El especialista en arte latinoamericano Gregorio Luke lanzó ayer una voz de alarma por la suerte de las «joyas» artísticas que posee Detroit, incluidos 12 murales del mexicano Diego Rivera, tras la declaración de bancarrota.
En una entrevista con Efe Luke, exdirector del
Museo de Arte Latinoamericano de Long Beach (California) y excónsul para asuntos culturales de México en Los Ángeles, mostró especial preocupación por los murales de Rivera, sin olvidar por ello otras obras de «valor incalculable» del
Instituto de Artes de Detroit.
Fundado en 1885, este museo, que ocupa su actual sede desde 1927, tiene una colección de arte que está entre las seis mejores de EE.UU, según su página web.
El museo posee piezas de arte de todas las procedencias y épocas, desde la prehistoria hasta el siglo XXI, incluidos cuadros de Bruegel, Miguel Ángel, Caravaggio y Rembrandt.
«Detroit está en quiebra y esa ciudad posee una de las más importantes colecciones de arte en EE.UU.», dijo Luke, quien destacó que en «lacuna de la industria automovilística las más denotadas obras de arte pertenecen a la urbe».
«Estamos preocupados en los círculos artísticos de todo el continente por el destino que tendrán los doce murales de Diego Rivera en Detroit», agregó.
El especialista mexicano advirtió de que pueden caer en manos de coleccionistas privados si los acreedores de la capital de Michigan, deciden subastarlos para recuperar parte del dinero adeudado.
Paisaje industrial
Pamela Marcil, portavoz del Instituto de Artes de Detroit, dijo a Efe que entienden esta preocupación, pero aseguró que las autoridades de Detroit y el propio gobernador de Michigan, Rick Snyder, «no quieren poner en la mesa de negociación el edificio del Instituto y las obras de arte». «No creemos que eso de vender o subastar las obras vaya a ocurrir, pero si intentan hacerlo entonces vamos a pelear para que no ocurra en el juicio», aseguró.
«El arte en Detroit era accesible al público en el museo del Instituto de Artes, pero hoy, con la ciudad en bancarrota, todas sus posesiones, que incluyen el edificio del Instituto y las obras que contiene, que son auténticas joyas, están sujetas a los reclamos de los acreedores de la ciudad», indicó, por su parte, Luke.
Entre «esas gemas valiosísimas» están los murales que Henry y Ethel Ford encargaron en 1932 al pintor mexicano Diego Rivera para las paredes del Instituto. «Los murales están inspirados en las industrias de la ciudad, que incluye la automovilística. Es una docena de murales que son la obra máxima de Diego Rivera en Estados Unidos», aseguró Luke.
«Los murales coloridos relatan visualmente el proceso de creación de varias industrias y los más famosos son los de la creación del automóvil, desde que la materia prima se extrae de la tierra, la creación de las piezas, ensamblaje, hasta el producto terminado que es un vehículo», describió.
«Diego Rivera decía que la mayor satisfacción que tuvo en Detroit fue ver las expresiones en los rostros de los trabajadores cuando entraron a ver los murales, que reaccionaban como si estuvieran ante un gran espejo», destacó Luke.
«Los murales coloridos relatan visualmente el proceso de creación de varias industrias y los más famosos son los de la creación del automóvil, desde que la materia prima se extrae de la tierra, la creación de las piezas, ensamblaje, hasta el producto terminado que es un vehículo», describió.
ResponderEliminar«Diego Rivera decía que la mayor satisfacción que tuvo en Detroit fue ver las expresiones en los rostros de los trabajadores cuando entraron a ver los murales, que reaccionaban como si estuvieran ante un gran espejo», destacó Luke.
Retomar para la historia el principio del montaje. Descubrir en el análisis de un pequeño momento singular el cristal del acontecimiento total de su obra.
Los murales de Diego Rivera se convierten en un "órgano del despertar histórico", como las construcciones de Walter Benjamin van construyendo cada piso de un edificio; comenzando por la cosecha del maíz, por los conquistadores y el mestizaje, lo que el mundo le debe a México, la revolución zapatista, la educación pública, la gesta de la independencia; es un pensar dialéctico que se va construyendo a través de sus frescos.
Concibe el arte como Dentckbilder(imagen pensamiento), dialogando con Marx, a la manera de las interrelaciones entre Benjamin y Heidegger.
Para Rivera como para Benjamin, todo acto de lectura literario o histórico está fundamentalmente predicado en una relación con la imagen. Su obra es un proyecto pictórico historiográfico, ilumina aquello que es propio de su cultura.
Que la historia cultural se convierta en un mero fetiche y su texto se vea amenazado por su conversión en mercancía intercambiable se convertiría en un acontecimiento demoledor, porque quedaría amenazada la legibilidad de la cultura de un pueblo.
Es la vida desnuda (nuda vita)de Agamben, cuando se refiere al destino del arte en la cultura occidental y la crisis de la poíesis. Estoa conceptos surgen a partir de una cita de Hölderlin quien sitúa a la obra de arte en una dimensión en la que está en juego la relación del hombre con la historia;
"la obra de arte no es ningún valor cultural ni un objeto privilegiado para la aísthesis de los espectadores y tampoco la absoluta potencia del principio formal, sino que se sitúa, en cambio en una dimensión más esencial, porque siempre hace acceder al hombre a su estructura original en la historia y el tiempo".
Estamos ante el peligro, como muy bien lo señala Agamben: "en que la relación del hombre con la historia, más específicamente con su pasado, no, en un orden de la transmisión, sino de la acumulación de objetos en la la figura del coleccionista.
El hombre pierde su tradición y el pasado se vuelve intransmisible.