ENIO IOMMI, 1926-2013 SU OBRA Y SUS PALABRAS
Las maravillas del mundo
Enio Iommi
La muestra de Enio Iommi "Las maravillas del mundo", se presenta en la Fundación Federico Jorge Klemm hasta el 30 de septiembre.
Texto de Enio Iommi para la muestra:
Estoy realmente agotado de ver y vivir con gobernantes que imponen sus poderes.
Es tiempo de que la humanidad viva a pleno y no con la esperanza de vivir naturalmente y sin imposiciones medievales.
Por tal motivo creo que el anarquismo como valor humano nos daría con la clave y el derecho de vivir con plenitud. De crear e inventar una vida para desarrollar humildemente la escala humana.
El arte, su contenido es profundizar los pensamientos, es decir, que los distintos valores sean más humanos, para que la poesía de la propia vida pueda desarrollar un mundo más amable y sincero.
Mis últimas obras manifiestan las agresiones que padece parte de la humanidad.
Con tales esculturas deseo reflejar esas agresiones que muchas veces nosotros los humanos sufrimos.
La exposición que realizo expresa lo bárbaro a lo que muchas veces nos dejamos llevar por la inconsciencia.
Por tal motivo esta exposición se titula Las maravillas de nuestro mundo.
Creer en los ideales de la utopía es una posibilidad para soñar, porque la verdad contiene partes muy obscuras que se inclinan más al poder de decir “yo tengo la verdad”, ¿pero cuál?, la tuya, la mía o de los otros.
La verdad es una especie de ambigüedad, aunque se desee que sea única sin escuchar la de los otros.
En cambio la mentira es hacer creer que es la verdad y es así como nos hacen vivir.
Creo que la emoción del arte construye el propósito universal para comprendernos y relacionarnos con la cultura.
En fin, la condición humana es compleja, por tal motivo las relaciones y los diálogos nos darían la convivencia, pero desgraciadamente es una ilusión, ya que la realidad nos hace aceptar la actual vida que nos imponen.
Me acompaña en la muestra mi hijo Rafael Girola.
Lo invité, porque sus obras reflejan el drama de la vivencia.
Quizás por su profesión como astrónomo ve a la tierra como un planeta todavía en desarrollo.
Es tiempo de que la humanidad viva a pleno y no con la esperanza de vivir naturalmente y sin imposiciones medievales.
Por tal motivo creo que el anarquismo como valor humano nos daría con la clave y el derecho de vivir con plenitud. De crear e inventar una vida para desarrollar humildemente la escala humana.
El arte, su contenido es profundizar los pensamientos, es decir, que los distintos valores sean más humanos, para que la poesía de la propia vida pueda desarrollar un mundo más amable y sincero.
Mis últimas obras manifiestan las agresiones que padece parte de la humanidad.
Con tales esculturas deseo reflejar esas agresiones que muchas veces nosotros los humanos sufrimos.
La exposición que realizo expresa lo bárbaro a lo que muchas veces nos dejamos llevar por la inconsciencia.
Por tal motivo esta exposición se titula Las maravillas de nuestro mundo.
Creer en los ideales de la utopía es una posibilidad para soñar, porque la verdad contiene partes muy obscuras que se inclinan más al poder de decir “yo tengo la verdad”, ¿pero cuál?, la tuya, la mía o de los otros.
La verdad es una especie de ambigüedad, aunque se desee que sea única sin escuchar la de los otros.
En cambio la mentira es hacer creer que es la verdad y es así como nos hacen vivir.
Creo que la emoción del arte construye el propósito universal para comprendernos y relacionarnos con la cultura.
En fin, la condición humana es compleja, por tal motivo las relaciones y los diálogos nos darían la convivencia, pero desgraciadamente es una ilusión, ya que la realidad nos hace aceptar la actual vida que nos imponen.
Me acompaña en la muestra mi hijo Rafael Girola.
Lo invité, porque sus obras reflejan el drama de la vivencia.
Quizás por su profesión como astrónomo ve a la tierra como un planeta todavía en desarrollo.
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Los dos al mismo tiempo-2012-Materiales diversos
Los dos al mismo tiempo, obra de 2012 de Enio Iommi realizada con materiales diversos, es un caso paradigmático en el arte argentino, en la hermenéutica de lo extremo. Anunciaba desde 1997 su propósito de traspasar los límites de la escultura académica utilizando materiales pobres , de descarte o kitsch, para dar cuenta del mundo en que le toca vivir. En la imagen de esta obra: "Los dos al mismo tiempo" los excrementos mancillan a los amantes que comparten incómodamente un mismo inodoro. Los deshechos del cuerpo ejercen una perversa fascinación en el espectador.Su mirada sorprendida queda atrapada en el triunfo de lo ominoso en la (supuesta) bella intimidad del encuentro.
ResponderEliminarLa impactante versión extremista, escatológica, de Iommi tiene antecedentes en la historia del arte. La obra de Piero Manzoni "Mierda de artista"(1961). Fue pionera la obra de los Accionistas Vieneses, también las performances de Eva Hesse, Mike Kelley y Paul McVarthy y "La cara cubierta de excrementos (1989-1990)de David Nebreda.Iommi convierte el asco en categoría estética. Su desafío no es gratuito, piensa que sólo a través del shock que produce lo repugnante podría ser tocada la conciencia adormecida. Sustituir el placer estético por lucidez estética.
Esta obra cómo otras tantas provoca al espectador mismo al replanteo de su sí mismo. A la pregunta: Quién soy en definitiva? Lacan en una Conferencia que esta en este blog, dice algo así, cómo: Hablemos de la mierda. Son interrogantes que inmovilizan y plantean el ser en el mundo-el borde del Real-al poder superar la perplejidad y no cerrar la obra, sino abrirla, desplegarla promueve nuevas instancias comprensivas. Acá hay un artista. Tenemos varios por acá.
Fuente: Elena Oliveras, "Lo extremo minimalista: vacío, oscuridad, vapor".En "Estéticas de lo extremo", Buenis Aires, Emecé arte, 2013
Murió el escultor rosarino Enio Iommi
ResponderEliminarEl reconocido escultor rosarino -exponente del arte concreto-, falleció ayer en San Justo a los 87 años y sus restos serán despedidos hoy de 11 a 16 en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta.
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Enio Girola nació en Rosario en 1926, se inició muy temprano en el oficio de la escultura, bajo la dirección de su padre, el milanés Santiago Girola, del mismo oficio.
A lo largo de su carrera, al artista se dedicó al cincelado, esmaltado, relieve, calco, modelado en arcilla, cera y yeso, realización de maquetas, talla directa, fundición en bronce, chapa batida y dibujo.
En 1945 realizó sus primeras esculturas concretas y, al año siguiente, fue uno de los miembros fundadores de la Asociación Arte Concreto-Invención.
En 1946, firmó el Manifiesto Invencionista, junto a su hermano Claudio Girola, Lidy Prati, Tomás Maldonado, Raúl Lozza, Manuel Espinosa, Edgar Bayley, Alfredo Hlito, Oscar Núñez y Jorge Souza, entre otros.
A comienzos de los años 50, en las series "Esculturas direccionales, Continuidades lineales y Construcciones espaciales", empleó diversos materiales como alambre, aluminio, acero inoxidable o bronce.
En 1952, integró el Grupo de artistas modernos de la Argentina, junto a Hans Aebi, José Antonio Fernández Muro, Claudio Girola, Sarah Grilo, Alfredo Hlito, Tomás Maldonado y Miguel Ocampo.
Participó en 1958 en la Exposición Internacional de Bruselas y en 1960, representó a la Argentina en la II Exposición Internacional de Arte Concreto llevada a cabo en la Kunsthaus de Zurich.
Al año siguiente intervino fuera de concurso en la VI Bienal Internacional de San Pablo y en 1964 integró el envío argentino a la XXXII Bienal de Venecia. En tanto, en 1969 participó en la I Bienal de Nüremberg.
Invitado por el gobierno italiano, en 1968 recorrió Italia, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos y Francia, oportunidad en que realizó dos esculturas para la ciudad de Cannes.
Entre sus exposiciones individuales, destacan la exposición retrospectiva 1945/1980 en el Museo Eduardo Sívori (1980); "Para no caer en toques artesanales", Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), 1994; "Mis utopías vs. la realidad", Galería Ruth Benzacar, 1999 y la exposición antológica realizada en el Centro Cultural Recoleta en el 2001.
En 1975 fue nombrado Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes, cargo al que renunció en 1999.
Participó en las exposiciones internacionales "Argentina. Arte Concreto Invención 1945. Grupo Madí 1946", en la galería Rachel Adler de Nueva York (1990) y "Abstract art from Río de la Plata. Buenos Aires and Montevideo 1933/53" en The Americas Society de Nueva York (2001).
Muchas de sus esculturas están emplazadas en lugares públicos y privados, como la que concibió para una casa proyectada por Le Corbusier, en la ciudad de La Plata (1954); la realizada para el Teatro San Martín (1960); la situada en la Facultad de Arquitectura de Valparaíso (1967) y la de los Jardines del Museo Nacional de Bellas Artes (1977).
También se destacan sus trabajos en el Hotel Sheraton de Buenos Aires (1972); el Prado de Esculturas del Parque Baconao en La Habana (1985); el Parque de Aji, Isla de Shikoku, Japón (1987); el Parque Marinha; Porto Alegre (1988); y en el Parque Internacional de Esculturas, Museo de Arte de Brasilia (1998).
Incansable trabajador, Iommi fue protagonista activo de una generación que creyó en la utopía moderna y se convirtió en uno de los escultores argentinos más reconocidos del último siglo.
"Lo importante para el artista es dejar algo a esta humanidad", pregonaba el artista en la edición 2008 de la feria arteBA, en donde fue homenajeado.
www.telam.com.ar
Deposiciones(...)
ResponderEliminarA los adolescentes de mi generación, quizás demasiado fijados en la fase retentivo-anal, nos encantaban aquellas cacas de mentirijilla que podían adquirirse en las tiendas de artículos de broma. Yo puse una sobre la mesa del cura que nos daba latín y la ocurrencia estuvo a punto de costarme la expulsión. Aquellas boñigas de cartón pintadas en varios tonos de marrón, no olían, como tampoco lo hace el dinero. Suetonio refiere que cuando Tito reprochó a Vespasiano el cobro de un impuesto sobre las letrinas (aquí, cualquier día de estos) el emperador le contestó con célebre frase que haría suya el maestro Ferlosio: pecunia non olet. Desde mucho antes de Freud, sabemos que caca y oro son uno y lo mismo, como también descubrió Dalí (que pintó mucha caca). Lenin, llevado de ardor revolucionario, afirmó una vez (lo recuerda Paul Nizan) que cuando el comunismo hubiera llegado al último rincón del planeta, se construirían letrinas de oro. Acerca del excremento humano trata precisamente La materia oscura (Tusquets), de Florian Werner, pretenciosamente subtitulado “historia cultural de la mierda”. Y menos mal que, como decía Barthes (y, antes, Agustín de Hipona), la mierda escrita no huele mal, porque si no mis arcadas y borborigmos habrían sido apoteósicos. En sus páginas hay mierda a granel. También de coprófagos famosos, como santa Margarita de Alacoque, que comía, por mortificarse, la caca de los enfermos que cuidaba. Werner, se refiere en algún momento al “comedor de mierda” alemán (Schitenfreter), pero ignora el elegante encomio del “ángel de la coprofilia” que realiza Pere Gimferrer en esa obra maestra de la poesía catalana que es Mascarada: “el gotear del cobre líquido / nalgas que dan melocotones / regalan monedas de moka / aroma de ámbar subterráneo” (traducción de Justo Navarro). En todo caso, el libro de Werner está demasiado centrado en la cultura de la caca alemana, que goza de un extenso vocabulario (¿sabían ustedes que, en el idioma de Goethe y Goebbels, alguien “tiquismiquis”, como Merkel, es un Korintherkacker, un “cagador de pasas de Corinto”?). Claro que también menciona al caganer de los belenes, que los catalanes han sabido exportar, como el cava, al resto de la nación que les incomoda. Y de la caca de artista: desde la enlatada de Piero Manzoni hasta la blasfema de Chris Ofili, que puso de los nervios a Rudolf Giuliani cuando el anglonigeriano expuso en Brooklyn su madona elaborada con deyecciones de elefante.
Aunque, tal vez, el mejor artista de la mierda de lo que va de siglo XXI sea un personaje literario, ese Brint Moltke que defeca directamente obras de arte en el estupendo cuento de David Foster Wallace “el canal del sufrimiento”, que pueden leer en Extinción (Mondadori), el último libro de relatos que publicó antes de colgarse. Paso por alto, finalmente, el problema teológico, que Werner solo plantea: si Cristo adoptó la naturaleza humana sin dejar de ser Dios, ¿qué estatuto tendrían sus deyecciones, suponiendo que alguien hubiera tenido la precaución de conservar alguna? Y ahora les dejo, que tengo que ir al baño (a vomitar).cultura.elpais.com
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) expone un amplio conjunto de pinturas, fotografías, filmes y documentos representativos del accionismo vienés de la Colección Hummel, uno de los fondos privados europeos especializados en obra de los artistas Günter Brus, Otto Muehl, Hermann Nitsch y Rudolf Schwarzkogler, que impulsaron este movimiento que transcurrió de forma intensa en Viena entre 1960 y 1970, cronología a la que pertenecen la mayor parte de las obras expuestas.
ResponderEliminarHay que situar el accionismo vienés desde un punto de vista histórico en la encrucijada del acto performativo que sacude el mundo de Oriente a occidente a finales de los años 50 del siglo XX. Había que romper desde un posicionamiento crítico con la hegemonía de la pintura abstracta norteamericana de la Escuela de Nueva York y con el informalismo europeo. Su objetivo era ampliar el campo de la pintura hacia el espacio performativo. Se abren las puertas a un arte de comportamiento en que la actitud suplantará al objeto, bajo los dictados de un tiempo real.
Los accionistas vieneses consiguen producir por primera vez en Austria un
movimiento de auténtica vanguardia, utilizando el cuerpo como instrumento para una práctica revolucionaria, tanto artística como política, lo que fue un fenómeno único en la Europa de posguerra. Se produjo paralelamente al happening norteamericano, al movimiento Fluxus internacional, a la orientación performativa de artistas alemanes como Joseph Beuys y Wolf Vostell, junto al despertar de ciertas explosiones neodadaistas, como el grupo Gutai en Japón, los situacionistas y letristas franceses y otras neovanguardias.
En Austria, el accionismo vienés constituyó una respuesta agresiva a la
conservadora generación austriaca posterior a la Segunda Guerra Mundial en un país donde la reconstrucción fue más difícil todavía, debido a su alineamiento con el nacionalsocialismo, a la gran represión a la que fue sometido después de la guerra, cuya independencia e integración no le llegó hasta 1955, y a los valores tradicionales y burgueses marcados por un enraizado catolicismo y una carencia de vanguardias en las primeras décadas de siglo XX.(...)artenlared.com