Gabriela Bertiller es artista, tiene 43 años y busca al hombre de su vida. No la asustan la tasa de divorcios ni las feministas. Ella quiere un hombre y no a cualquiera, al de su vida ni más ni más ni menos. Hasta el miércoles, recibía sin distinción a cualquier candidato que se acercara hasta el living de su casa, que desde el 17 de octubre estaba instalado en la galería Mock, en el barrio de Retiro. De eso se trataba su muestra performática Deseo . Cada uno de sus muebles, sus libros y adornos estaban ubicados en el centro de la galería. En el sillón que ahora falta en su verdadera casa, Bertiller espera que llegue el candidato ideal.
Al parecer ya hubo algunas propuestas interesantes: trajeron esa caja de bombones que luce en su mesa ratona, cartas y hasta un rosario. Mezclar la religión en una primera cita –todas aquí son primeras citas– quizá sea un error, pero Bertiller no está del todo de acuerdo. “¿Por qué? El señor que lo dejó es un divino. Me los dio antes de irse para Santiago del Estero, donde tiene campos”, explicaba sentada en su sillón. Para cualquier tía gorda del barrio sería un excelente partido. Pero hay de todo bajo la viña del señor, incluso acosadores. Como ese stalker que le hizo notar a la artista que los discos que aparecen en la filmación que registra su mudanza, no están en la muestra. Algunas de las contraindicaciones de buscar públicamente un novio.
–¿Hay algo de verdad detrás de esa búsqueda, la puesta?
–¿Qué quiere decir de verdad? Es la vida misma.
Y no suena al eslogan de Gran Hermano, es el eslogan de Gran Hermano. Bertiller aseguraba que su intención era ir de lo privado a lo público y, también, que muchas mujeres se sienten identificadas, que alguna ya le pidió que le avise si aparece un candidato interesante que no la convenza. Pero también hay que hablar de uno, porque ella también pregunta: quiere saber.
“Es lo que es”, insistía. Y el miércoles era una artista resfriada.
En el subsuelo de la galería, entre los materiales con los que la artista trabaja, sobresalía un vistazo más profundo del que podía verse en el living. Ahí estaban también sus obras, el verdadero brillo –por eso usa tanto el dorado– de la artista, que enseñaba cada pieza con tiempo y paciencia. “Tengo 43 años y busco al hombre de mi vida”, se leía en la pared antes de abandonar la galería. Semejante definición puede espantar a cualquiera, pero las tías gordas se equivocan poco: siempre hay un roto para un descosido. Según cuenta Bertiller, hay bastantes que merodean. www.revistaenie.clarin.com.ar
La espera, es, en un sillón "que falta", en su verdad/era casa; me resonó algo del ideal, un vacío de ideales?. Busca un candi(do)dato. Se trata de una fábula, de algo que está por decir, en un lenguaje que es de ausencias. Hay un candido que le señala "la falta de los discos", es desdoblamiento entre su casa y la galería que es simulacro. Pone sobre la mesa lo que es del orden de lo indecible, de las alusiones, de los secretos a las modulaciones de su corazón, que sin embargo, deja huellas por donde se filtra el deseo. Le creo más a estas permutaciones del sillón, está en la muestra, pero falta en su casa, del olvido de los discos.
Plan de Bienal de Estambul Artistas 15-Minute "Interrupción" 01 DE SEPTIEMBRE 2015 Bienal de Estambul de Carolyn Christov-Bakargiev abre esta semana, y un grupo de artistas tienen la intención de infundir la abertura con un reconocimiento de la reciente agitación política que aflige a la minoría kurda de Turquía. Una carta enviada esta mañana a todos los participantes bienales "proponer [s] que todos suspendemos presentación de nuestros trabajos durante 15 minutos durante la inauguración de la Bienal" en reconocimiento a la ruptura violenta en las conversaciones de paz entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el gobierno de Turquía en las últimas semanas. Firmado por participante bienal basado en Mardin Pelin Tan y su Colectivo ArtikIsler, junto con el editor de artista y e-flux Anton Vidokle, la misiva pretende infundir un sentido de urgencia en lo que ya es un programa bienal políticamente sensible. "Con Anton, pens...
http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_Vic%C3%BAs http://www.historiacultural.com/2009/04/la-cultura-vicus-intermedio-temprano.html La cultura Vicús, tiene tres etapas: Etapa Chavín/ Etapa de desarrollo original/ Etapa de influencia Mochica- Textil Chimú textil Chimú news.bbc.co.uk Vestimenta ceremonial de un niño de la nobleza: corona, unku)camisa) con diseño de cruz andina. Cetro con plumas y zapatos con adornos de plata. news.bbc.co.uk
Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos com...
Gabriela Bertiller es artista, tiene 43 años y busca al hombre de su vida. No la asustan la tasa de divorcios ni las feministas. Ella quiere un hombre y no a cualquiera, al de su vida ni más ni más ni menos. Hasta el miércoles, recibía sin distinción a cualquier candidato que se acercara hasta el living de su casa, que desde el 17 de octubre estaba instalado en la galería Mock, en el barrio de Retiro. De eso se trataba su muestra performática Deseo . Cada uno de sus muebles, sus libros y adornos estaban ubicados en el centro de la galería. En el sillón que ahora falta en su verdadera casa, Bertiller espera que llegue el candidato ideal.
ResponderEliminarAl parecer ya hubo algunas propuestas interesantes: trajeron esa caja de bombones que luce en su mesa ratona, cartas y hasta un rosario. Mezclar la religión en una primera cita –todas aquí son primeras citas– quizá sea un error, pero Bertiller no está del todo de acuerdo. “¿Por qué? El señor que lo dejó es un divino. Me los dio antes de irse para Santiago del Estero, donde tiene campos”, explicaba sentada en su sillón. Para cualquier tía gorda del barrio sería un excelente partido. Pero hay de todo bajo la viña del señor, incluso acosadores. Como ese stalker que le hizo notar a la artista que los discos que aparecen en la filmación que registra su mudanza, no están en la muestra. Algunas de las contraindicaciones de buscar públicamente un novio.
–¿Hay algo de verdad detrás de esa búsqueda, la puesta?
–¿Qué quiere decir de verdad? Es la vida misma.
Y no suena al eslogan de Gran Hermano, es el eslogan de Gran Hermano. Bertiller aseguraba que su intención era ir de lo privado a lo público y, también, que muchas mujeres se sienten identificadas, que alguna ya le pidió que le avise si aparece un candidato interesante que no la convenza. Pero también hay que hablar de uno, porque ella también pregunta: quiere saber.
“Es lo que es”, insistía. Y el miércoles era una artista resfriada.
En el subsuelo de la galería, entre los materiales con los que la artista trabaja, sobresalía un vistazo más profundo del que podía verse en el living. Ahí estaban también sus obras, el verdadero brillo –por eso usa tanto el dorado– de la artista, que enseñaba cada pieza con tiempo y paciencia. “Tengo 43 años y busco al hombre de mi vida”, se leía en la pared antes de abandonar la galería. Semejante definición puede espantar a cualquiera, pero las tías gordas se equivocan poco: siempre hay un roto para un descosido. Según cuenta Bertiller, hay bastantes que merodean.
www.revistaenie.clarin.com.ar
La espera, es, en un sillón "que falta", en su verdad/era casa; me resonó algo del ideal, un vacío de ideales?.
ResponderEliminarBusca un candi(do)dato.
Se trata de una fábula, de algo que está por decir, en un lenguaje que es de ausencias. Hay un candido que le señala "la falta de los discos", es desdoblamiento entre su casa y la galería que es simulacro.
Pone sobre la mesa lo que es del orden de lo indecible, de las alusiones, de los secretos a las modulaciones de su corazón, que sin embargo, deja huellas por donde se filtra el deseo. Le creo más a estas permutaciones del sillón, está en la muestra, pero falta en su casa, del olvido de los discos.