PERDER LA FORMA HUMANA / UNA IMAGEN SÍSMICA DE LOS OCHENTA EN AMÉRICA LATINA
Perder la forma humana
una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina
por Cecilia Rubino
Perder la forma humana, la muestra que puede verse hasta el 10 de agosto en el CAC Muntref, nos invita a sumergirnos en la poética contestaría, rebelde y profundamente política que marcó el fin de los regímenes totalitarios en América Latina.
Desde la curaduría se propone que durante esos años -la muestra comienza formalmente en 1973, año del golpe militar de Pinochet en Chile y se extiende hasta 1994 cuando el zapatismo refunda el activismo a nivel internacional- hubo denominadores comunes en América Latina. Prácticas artísticas que se apropiaron de los espacios urbanos, vinculadas a movimientos sociales, la escena underground o grupos marginales.
Con la premisa de “establecer un contrapunto entre los efectos arrasadores de la violencia sobre los cuerpos y las experiencias radicales de libertad y transformación que impugnaron el orden represivo”, el corpus seleccionado para esta muestra está conformado por 600 obras, en su mayoría documentos -fotos, serigrafías, piezas gráficas, instalaciones, registro de performances- que dan cuenta de estas experiencias fugaces pero sumamente vivaces.
El minucioso trabajo de investigación documental que realizó la Red de Conceptualismos del sur permite reponer el espíritu de esta época: la alegría que produce el retorno a la democracia, la búsqueda de la libertad sexual, la estéticaqueer, elpunky elrock. Uno de los gestos curatoriales más notables de la muestra es otorgarle valor estético y documental a producciones que en muchos casos no los tuvieron originalmente.
En sala pueden verse los trabajos de El Siluetazo, movimiento que lleno la ciudad de Buenos Aires de siluetas vacías un mes antes de las elecciones de 1983. La convocatoria NO +, un slogan del colectivo chileno CADA, que se planteó como una invitación abierta a los ciudadanos de Santiago para que, a diez años del golpe de Pinochet manifestaran los reclamos en oraciones que comenzaban con el símbolo NO +.
Estas obras, junto con los registros de la Cueca de Pedro Lemebel bailada entre dos hombres sobre un mapa de América Latina cubierto de vidrios, la performance Bienvenidos al Circo que realizó Ral Veroni en 1989, la recreación del Hombre de Arena del Periférico de objetos; se articulan en la primer sala de la exhibición: Hacer política con nada. El cuerpo, como objeto plausible de ser transformado en obra se vuelve categórico y es la clave para recorrer el resto de la exhibición. En palabras de Ana Longoni: “da cuenta de cómo el soporte, cuando no se tiene otra cosa, es el cuerpo tanto para mostrar la violencia arrasadora como para expresar la búsqueda de libertad”
Mutilado, intervenido, disfrazado, expuesto; el cuerpo libre del artista se vuelve palpable en la sala dedicada a las desobediencias sexuales. Fotografías orgiásticas, que en algunos casos rozan lo abyecto generando incomodidades y, seguramente, objeciones. El diseño de montaje es acertado en esta sala pequeña, que obliga a estar próximo a los demás espectadores. Es sin dudas un punto de inflexión en el recorrido dePerder la forma humana, una tensión que se disipa en la sala dedicada alpunky la anarquía, ambientada con música deLos Redondos y Sumo, en donde se pueden ver registros fotográficos de bandas punk que signaron la escenaunderpor esos años.
Un poco de historia
Perder la forma humana es un proyecto curatorial de la Red Conceptualismos del sur, un equipo conformado investigadores y artistas de distintas latitudes latinoamericanas. Lo coordinan entre otros las argentinas Ana Longoni y Mabel tapia, la brasileña Fernanda Nogueria y la chilena Fernanda Carvajal. Una de las virtudes de este trabajo colectivo es que permitió trazar una cartografía más amplia y abarcadora sobre esos años en América Latina.
Originalmente fue organizada para el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en donde se exhibió a fines de 2012 y antes de desembarcar en el CAC Muntref de Buenos Aires pasó por museo Mali de Perú a principios de 2013.
El título de la muestra surge de una reflexión del Indio Solari. Una frase que utilizó para describir la experiencia de los primeros recitales de los Redondos, cuando eran sólo 80 personas y no había límite entre el escenario y el público: “la idea era perder la forma humana en un trance que desarticule las categorías vigentes y provea emociones reveladoras”, decía Solari.
PERDER LA FORMA HUMANA
Martes a domingos de 11 a 19hs.
Visitas guiadas: lunes a viernes a las 15hs.
Sábados y domingos a las 17hs.
Visitas guiadas: lunes a viernes a las 15hs.
Sábados y domingos a las 17hs.
MUNTREF – Centro de Arte Contemporáneo
Av. Antártida Argentina 1355
Más info: muntrefcac@untref.edu.ar www.arte-online.net
Av. Antártida Argentina 1355
Más info: muntrefcac@untref.edu.ar www.arte-online.net
Perder la forma humana plantea una imagen de los años ochenta en América Latina que establece un contrapunto entre los efectos arrasadores de la violencia sobre los cuerpos, y las experiencias radicales de libertad y transformación que impugnaron el orden represivo.
ResponderEliminarCuerpos destrozados/cuerpos mutantes. Entre el terror y la fiesta, los materiales reunidos muestran no sólo las secuelas atroces de la desaparición masiva y la masacre bajo regímenes dictatoriales, estados de sitio y guerras internas, sino también los impulsos colectivos por idear modos de vivir en continua revolución.
La exposición señala la aparición múltiple y simultánea de nuevos modos de hacer arte y política en diferentes puntos de América Latina durante los años ochenta. Se presentan los resultados de una investigación en curso impulsada por la Red Conceptualismos del Sur, que, en su primera fase, se ha focalizado en algunos episodios del Cono Sur, Brasil y Perú, con la inclusión de casos puntuales de México, Colombia y Cuba. El lapso histórico considerado se inicia en 1973, año del golpe de Estado de Pinochet en Chile, y se extiende hasta 1994, cuando el Zapatismo inaugura un nuevo ciclo de protestas que refunda el activismo a nivel internacional. Ese período se corresponde con la consolidación del neoliberalismo como una nueva hegemonía, el ocaso de los socialismos reales y la crisis de la izquierda tradicional.
La exposición complejiza este panorama rescatando experiencias que plantearon formas de resistencia a través de soportes precarios como la serigrafía, la performance, el video, la acción poética, el teatro experimental y la arquitectura participativa. Estas prácticas se pueden agrupar en tres núcleos: las políticas visuales impulsadas por movimientos sociales como las Madres de Plaza de Mayo en Argentina y Mujeres por la Vida en Chile; las desobediencias sexuales, que incluyen experiencias de travestismo y corporalidades que impugnan la construcción tradicional de género; la escena underground que, a través de la música, la fiesta y la ética del “hazlo tú mismo”, construyó micromunidades que permitieron recomponer los lazos sociales quebrados por el terror.
Todas estas experiencias llevaron a extraviar la forma humana, tensionando y deformando la concepción humanista de sujeto, y dieron lugar a nuevas subjetividades que pusieron en crisis las formas de existencia conocidas, transformando los modos de entender y hacer política contrahegemónica.
www.museoreinasofia.es