viernes, 28 de diciembre de 2012

MUSEO DE ARTE, GOYA, GIORGIONE Y BOUGUEREAU-

Museo del Arte



Posted: 27 Dec 2012 09:39 AM PST
Museo del Prado

Francisco de Goya
El retrato de la Condesa de Chinchón es posiblemente el más bello y delicado de los pintados por Goya. Quizá venga motivado por el conocimiento de la modelo desde que era pequeña ya que María Teresa de Borbón y Vallábriga era la hija menor del infante don Luis, el primer mecenas del maestro. Goya sentía gran aprecio y cariño por la joven, casada por intereses varios con Manuel Godoy, el poderoso valido de Carlos IV. La Condesa tiene 21 años, después de tres años de matrimonio, y se presenta embarazada de su primera hija, la infanta Carlota. Está sentada en un sillón de época y lleva una corona de espigas en la cabeza - símbolo de su preñez - y un anillo camafeo en el que se intuye el busto de su marido. La luz ilumina plenamente la delicada figura, resbalando sobre el traje de tonos claros, creando un especial efecto atmosférico que recuerda a las últimas obras de Velázquez. A su alrededor no hay elementos que aludan a la estancia, reforzándose la idea de soledad que expresa el bello rostro de la joven. Y es que Goya concentra toda su atención en el carácter tímido y ausente de María Teresa, animando al espectador a admirarla de la misma manera que hacía él mismo. La factura empleada es cada vez más suelta, formando los volúmenes con manchas de luz y color, como observamos en las rodillas que se intuyen bajo el vestido. No debemos olvidar la importante base de dibujo que presenta, especialmente el rostro. La gama de colores cálidos con la que trabaja otorgan mayor delicadeza y elegancia a la figura que, al igual que el pintor, murió en el exilio, ambos en el año 1828. Sin duda, es una pieza clave en la producción del aragonés.
 
Posted: 27 Dec 2012 09:37 AM PST
National Gallery, Washington

Giorgione
Giorgione ya conocía el arte de Leonardo y esas influencias se aprecian en este trabajo, especialmente la sensación atmosférica creada en el paisaje y en la correcta fórmula de integración de las figuras en él. Los personajes aparecen en el ángulo derecho de la composición, reunidos alrededor del Niño que descansa en el suelo, siendo adorado tanto por los pastores como por los padres. El portal se ha convertido en una cueva en cuyo interior se aprecian las figuras del buey y la mula. Pero el verdadero protagonista de la tabla será el paisaje, que podemos apreciar en toda su belleza en la zona izquierda de la composición. Las figuras se adecuan al espacio natural de manera acertada, creando un sensacional efecto de perspectiva. La luz impacta de lleno en la naturaleza y en los personajes, resaltando sus tonalidades con toda su viveza, imponiendo de esta manera las pautas que caracterizan la pintura veneciana durante el Cinquecento.
 
Posted: 27 Dec 2012 09:33 AM PST
Colección Particular

William Adolphe Bouguereau
Durante el Segundo Imperio francés la temática de desnudo se pondrá de moda, amparada en la mayoría de las ocasiones en los asuntos mitológicos o de género. La presencia de esta temática en el Salón de París será masiva, alcanzando en buena parte de las ocasiones los primeros premios. Es el caso del Nacimiento de Venus de Cabanel, premiado en el año 1863 cuando el Desayuno en la hierba de Manet fue rechazado. William Adolphe Bouguereau será un especialista en desnudos, empleando siempre un estilo academicista que sigue a los maestros del Renacimiento, releídos a través de Ingres y David. El empleo de una técnica preciosista, casi fotográfica, el etéreo ambiente que envuelve las figuras y el remilgado purismo serán las características identificativas de este maestro francés de la segunda mitad del siglo XIX, que alcanzó gran popularidad en el extranjero.
 

1 comentario:


  1. William Adolphe Bouguereau

    (La Rochelle, 1825-1905) Pintor francés. Encarnó el modelo de artista académico tradicional, ajeno a cualquier aire de renovación e imbuido por el ideal de belleza clásica, que llevó a sus lienzos con exquisita técnica y minucioso acabado, en equilibradas y evocadoras composiciones de temática idealizada. Junto con Alexandre Cabanel lideró el arte oficial, gozó de un notable éxito y popularidad en su época y realizó numerosos encargos para el gobierno.

    Fue discípulo entre 1838 y 1841 de Louis Sage, que había tenido como maestro a Jean Auguste Ingres. En 1841 su familia se trasladó a Burdeos, y Bouguereau comenzó el año siguiente a asistir a la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura, con Jean-Paul Alaux como profesor. Ganó un premio en 1844 y decidió dedicarse profesionalmente a la pintura; no obstante, no tenía medios de establecerse en París, de modo que de 1845 a 1846 pintó retratos para reunirlos. También trabajó, por la noche, como contable para un mercader de vinos. Por fin, en 1846 entró en la Escuela de Bellas Artes de París, en el estudio de François-Edouard Picot, de estilo claramente académico. Una de sus pinturas de entonces fue Igualdad (1848).


    Detalle de un autorretrato de Bouguereau (1879)

    En 1850 ganó el Grand Prix de Roma por el cuadro Zenobia descubierta por pastores a orillas del río Araxes. Ese mismo año se estableció en esta ciudad, en la Villa Medici. Allí permaneció hasta 1854, aprendiendo de Jean Alaux y Victor Schnetz, y estudió en profundidad la pintura de Giotto; también le interesaron las obras de varios pintores renacentistas italianos.

    De regreso a Francia, exhibió en el Salón de Pintura de París de 1854 El triunfo de la mártir. Pintado en Roma en 1853, su tema era el traslado del cuerpo de Santa Cecilia a su sepulcro en la catacumba de su nombre, y tenía ya todas las características de su pintura: bocetos iniciales en óleo, colores moderados, figuras en posturas clásicas. En 1856 obtuvo un encargo del gobierno francés para pintar Napoleón III visitando a las víctimas de la inundación de Tarascón de 1856. También pintó La danza (1850), Amor fraterno (1851), El baile (1856), Primavera (1858) y El día de Todos los Santos (1859).

    En 1859 decoró en parte la capilla de San Luis de la iglesia parisina de Santa Clotilde: bajo la dirección de Picot, representó varias escenas de la vida del rey Luis IX de Francia. Continuó además enviando cuadros al Salón de París; el de 1865, Familia indigente, significó la adopción de temas populares, aunque siempre idealizados. En 1867 realizó la decoración del techo de las capillas de San Pedro y Pablo y de San Juan Bautista de la iglesia de San Agustín (París). En 1869 hizo lo propio en el techo de la Sala de Conciertos del Gran Teatro de Burdeos. Otros cuadros de esta época son Descanso en Harvest (1865), El retorno de la primavera (1866), Ofrecimiento de gracias (1867), Arte y literatura (1867) y Chica tejiendo (1869).


    Detalle de Chica tejiendo (1869)
    y Joven con niño (1877), de Bouguereau


    Dedicado además a la enseñanza en la Academia Julian de París desde 1875, en los años setenta dio a sus pinturas mayor luminosidad (por ejemplo, en Ninfas y sátiro, de 1873); en muchos de ellas incluyó figuras infantiles (Paseo en burro, 1878). De 1881 a 1889 se ocupó especialmente en la decoración, con escenas de la vida de Cristo, de la Capilla de la Virgen en la iglesia de San Vicente de Paúl (París). Al mismo tiempo realizó otros cuadros, como Baco joven (1884). En 1888 fue nombrado profesor de la École des Beaux-Arts de París, pero continuó pintando hasta su muerte. Se dedicó también al retrato (Aristide Boucicart, 1875).



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