EL ARTE DE PERFORMANCE DE CARLOS MARTIEL: SANGRE, EPIFANÍA Y REVELACIÓN






El Arte del Performance de Carlos Martiel: Sangre, Epifanía y Revelación

“La ansiedad humana es tan eterna como el deseo” comenta el artista.
Carlos Martiel, A donde mis pies no lleguen, 2011
Courtesy cnap.cult.cu
“El cuerpo tiene una carga, una memoria, que se proyecta desde lo personal pero es memoria universal”. Este parece ser el leitmotif de Carlos Martiel (La Habana 1989), artista del performance que ha acaparado atención internacional, especialmente después de obtener en el año 2013 el Premio Arte Laguna de Performance, en Venecia, por su obra Prodigal Son (Hijo Pródigal, 2010). Martiel se involucra en performances complejos, que desarrolla como rituales en los que coloca su cuerpo desnudo en situaciones dolorosas, muy similares a los procesos de sacrificio de algunas creencias religiosas.
Carlos Martiel comenta que el cuerpo tiene “sus propios paradigmas, ciertos grados de conexiones que nos han sido entregados, y no me permiten ignorar mi materialidad”. Esta es una referencia directa a las cargas sociales que percibe en su propio cuerpo, y que constituyen su fuerza detrás de su personal aproximación al arte. Enfatiza, “la ansiedad humana [sobre el cuerpo] es tan eterna como el deseo””. Las acciones performaticas de Martiel son propuestas viscerales que elaboran en torno a cómo los seres humanos responden a situaciones complejas, como la censura o la persecución por razones culturales o políticas. El se apoya en la historia, en narrativas propias, para comentar en tensiones sociales mientras asume y reta aquello que conocemos por límites.
Carlos Martiel, Prodigal Son (Hijo Pródigal), 2010
En Prodigal Son, Martiel arrodillado en el suelo, vestido solo con pantalones militares se inserta en la piel desnuda de su pecho varias medallas otorgadas a su padre en Cuba a lo largo de su vida. El performance es conducido a la manera de un acto marcial oficial, uno que refleja un doloroso sacrificio social.
Artista visual entrenado en las técnicas tradicionales, Martiel se graduó en el año 2009 de la Academia San Alejandro, en La Habana. También asistió entre el 2008 -2009 a la Cátedra de Conducta, un taller seminario en torno al performance dirigido por la conocida artista conceptual y del performance Tania Bruguera. Esta experiencia transformó la visión creativa de Martiel, y su concepto del arte. Fue un proceso de quiebre que describe como “la perversión del imaginario, buscaba llenar vacios, que no se completaban con nada de lo que conocía hasta el momento. Gradualmente, comprendí que mi cuerpo era el eje de este conflicto, y el medio a través el cual podría evocar mis preocupaciones ontológicas y filosóficas”.
Los performance de Martiel con frecuencia están marcados por dolores físicos auto-infligidos, exponiendo su cuerpo a intensas y desafiantes condiciones. Extraer su propia sangre es con frecuencia parte del proceso, reflejando así en su creencia que “la sangre tiene un poder que el ser humano no acaban de comprender, y es el único elemento que el hombre no ha podido reemplazar por otro”. Sobre el lienzo sacrificado de su cuerpo, Martiel se afianza y dibuja una narrativa interna, donde sus episodios personales son convertidos en referencias. Este proceso narrativo lo lleva a declarar, como manifiesto personal, que el ocupa espacios que no le son explicados culturalmente, le son ajenos, y por tal razón no importa si experimenta con ellos duda, dolor o incomprensión.
Al igual que en La Regla de Ocha o Santería, religión Yoruba que observo al crecer, donde la sangre del animal sacrificado es usada como médium para lograr comunión y comunicación, el sacarse y mostrar su propia sangre es la transferencia de un espacio metafórico a otro. Es un ritual que abre un enlace fuerte a través del sufrimiento, logrando lo que él describe como “epifanía y revelación”. Añade “Usar mi propia sangre como soporte descubre mis ausencias, mis abismos, aunque al mismo tiempo me conduce hacia el universo, unificándome a lo sagrado y lo mundano”. Él propósito de estos performances no es otro que la recolocación social del ser humano, asumiendo un acto materialmente activo donde “cada poro sea una boca denunciadora”.
Carlos Martiel and Gustavo Soler en una representación de Umbral, 2012
Desde Umbral (2012), un performance colaborativo con Gustavo Solar – asociación que se ha movido de lo profesional a lo personal – el trabajo de Martiel ha tomado un camino más plural, donde la sexualidad parece tomar un roll pivote. En Umbral, una puerta removida de su marco separa los cuerpos desnudos de dos hombres. Bajo un silencio total, cada uno utiliza toda su poder para empujar la puerta en dirección opuesta. Un ejercicio de fuerza que se relaciona con la imposición de ideas al otro es desarrollado con la fuerza interior de una batalla sexual.
Durante una presentacion de Mientras ellos nos observan, 2012, de Carlos Martiel
Este camino es explorado con mayor profundidad en Mientras ellos nos observan, donde dos hombres desnudos, aislados en los confines de una habitación, se miran uno al otro a través de las rejas de unas ventanas que los aíslan, observando a la vez lo que sucede en el espacio. Una cámara pasa de mano en mano, mostrando a ambos hombres teniendo sexo íntimamente. El performance establece un puente entre de los límites de lo público y lo privado, con el cuerpo –una vez más – como protagonista y objeto de deseo, para ser observado y cuidado.
Carlos Martiel en Punto di Fuga, 2013

Punto di Fuga (2013), performance central de su última exposición personal, es el resultado de las reflexiones de Martel alrededor de como el cuerpo como entidad integra sus propias proyecciones. El artista desnudo al centro del espacio irradia a las paredes aledañas hilos tensados que han sido cocidos en la piel de su cuerpo, en su frente y espalda. Usar el cuerpo como centro en esta acción cuestiona todo tipo de adaptación y comenta en los riesgos y stress de la integración social. Curada por Eugenio Viola, la muestra reinscribe el proceso de adaptación humana en un contexto político.
La primera muestra de Martiel en América Central fue celebrada de Febrero 18 a Marzo 12 en SaBulee, Ciudad Guatemala. Martiel y otros finalistas del Premio Laguna fueron mostrados en el Arsenale de Venecia el pasado mes. Punto di Fuga, primera exposición de Martiel en Europa, curada por Eugenio Viola, se exhibe en el Museo Nitsch Nápoles, Italia, hasta el 20 de Abril.  
Rafael DiazCasas. Historiador de Arte y curador independiente residente en New York. Escribe para ArtNexus, Arte por Excelencias y otras publicaciones sobre arte y cultura. Recientemente ha publicado Hard Light: The Work of Emilio Sanchez. Actualmente trabaja en una monografía sobre la Historia de la Abstracción en la segunda mitad del siglo XX en Cuba.  cubanartnews.org enviado por www.arteinformado.com

Comentarios

  1. Martiel utiliza su cuerpo como ready made,para recrear escenas atávicas; a la vez que señala su linaje paterno, ostentado por sus trofeos,para poner en cuestión, esta historia de las puertas que han quedado abiertas para el ingreso de colonizadores;
    que no volverán a pasar. Ése parece el juego creado.Pareciera que sus actuaciones alcanzan el límite de su resistencia física, por sus actividades altamente exigentes. Utilizar activamente el cuerpo propio, me recuerdan las performance de Ana Mendieta,(1948, La Habana), 1985,(Nueva York), También, se trató, en una de sus performance de dejar la puerta de su casa abierta, al ingresar encontraban al cuerpo de la artista ensangrentado para escenificar una violación). Y también a Vito Acconci,estadounidense(1940) éste con una performance que aún escandaliza en la que se masturbó un día entero en una Galería oculto bajo una construcción de madera transitable, aunque los espectadores podían escucharle perfectamente.

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  2. Todo es puerta
    Todo es puente
    Ahora marchamos en la otra orilla
    Mira abajo correr el río de los siglos
    El río de los signos
    Mira correr el río de los astros
    Se abrazan y separan y vuelven a juntarse
    Hablan entre ellos un lenguaje de incendios
    Sus luchas son amores
    Son la creación y destrucción de los mundos
    la noche se abre
    Mano inmensa
    Constelación de signos
    Escritura silencio que canta
    Siglos generaciones eras
    Sílabas que alguien dice
    Palabras que alguien oye
    Pórticos de pilares transparentes
    Ecos llamadas señas laberintos
    Parpadea el instante y dice algo
    Escucha abre los ojos ciérralos
    La marea se levanta
    Algo se prepara

    Octavio Paz( México 1914-1998)

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  3. El son entero es un libro de poesía del escritor cubano Nicolás Guillén. Se publicó en 1947.
    Entre otros consta de los siguientes poemas:
    Guitarra
    Mi patria es dulce por fuera
    Sudor y látigo
    Ébano real
    Son número 6
    Turiguanó
    Palma sola
    Agua del recuerdo
    Ácana
    es.wikipedia.org
    En las performance de Carlos Martiel, están las marcas de la tradición afro-cubana del son( canto y baile mulato) con sus expresiones rítmicas, con la posibilidad de ser con su cuerpo vehículo de denuncia social, cómo lo fue Nicolás Guillén con su palabra.

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  4. Nicolás Guillén
    Son número 6
    Yoruba soy, lloro en yoruba
    lucumí.
    Como soy un yoruba de Cuba,
    quiero que hasta Cuba suba mi llanto yoruba,
    que suba el alegre llanto yoruba
    que sale de mí.

    Yoruba soy,
    cantando voy,
    llorando estoy,
    y cuando no soy yoruba,
    soy congo, mandinga, carabalí.
    Atiendan, amigos, mi son, que empieza así:

    Adivinanza
    de la esperanza:
    lo mío es tuyo,
    lo tuyo es mío;
    toda la sangre
    formando un río.

    La ceiba ceiba con su penacho;
    el padre padre con su muchacho;
    la jicotea en su carapacho.
    ¡Que rompa el son caliente,
    y que lo baile la gente,
    pecho con pecho,
    vaso con vaso
    y agua con agua con aguardiente!
    Yoruba soy, soy lucumí,
    mandinga, congo, carabalí.
    Atiendan, amigos, mi son, que sigue así:

    Estamos juntos desde muy lejos,
    jóvenes, viejos,
    negros y blancos, todo mezclado;
    uno mandando y otro mandado,
    todo mezclado;
    San Berenito y otro mandado
    todo mezclado;
    negros y blancos desde muy lejos,
    todo mezclado;
    Santa María y uno mandado,
    todo mezclado;
    todo mezclado, Santa María,
    San Berenito, todo mezclado,
    todo mezclado, San Berenito,
    San Berenito, Santa María,
    Santa María, San Berenito,
    ¡todo mezclado!

    Yoruba soy, soy lucumí,
    mandinga, congo, carabalí.
    Atiendan, amigos, mi son, que acaba así:

    Salga el mulato,
    suelte el zapato,
    díganle al blanco que no se va…

    De aquí no hay nadie que se separe;
    mire y no pare,
    oiga y no pare,
    beba y no pare,
    coma y no pare,
    viva y no pare,
    ¡que el son de todos no va a parar!

    Tomado de El son entero, en Obra poética 1920-1972, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.cvc.cervantes.es

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  5. Embrollos del cuerpo, dirá Lacan. Embrollos de lo verdadero; cuerpo que resiste al significante. Se constituye como piezas sueltas, y no puede constituir su función.
    Lacan en Subversión del sujeto dice, “es preciso que el goce sea rechazado, para que pueda ser alcanzado en la escala invertida de la ley del deseo” [v] Entonces el goce Edípico, es aquel que debe ser rechazado para que pueda ser alcanzado por un no, y que luego sea positivisado.[vi] Lo que Lacan quiere plantear con esto es que hay algo de esta prohibición y de esta positividad, es decir de este no –si que queda por fuera de esta operación, pero que hizo efecto sobre el sujeto. Es algo que queda fuera de la estructura. Es eso que queda fuera de la estructura lo que para Lacan va responder a lo real en la posición femenina. [vii] Es ese goce fuera de la estructura que no pasa por la prohibición, ni por la ley del deseo, es el que va a establecer un acontecimiento de cuerpo. Es un goce que viene del traumatismo de la contingencia.

    El cuerpo histérico testimonia de su desajuste entre el significante y el cuerpo, manteniendo una lucha con el significante amo. La histérica hace existir el goce del Otro en la Otra mujer o en el padre; es el goce que aparece como defensa al Otro Goce. Lo que haría la diferencia con el goce femenino en donde hay una dificultad con el A tachado. Consentir al goce Otro implica aceptar una división.

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