El próximo miércoles 8 de Julio se inaugura en Galería XS (Nueva Costanera) la exposición de la fotógrafa Natalia Vial.
El trabajo de fotografía de Natalia Vial se ha enfocado en capturar atmósferas que muestren y evoquen sensaciones que van más allá de lo meramente visual.
En este trabajo Natalia saca fotografías de habitaciones de diferentes hoteles que han sido ocupadas por pasajeros inmediatamente después de haberlas entregado y previo a que las mucamas las ordenen para la llegada de otras personas, “el objetivo de trabajar con hoteles es que las habitaciones se comportan como escenografías neutras que acogen la atmósfera que dejan pasajeros anónimos. No hay elementos personales, sino sólo objetos que se hacen testigos de la presencia de vidas anónimas…”
En ese ambiente (decía Tarkovski que un creador nunca crea en un ambiente ideal) Fink se encontrará de bruces con el pánico a la hoja en blanco, un bloqueo del que sólo saldrá tras un acontecimiento espeluznante que no desvelaremos, y que le hará tocar fondo de una maldita vez. Ahí, en el pozo anímico más absoluto, Fink por fin se pondrá a escribir como un loco, sin parar, durante muchos días, recuperando la fe y haciendo crecer un ego que, según él, no debería figurar en la personalidad de ningún escritor. Antes, claro, ha conocido a W. P. Mayhew (el gran John Mahoney), que es otro sosias cruel de otra figura real, en este caso el legendario novelista William Faulkner, al que los Coen, con una mala leche desconocida en sus películas más recientes, dejan de borracho y de farsante para arriba, en una de las mejores secuencias de la película. De la envidia inicial de Fink hacia Mayhew/Faulkner, de su atracción hacia su ayudante (una estupenda Judy Davis), de su culpabilidad homosexual, de su frustración como escritor, de su posterior desprecio hacia Mayhew, los Coen deducen una aventura psicológica de gran calado poético. Conclusión y escena preferida Rara y extrema película, también valiente e impredecible. Unos Coen que poco o nada tienen que ver con los de ahora, mucho más mecánicos y que parecen haber dejado el piloto automático puesto. Barroca y violentísima, ‘Barton Fink’ posee una escena que a mí siempre me ha hipnotizado y que, de alguna manera, atrapa la retina del espectador y le explica muchas cosas del mundo interior de Fink. Más que una secuencia, es una serie de imágenes, con la chica de la playa, la enorme roca contra la que golpean las olas, la caja de misterioso contenido (cada cual pondrá dentro lo que le apetezca), la figura encogida y torturada del escritor, que por unos momentos puede saborear cierta paz, en el caso de que sea una imagen real. Porque algo nos hace sospechar que es producto de su imaginación.blogdecine.com
La fotógrafa Natalia Vial expone en Galería XS
ResponderEliminarEl próximo miércoles 8 de Julio se inaugura en Galería XS (Nueva Costanera) la exposición de la fotógrafa Natalia Vial.
El trabajo de fotografía de Natalia Vial se ha enfocado en capturar atmósferas que muestren y evoquen sensaciones que van más allá de lo meramente visual.
En este trabajo Natalia saca fotografías de habitaciones de diferentes hoteles que han sido ocupadas por pasajeros inmediatamente después de haberlas entregado y previo a que las mucamas las ordenen para la llegada de otras personas, “el objetivo de trabajar con hoteles es que las habitaciones se comportan como escenografías neutras que acogen la atmósfera que dejan pasajeros anónimos. No hay elementos personales, sino sólo objetos que se hacen testigos de la presencia de vidas anónimas…”
Desde el 08 de julio al 03 de agosto
En ese ambiente (decía Tarkovski que un creador nunca crea en un ambiente ideal) Fink se encontrará de bruces con el pánico a la hoja en blanco, un bloqueo del que sólo saldrá tras un acontecimiento espeluznante que no desvelaremos, y que le hará tocar fondo de una maldita vez. Ahí, en el pozo anímico más absoluto, Fink por fin se pondrá a escribir como un loco, sin parar, durante muchos días, recuperando la fe y haciendo crecer un ego que, según él, no debería figurar en la personalidad de ningún escritor. Antes, claro, ha conocido a W. P. Mayhew (el gran John Mahoney), que es otro sosias cruel de otra figura real, en este caso el legendario novelista William Faulkner, al que los Coen, con una mala leche desconocida en sus películas más recientes, dejan de borracho y de farsante para arriba, en una de las mejores secuencias de la película. De la envidia inicial de Fink hacia Mayhew/Faulkner, de su atracción hacia su ayudante (una estupenda Judy Davis), de su culpabilidad homosexual, de su frustración como escritor, de su posterior desprecio hacia Mayhew, los Coen deducen una aventura psicológica de gran calado poético.
ResponderEliminarConclusión y escena preferida
Rara y extrema película, también valiente e impredecible. Unos Coen que poco o nada tienen que ver con los de ahora, mucho más mecánicos y que parecen haber dejado el piloto automático puesto. Barroca y violentísima, ‘Barton Fink’ posee una escena que a mí siempre me ha hipnotizado y que, de alguna manera, atrapa la retina del espectador y le explica muchas cosas del mundo interior de Fink. Más que una secuencia, es una serie de imágenes, con la chica de la playa, la enorme roca contra la que golpean las olas, la caja de misterioso contenido (cada cual pondrá dentro lo que le apetezca), la figura encogida y torturada del escritor, que por unos momentos puede saborear cierta paz, en el caso de que sea una imagen real. Porque algo nos hace sospechar que es producto de su imaginación.blogdecine.com