Eugenio Cajés. Es en este ámbito en el que el visitante se topa por primera vez con la sanguina, técnica de dibujo utilizada en primer término como preparación del fresco pero que a finales del siglo XIV fue usada también para dibujar sobre papel. Es el caso de San Jerónimo en el desierto, de 1640-1645, de Antonio de Pereda y Salgado, y de El descanso en la huida a Egipto, de Francisco Camilo.

    Sevilla, Granada y Córdoba representaron entre 1550 y 1700 tres focos artísticos de referencia. A estas ciudades y a este periodo está dedicado el tercer espacio de la muestra, en el que destacan dibujos como Estudio de desnudo masculino sentado, de 1640-1645, del círculo de Herrera el Viejo, en el que la técnica del rayado utilizada concuerda con el estilo que también presenta San Miguel Arcángel, de 1655-1660, de Murillo, quien también hace uso de la sanguina en San Francisco de Padua, en concreto en manos y cara. De esta etapa también conviene nombrar La Asunción de la Virgen, de 1661-1662, de Alonso Cano(...) www.elimparcial.es

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