Michel Houellebecq - entrevista elcultural.es

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  1. Michel Houellebecq
    Otros nombres: Michel ThomasPaís: FranciaNacimiento: Reunión, 26 de febrero de 1958eBooks de Michel HouellebecqCasa del LibroModificar autor

    Biografía de Michel Houellebecq
    Escritor francés nacido en la Isla de Reunión el 26 de febrero de 1958 con el nombre de Michel Thomas, adoptando posteriormente el pseudónimo de Michel Houellebecq en honor a su abuela, que fue quien lo crió.

    Aunque ya había publicado ensayos (por ejemplo, un libro sobre Lovecraft) y numerosos poemas, el reconocimiento le llegó con su primera novela, Extension du domaine de la lutte (Ampliación del campo de batalla, 1994), que basada en el boca a boca y sin apenas publicidad se convirtió en un superventas en Francia. Con Les particules élémentaires (Las partículas elementales, 1998) se afianzó como uno de los más importantes escritores de su país, ganando el premio Novembre y el Nacional de las Letras para jóvenes talentos. El éxito total le llegaría con la aclamada (y denostada a partes iguales) Plateforme (Plataforma, 2001), una polémica novela tras cuya publicación Houellebecq fue acusado de misoginia, pornografía y racismo (parte del transfondo de la novela tiene relación con el Islamismo radical). Aparte, la principal acusación fue la de haber trivializado el turismo sexual en Extremo Oriente y el Caribe. Tras una entrevista posterior en la que lanzó duras palabras contra el Islam, fue llevado a juicio, aunque ganó la causa. También ha cultivado la ciencia ficción con su novela La possibilité d´une île (La posibilidad de una isla, 2005), novela que sin embargo no ha tenido la repercusión de obras anteriores.
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  2. (...)Son de destacar las referencias a algunos filósofos occidentales como Comte, Schopenhauer, Kant, o a temas filosóficos: la voluntad de poder, la conciencia de sí mismo y la relación con el prójimo, la muerte, la psiquiatría, etc., aunque como decimos no son temas tratados en profundidad, sino breves pinceladas introducidas en diálogos o en reflexiones. Algunas de estas reflexiones son totalmente irónicas o jocosas, como las que hace sobre Michael Jackson, o sobre los bebés: "monstruitos feos que cagan sin control y lanzan aullidos insoportables [...] son como animalitos, aunque con tendencias malignas" [pp.282-283].

    En cualquier caso, la novela es extremadamente moderna, y eso es uno de los atractivos que nos hace mantener la lectura (aunque quizás lo hubiera sido más de haberse publicado tras el 11-S), y es que hace referencias constantes a la vida política y cultural de nuestro tiempo, circunstancia que será saboreada con más placer por aquellos que conozcan Francia o Thailandia.

    Ahora bien, todo lo anterior no son sino adornos del tema de fondo (o, mejor, el fondo que rodea a la figura), a saber, las relaciones sentimentales, el amor y el sexo... Sobre todo, el sexo. Si en Ampliación del campo de batalla se plantea amarga, descarnadamente y sin visos de solución el problema de la extensión de la lucha por los recursos económicos al terreno de la sexualidad —tesis darwinista por excelencia, pero cuya verdad quedaba negada debido a la existencia de las normas sociales [1]—; si en Las partículas elementales se analiza con mucho más detalle dicha extensión y como única (y velada) salida se propone el amor [2]—aunque irónicamente también se propone una utopía genetista—; en Plataforma Houellebecq se burla de otra posible solución: la huida hacia delante en el despropósito mercantil, la prostitución generalizada.

    En Plataforma el abordaje del sexo sufre una variación respecto de las dos obras anteriores mencionadas: si en aquéllas era la seducción el mecanismo a través del cual se conseguían establecer los encuentros sexuales, una seducción producto del narcisismo y del egoísmo, en ésta se explora la suplencia de la seducción por el dinero.

    Los hombres buscan dos tipos de mujeres: "una dulce esposa que les lleve la casa y cuide a los niños" [p.132], o bien amantes ocasionales. Lo primero se ha vuelto muy difícil de encontrar en Occidente debido, precisamente, al egoísmo y narcisismo, a la falta del sentimiento de entrega, sin embargo, es una norma todavía presente en sociedades orientales y tradicionales, razón por la cual al turista sexual le es relativamente fácil encontrar esposa por aquellos lares, ya que les prometen una vida desahogada y apartada de la prostitución [que dicho sea de paso, son pocas las mujeres que la ejercen por gusto]. Por otro lado, en los encuentros ocasionales los occidentales de clase media-alta prefieren la prostitución a la seducción, ya que así evitan el campo de batalla [p.133].

    Si en Ampliación del campo de batalla y en Las partículas elementales se narran la estructura y génesis del campo de la seducción, que al final no resulta ser sino un cambalache de características físicas y locuaces de las personas, la auténtica ampliación del mercado [3] (en sentido estricto) se narra en Plataforma: es aquí donde se ve como las relaciones mercantiles (con el dinero como equivalente universal) penetran en el terreno de las relaciones sexuales y sentimentales [pp.260-261], es aquí donde se ven nítidamente diferenciadas las clases económicas, los pudientes y los desheredados. ](...)www.filosofia.net

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  3. (...)Autor y personaje, a la manera de un Buda maldito, transitan y analizan la condición humana desde una compasión infinita, tan escéptica y desafectada, que termina por parecerse a su contraparte más cínica ymiserable, la misantropía. Pero no lo es. El epígrafe de Balzac con que abre la novela se encarga de aclararlo: “Cuanto más infame es su vida, más la valora el hombre; y entonces es una protesta, una venganza de todos los instantes”.
    Podría decirse que con Plataforma queda bien definido el modelo Houellebecq. Consiste en generar una amalgama que equilibra distintas porciones de literatura, periodismo, divulgación científica, promoción comercial y filosofía. No obstante, la habilidad más destacable del condenado Houllebecq sigue siendo la misma: la de encontrar y exponer –reponer– en su versión más simple y directa –la más escandalosa– el modelo causal subyacente a contingencias tan aparentemente fortuitas como son la vida, el amor y el capitalismo.Jonathan Rovner / Traducción Encarna Lastejón 2003 /www.pagina12.com.ar

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  4. El mapa y el territorio de Michel Houellebecq:
    Si Jed Martin, el protagonista de esta novela, tuviera que contarles la historia, quizá comenzase hablándoles de una avería del calentador, un 15 de diciembre. O de su padre, arquitecto conocido y comprometido, con quien pasó a solas muchas noches navideñas.

    Evocaría, desde luego, a Olga, una rusa muy bonita, a la que conoce al principio de su carrera en la exposición inaugural de su obra fotográfica, consistente en los mapas de carreteras Michelin. Esto sucede antes de que llegue el éxito mundial con la serie de “oficios”,
    retratos de personalidades de todos los sectores (entre ellas el escritor Michel Houellebecq), captados en el ejercicio de su profesión.

    También debería referir cómo ayudó al comisario Jasselin a dilucidar un caso criminal atroz, cuya aterradora puesta en escena dejó una impronta duradera en los equipos de la policía. Al final de su vida, Jed alcanzará cierta serenidad y ya solo emitirá murmullos.

    El arte, el dinero, el amor, la relación con su padre, la muerte, el trabajo, Francia convertida en un paraíso turístico… son algunos de los temas de esta novela decididamente clásica y abiertamente moderna.
    www.lecturalia.com
    Premio Goncourt 2010

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  5. Seleccioné un párrafo de la novela, ahí va:
    "ser artista, en su opinión, era ante todo ser alguien sometido. Sometido a mensajes misteriosos, imprevisibles, que a falta de algo mejor y en ausencia de toda creencia religiosa había que calificar de "intuiciones"; mensajes que no por ello ordenaban de manera menos imperiosa, categórica, sin dejarte la menor posibilidad de escabullirte, a no ser que perdieras toda noción de integridad y de respeto por tí mismo.Esos mensajes podían entrañar la destrucción de una obra, y hasta un conjunto entero de obras, para emprender una nueva o incluso a veces sin un rumbo en absoluto, sin disponer de ningún proyecto, de la menor esperanza de continuación. En este sentido, y sólo en este sentido, la condición de artista, podía calificarse de "difícil".
    En este sentido también y sólo en él, se diferenciaba de esas profesiones u "oficios"
    a los que rendiría homenaje en la segunda parte de su carrera, la que le granjearía un renombre mundial."(...)

    Los estudios de Jed habían sido puramente literarios y artísticos y nunca había tenido la oportunidad de meditar sobre el misterio capitalista por antonomasia: el de la "formación de precios."(...)

    (...) Jed tiritaba, sentía crecer una crisis incontenible, y se echó a llorar cuando le vino a la memoria la letra de "Salut les amoureux"
    Nos hemos amado como nos dejamos
    con toda sencillez, sin pensar en mañana
    el mañana que vuelve siempre un poco con excesiva rapidez,
    en los adioses que a veces se produce un poco demasiado bien.
    Pidió un whisky en la esquina de la rue Vavin y enseguida se dio cuenta de su error. Tras la quemazón reconfortante le inundó de nuevo la tristeza, las lágrimas le corrían por la cara.(...)
    Ted, es francés y llora por amor, también ellos lloran por amor¡.este agregado es mío.
    Busca, una Francia que se va, con nostalgia y dolor.

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