Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos como comida, ropa, herramientas y arm
Uno de los inicios del hacer artístico es el teatro y nace en Grecia. Se trata de la palabra.
ResponderEliminarEl ser humano como finito, deseante, y limitado se aleja del mito en búsqueda de la razón, del logos. El método de Sócrates de argumentación se constituyó en el diálogo. El diálogo reemplaza el odio y la violencia.
Las antiguas historias, todavía míticas, se transforman paulatinamente y se refugian en el teatro. Desde Esquilo a Sófocles y Eurípides los tres grandes trágicos.
Logos se traduce de varios modos: palabra. pensamiento, lenguaje, razón, cuenta, medida. Se fue privilegiando el trabajo del intelecto, realizando un corte epistémico de la realidad que dejó fuera de su alcance, otros modos de conocimiento como el arte.
Platón expulsa a los poetas de La República,; la poesía, sostiene tiene la propiedad de corromper a los hombres. Es muy curioso que Platón relacione las emociones de la tragedia, con la experiencia más femenina-perder el control por ser débil.
Para Nietzsche un ejército de metáforas constituyen el lenguaje, gastadas por el uso, al igual que las monedas.
Platón-afirma Lacan -," es un maestro, un verdadero maestro: un maestro del tiempo en que la ciudad se descompone, arrastrada por la ráfaga democrática, preludio de las grandes confluencias imperiales. Una especie de Sade, pero más gracioso."
Habría mucho para decir de estas letras talladas en madera, que forman figuras humanas y también las de una cruz. Nos remiten a los orígenes, "en el principio fue el verbo". Se enfatiza e decir de Dios, más que el hacer silencioso de la divinidad. Dios dice y con ese decir hace.
También Lacan relaciona la potencia de la letra con la formalización matemática. "Sólo la
matematización alcanza una realidad.(...)
Para Platón, la fuerza de la matemática consiste también en acceder a lo real, que Platón llama inteligible, y que, igual que Lacan, distingue de la realidad, que Platón llama sensible.
Hace poco tiempo, un sobrino me preguntó, cómo empezar, cuáles serían los inicios de lectura para entender la filosofía y el arte. Le respondí más o menos esto que acabo de escribir-
,Hace unos días un joven me preguntaba que podría empezar a leer para entender un poco de arte y le respondí más o menos esto, que termino de escribir, no sin dudas, por supuesto.
Me quedé feliz cuando leí "Diálogos sobre arte" de Cristina Bulacio y Ana Lucía Frega-Son brillantes especialistas que inician sus diálogos de esa manera.El libro es de editorial Bonum, Buenos Aires, 2008
Antígona
ResponderEliminar[Teatro: Texto completo]
Sófocles
Personajes:
Antígona, hija de Edipo.
Ismene, hija de Edipo.
Creonte, rey, tío de Antígona e Ismene
Eurídice, reina, esposa de Creonte.
Hemón. Hijo de Creonte.
Tiresias, adivino, anciano y ciego.
Un guardián.
Un mensajero.
Coro de ancianos nobles de Tebas, presididos por el Corifeo.
La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su hermana Ismene, a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio.
ANTÍGONA.
Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú que conoces las desgracias de la casa de Edipo, ¿sabes de alguna de ellas que Zeus no hay a cumplido después de nacer nosotras dos? No, no hay vergüenza ni infamia, no hay cosa insufrible ni nada que se aparte de la mala suerte, que no vea yo entre nuestras desgracias, tuyas y mías; y hoy, encima, ¿qué sabes de este edicto que dicen que el estratego1 acaba de imponer a todos los ciudadanos?. ¿Te has enterado ya o no sabes los males inminentes que enemigos tramaron contra seres queridos?
ISMENE
No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna de seres queridos, ni dulce ni dolorosa, desde que nos vimos las dos privadas de nuestros dos hermanos, por doble, recíproco golpe fallecidos en un solo día2. Después de partir el ejército argivo, esta misma noche, después no sé ya nada que pueda hacerme ni más feliz ni más desgraciada.
ANTÍGONA
No me cabía duda, y por esto te traje aquí, superado el umbral de palacio, para que me escucharas, tú sola.
ISMENE
¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te ensombrece.
ANTÍGONA
Y, ¿cómo no, pues? ¿No ha juzgado Creonte digno de honores sepulcrales a uno de nuestros hermanos, y al otro tiene en cambio deshonrado? Es lo que dicen: a Etéocles le ha parecido justo tributarle las justas, acostumbradas honras, y le ha hecho enterrar de forma que en honor le reciban los muertos, bajo tierra. El pobre cadáver de Polinices, en cambio, dicen que un edicto dio a los ciudadanos prohibiendo que alguien le dé sepultura, que alguien le llore, incluso. Dejarle allí, sin duelo, insepulto, dulce tesoro a merced de las aves que busquen donde cebarse. Y esto es, dicen, lo que el buen Creonte tiene decretado, también para ti y para mí, sí, también para mí; y que viene hacia aquí, para anunciarlo con toda claridad a los que no lo saben, todavía, que no es asunto de poca monta ni puede así considerarse, sino que el que transgrieda alguna de estas órdenes será reo de muerte, públicamente lapidado en la ciudad. Estos son los términos de la cuestión: ya no te queda sino mostrar si haces honor a tu linaje o si eres indigna de tus ilustres antepasados.
ISMENE
No seas atrevida: Si las cosas están así, ate yo o desate en ellas, ¿qué podría ganarse?
ANTÍGONA
¿Puedo contar con tu esfuerzo, con tu ayuda? Piénsalo.
ISMENE
¿Qué ardida empresa tramas? ¿Adónde va tu pensamiento?
ANTÍGONA
Quiero saber si vas a ayudar a mi mano a alzar al muerto.
ISMENE
Pero, ¿es que piensas darle sepultura, sabiendo que se ha públicamente prohibido?
ANTÍGONA
Es mi hermano —y también tuyo, aunque tú no quieras—; cuando me prendan, nadie podrá llamarme traidora.
¡Y contra lo ordenado por Creonte, ay, audacísima!
ANTÍGONA
El no tiene potestad para apartarme de los míos.
ISMENE
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