domingo, 14 de febrero de 2016

AMOR Y DOLOR, EDVARD MUNCH

Amor y dolor, Edvard Munch

 Publicado por Laura Prieto Fernández
Dolor y amor de Edvard Munch es uno de los cuadros más enigmáticos de la historia del arte las diferentes interpretaciones que a lo largo del tiempo han surgido en torno a esta obra pictórica, hacen que su leyenda vaya en aumento cada día hasta el punto de que la pintura es más conocida por el nombre que los espectadores le han otorgado -El Vampiro- que por el nombre que en su día le pusiera el propio artista.
vampiro-munch
Edvard Munch (1863 – 1944) es uno de los mayores representantes noruegos de la corriente estilística del expresionismo. Aunque el artista procedía de una familia bien posicionada su infancia y juventud no fue agradable, la muerte de su hermana y su madre debido a la tuberculosis causó fuerte mella en la personalidad y la vida del artista. El propio Munch aceptaba de buen grado su conflictiva personalidad considerándola como la base de su genio artístico. Su obra expresa con genialidad la expresión humana, las líneas torsionadas y los colores con fuerza desgarradores son la base de una genial producción que no ha dejado a nadie indiferente.
En Dolor y Amor Munch presenta una pintura realizada en óleo sobre lienzo en torno a 1894; la obra forma parte del conocido Friso de la Vida, un conjunto de obras que el artista expuso en 1902 dentro de la Secesión berlinesa. Estas obras representaban las pasiones y sentimientos intimistas del artista noruego y todas ellas giran en torno a los temas de amor, muerte y angustia existencial.
La pintura representa a una bella dama de cabellos rojizos y tez blanquecina que abraza consoladoramente a un hombre vestido que se derrumba en su regazo; la joven es la representación del amor que consuela cariñosamente al dolor representado por la figura masculina. En realidad los personajes son una joven modelo que a menudo posaba para el artista y Adolf Paul amigo del pintor; según contaba el propio Paul, estando él un día en el estudio de Munch el artista incitó a la joven pelirroja a posar abrazando a su amigo.
La leyenda surgida con posterioridad habla de cómo la joven representa a una vampiresa que muerde apasionadamente a su víctima mientras éste se entrega lánguidamente a ella en un abrazo letal.
Los rostros de los personajes no muestran demasiados detalles, en realidad no se trata de ningún retrato sino de la representación de emociones. La obra del noruego expresa como pocas la dualidad existente entre el dolor y el amor, entre el querer y el no ser correspondido y si el hombre cae apesadumbrado sobre el regazo de la dama, parece que ella pretenda atraparlo en su seno, quizás en alusión a la madre o la hermana que el artista perdió cuando todavía era demasiado joven.
Munch pintaría otras tres versiones más de esta obra que se encuentran en los museos de Oslo y Gottemburgo, mientras que ésta primera versión pertenece a un coleccionista privado después de que en 1903 fuera adquirida por el coleccionista Johann Ankker.


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1 comentario:

  1. Mientras que en la arquitectura las tendencias se han ido simplificando, en cambio en las artes plásticas el panorama resulta confuso y complejo por la convivencia de posturas distintas que van desde la aceptación del “Expresionismo” hasta la aparición del “Minimalismo”, pasando por el “Hiperrealismo” o la “Transvanguardia”.
    El período informalista tuvo su máxima expresión en el “Expresionismo abstracto” norteamericano, el cual empezó a cuestionarse a finales de los años 50, pidiendo una vuelta a los aspectos racionales e intelectuales, para no basarse tanto en los gestos intuitivos. Así, a lo largo de las dos décadas siguientes, en los años 60 y 70, se suceden las denominadas “Neovanguardias”, corrientes diversas que comparten el amor por la racionalidad. Fueron pioneros en ello artistas como Barnett Newman o Lucio Fontana que manifestaron su rechazo al cromatismo característico de la “Escuela de Nueva York”, aunque ninguno pueda librarse del influjo informalista, por ejemplo en la elección de gamas cromáticas con clara intencionalidad emotiva.


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