ESPAÑA, PAÍS INVITADO EN LA FERIA DEL LIBRO DE CÓRDOBA (ARGENTINA)
España, país invitado en la Feria del Libro de Córdoba (Argentina)
01 septiembre, 2014 | Por María Jesús Burgueño | Categoría: Actualidad, Bibliotecas, Feria del Libro, Ferias | Imprime esta noticia
España es el país invitado en la XXIX edición de la Feria del Libro Córdoba 2014, que se celebra desde el 28 de agosto hasta el día 14 de septiembre en dicha ciudad argentina. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Centro Cultural España Córdoba (CCEC) promoverán diversas actividades (exposiciones, conferencias, lecturas y presentaciones de libros) en las que participarán destacados autores españoles, como Emilio Ruiz Mateo, Elvira Navarro, Abraham Grajera, Agustín Fernández Mallo, Elsa Punset y Alexis Ravelo.
En la jornada inaugural de la Feria se abrirán al público tres muestras en el Cabildo Histórico de Córdoba, que cuentan con el apoyo de la Cooperación Española a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID): el ‘I Encuentro Cartonero’, organizado por la Biblioteca de la AECID y la Universidad Complutense de Madrid; ‘Cómic e Ilustración Injuve 2012’, organizada por el Instituto de la Juventud de España, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la AECID; e ‘Historia de los Premios Miguel de Cervantes’, de la Secretaria de Estado de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, traída a Córdoba con la colaboración de AECID.
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de su libro "El placer del texto", lo mismo que el texto indica.
ResponderEliminar“El texto que usted escribe
debe probarme que me desea.
Esa prueba existe: es la escritura.”
Barthes
Queremos lograr la continuidad de un interrogante y la puesta a punto es su condición, seguir introduciendo el vínculo entre psicoanálisis y literatura, para eso proponemos una lectura del texto “El placer del texto” de Roland Barthes. Esto es así porque creemos que no sólo en la escritura hay ya la posibilidad de la expresión de este vínculo, sino también en la lectura. Desde ya en el psicoanálisis no se trata sólo de la escucha, la lectura está profundamente implicada (por ejemplo en lo que a la lectura de un síntoma se trata), pero ésta del texto es de otra estofa. Veamos si es así.
Lectura del texto escrito, lectura de placer, Barthes nos va insertando en sus vaivenes, de los que saldrá también alguna propuesta sobre el goce. El placer y el goce -enseña el psicoanálisis- deben ser distinguidos, y más, el goce no debe ser sólo asociado a Sade, a la perversión, ni a lo mortífero. Barthes lo comenta y es un esfuerzo que no deberíamos desconocer. Incluso es por allí donde parece que se pudo leer otro tipo de goce, distinto al Freudiano, tanto para Lacan como para Barthes. En el cuerpo y en el texto hay similitudes, si pensamos por ejemplo en lo erótico –según Barthes- “allí donde la vestimenta se abre, centelleo, puesta en escena de una aparición-desaparición.”[i] Lo que gusta en el relato es “la rasgadura que le impongo a su bella envoltura”.[ii] Pero con esto ya hay varios pasos dados: el primero, tomar al texto como cuerpo, el segundo, que ese cuerpo sea el del otro, tercero, que sea cierta subjetividad la que impone. ¿Preguntamos entonces de quién es el placer, quién siente el goce?
Esta imposición del lector parece lograr el texto de placer, pero también el del goce. Hay diferencias dijimos –desde el psicoanálisis- entre placer y goce, pero también para Barthes, para los textos. El texto de placer colma, proviene de la cultura, el texto de goce se juega en su pérdida, hace vacilar los fundamentos[iii], surge del escándalo, traza un corte, y genera un sujeto como contradicción viviente, “el sujeto dividido que goza simultáneamente a través del texto de la consistencia de su yo y de su caída”[iv].(...)
www.elsigma.com/literatura/el placer del texto
Nicolás Cerruti, "El placer del rexto"
ResponderEliminarEmilio Ruiz Mateo es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y Master en Gestión del Patrimonio Histórico y Cultural por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido jefe de redacción de la revista Eñe, del sitio Notodo.com y coordinador de la revista Ojodepez. También ha coordinado el programa Conversaciones Transatlánticas de la Miami Book Fair y las actividades de La Noche de los Libros de Madrid.
Además de colaborar en publicaciones para el primer distribuidor europeo de productos de ocio cultural FNAC y en el suplemento El Viajero del diario El País, entre sus trabajos destacan también la dirección de la Colección de Novelas Cortas de La Fábrica Editorial y la coordinación de la Biblioteca BlowUp Libros Únicos de la misma editorial.
Hoy, Emilio Ruiz Mateo orienta sus proyectos a los medios periodísticos digitales, escribiendo y coordinando contenidos web como trabajador freelance. En la actualidad dirige el portal de referencia en literatura en España Estandarte y colabora con la revista de tendencias Numerocero y el portal líder en información femenina en España Enfemenino. Fue coordinador web de PHotoEspaña y colaborador de la revista de tendencias Calle 20, Matador o Lecool, entre otras.
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Andrés Neuman Antonio Román Care Santos Coradino Vega Daniel Sánchez Pardos David Vicente Deni Olmedo Elvira Navarro Emilio Ruiz Mateo Enrique Redel Fernando Sánchez Calvo Fernando Ángel Moreno Guillermo Ruiz Villagordo Hilario Rodríguez Ignacio Sanz Jaime Valero José Morella Juan Soto Ivars Luis Manuel Ruiz Manuel Vilas Marta Sanuy Aina Marta Sanz María José Montesinos María Pilar Queralt del Hierro María Ruisánchez Miguel Sanfeliu Nabor Raposo Nacho Montoto Pedro Pujante Recaredo Veredas Ricardo Triviño Santiago Pajares Victoria R. Gil Ángeles Prieto
colectibobandaparte2.blogspot.com
Su blog: www.elprocesadordetextos.wordpress.com
Elvira Navarro es una escritora comprometida, una autora que nunca se abstrae de la realidad y a la que le interesa su entorno, un material del que hace literatura con un lenguaje potente y frágil a la vez. Ahora, en su tercera novela, La trabajadora, indaga en la crisis y la enfermedad mental. Considerada como una de las voces mas singulares y prometedoras. Fue premio Jaén de Novela con La ciudad feliz (2009), un título que también le valió el Premio Tormenta al mejor nuevo autor y ser finalista del Premio Dulce Chacón de narrativa española, Elvira Navarro acaba de publicar una novela nada complaciente con el lector, una lupa en los detalles y grietas de este momento social. En La trabajadora, publicada por Literatura Random House, Navarro (Huelva, 1978) traza un juego narrativo, porque el libro también es una oda al arte de la ficción, con la historia de Elisa, una correctora de libros, que trabaja en una editorial que cada vez retrasa más los pagos, circunstancia que la lleva a una progresiva precariedad económica. He querido abrir la novela a otros lenguajes y tocar también otros temas como la reconstrucción de la identidad Elisa comparte piso en un barrio de Madrid con una inquilina extraña de la que no sabe nada y quien responde a sus preguntas solo con historias, con ficciones para despistar. Y todo ello en medio de la angustia, la locura y la medicación narrado de forma metafórica y onírica. "Desde que me di cuenta, cuando empecé a escribir, de que se trataba de un tema laboral quise rápidamente desvincularme de ese lenguaje, de algo que fuera tan usado y que fuera algo más eficaz desde el punto de vista del lenguaje también", explica la autora que en 2010 fue incluida entre los 22 mejores narradores en lengua española menores de 35 años por la revista Granta. Una historia sobre la crisis y la precariedad laboral y sobre la locura narrada desde diferentes puntos dependiendo de quien hable y con lenguajes distintos; a veces realista, a veces onírico. "He querido abrir la novela a otros lenguajes y tocar también otros temas que me interesan como la reconstrucción de la identidad", añade la autora. "Hay una confrontación con dos personajes, dos mujeres, y las dos tienen problemas de salud mental. Una de ellas los tiene desde hace tiempo y de una manera muy bruta construye su vida desde la patología. La otra, desde una lógica más normal, tiene ataques de ansiedad por el tema laboral y aspira a recuperar su salud", argumenta Navarro. Una novela urbana Y a este escenario en el que la autora aplica un bisturí que comienza desde la primera página con una entrada brutal, le añade un personaje, que es la propia ciudad, los entornos urbanos que explora Navarro y que dice que le sirven como inspiración para comenzar la novela. "Con mi escritura recorro entornos urbanos porque son los que me llevan a la historia. Me pateo la ciudad y lo primero que veo son calles concretas, como el barrio de Carabanchel, donde viví hace tiempo. Me interesa sacar la ciudad como espejo de lo que somos y no el centro, sino la periferia, barrios y calles que entrelazo con la temática de la novela: la patología asociada a las condiciones precarias", subraya. Navarro no escribe de lo que no ha conocido o experimentado, por eso en todas sus novelas hay ciertos hechos biográficos. En este caso ella también sufrió crisis de ansiedad. "Necesito explorar todo eso de una manera literaria", concluye. Elvira Navarro se añade con su trabajo a otros autores como Isaac Rosa, Pablo Gutiérrez o al veterano Rafael Chirbes, cuya literatura pone el ojo a su entorno con gran literatura y sin atisbos contestatarios, informativos o panfletarios. *Consigue un ejemplar de La Trabajadora en PopularLibros.
ResponderEliminarVer más en: http://www.20minutos.es/noticia/2038363/0/la-trabajadora-libro-novela/patologia-asociada/precariedad/#xtor=AD-15&xts=467263
ResponderEliminarEl 32 Salón Liber se abrirá a las nuevas tendencias e innovaciones del libro
Ravelo revela que era M.A.West, el autor americano de "El viento y la sangre"
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El escritor italiano Claudio Magris gana el Premio FIL de Literatura 2014
El escritor grancanario Alexis Ravelo, reciente ganador del premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra del año en español, ha revelado a sus lectores que él era M.A. West, el autor americano al que Navona Editorial "rescató" del olvido en 2013 al publicar "El viento y la sangre".
Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) explica en su blog (alexisravelo.wordpress.com) las circunstancias que le llevaron en 2012 -"un año en el que mi nevera estaba muy vacía, pero mi corazón muy lleno"- a imitar a B. Traven, el pseudónimo bajo el que se ocultaba el escritor alemán que hace casi un siglo firmó novelas como "El barco de la muerte" o "El tesoro de Sierra Madre".
El escritor grancanario relata que, parte como juego, parte como desafío, se planteó el reto de escribir "una novela negra clásica al modo de los autores norteamericanos de los años cincuenta", algo que ya habían hecho antes otras figuras del género como Boris Vian, Georges Simenon o Francisco González Ledesma.
El reto no sólo era escribirla, añade, sino publicarla manteniendo el secreto y conseguir que los lectores la leyeran "sin notar que había sido escrita en la parte más africana de España por un autor que no había pisado Estados Unidos en la vida", por lo que se inventó a un supuesto autor olvidado, que había sido traducido al español por la periodista Thalía Rodríguez Ferrer.
"Pronto descubrí que no bastaba con escribir la novela: había que crear una bibliografía esencial, unos cuantos hitos biográficos que sirvieran para perfilar una sombra, una editorial inicial y efímera", señala Ravelo, que acabó imaginándose la vida de un tal Martin Aloysius West e, incluso, reseñas de críticos norteamericanos que en su día habían elogiado "El viento y la sangre".
Sin embargo, continúa, "el verdadero experimento" comenzó cuando Navona Editorial publicó su libro como el número 2 de su colección de novela negra, después de "Seis enigmas para Sherlock Holmes", de Arthur Conan Doyle, y antes de "La promesa", de Fiedrich Dürrenmatt.
"Las características del juego exigían, además, que no se hicieran campañas de promoción", así que unos pocos íntimos de Ravelo sabían quién era M.A. West. El libro gustó, recibió algunas críticas positivas e, incluso, fue reseñada en una revista especializada en novela negra, como Prótesis, que tituló: "Más pulp que Tarantino, ¡y quedan cuatro inéditas en España!"
Alexis Ravelo considera que "ya es hora de salir del armario" y confesar que "El viento y la sangre" y su protagonista, Rudy Bambridge, "nacieron en Canarias en 2012".
"M.A. West no existe. Fue la máscara que necesitó ponerse un escritor llamado Alexis Ravelo para demostrarse a sí mismo que no era un escritor canario, español o calvo, sino sencillamente un artesano, un escribidor", proclama el autor de la novela.
Apreciado por los aficionados al género negro, Ravelo es autor de la saga protagonizada por Eladio Monroy ("Tres funerales para Eladio Monroy", "Solo los muertos", "Los tipos duros no leen poesía" y "Morir despacio") y de "La estrategia del pequinés", novelas todas ellas ambientadas en su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria.
Esta última ha sido elegida como la mejor del año en el género por los escritores que forman el jurado de la Semana Negra de Gijón.
teinteresa.es
En 'El mundo en tus manos' Elsa Punset ofrece caminos para alcanzar la felicidad en un mundo en constante cambio, comprender ese mundo y adaptarse a él. En su presentación, ha desgranado algunas de las claves de su nuevo libro: una guía para mejorar la mentalidad y la forma de relacionarse con los demás del ser humano contemporáneo.
ResponderEliminar"Todos tenemos el mundo en nuestras manos porque somos los responsables de la vida que queremos"
En este libro interactivo que une conocimiento y práctica, Elsa Punset facilita el camino con sugerencias y ejercicios a final de cada capítulo, a modo de entrenamiento con el que comprender y entrenar nuestra mente para saber decidir, convivir y prosperar.
Elsa ha animado a sus lectores a encontrar aquello que les haga especial y único y potenciarlo. "Estamos metidos de lleno en una revolución tecnológica que está cambiando el papel de las personas, ya se ha acabado el tiempo de ser ciudadanos pasivos", explicó.
La autora ha adelantado a través de pequeñas pinceladas las claves de los cuatro capítulos que componen 'El mundo en tus manos'. Así, ha destacado temas como la importancia de entrenar nuestra mente como lo hacemos con el cuerpo, de tener la capacidad de decidir y tomar las riendas de nuestras emociones, de saber adaptarnos a la epidemia de la soledad que azota nuestra sociedad o de cómo utilizar las redes sociales para comunicarnos.
Elsa Punset ha alentado a los allí presentes a replantearse las prioridades de la vida y entrenar el cerebro para reconocer las cosas positivas que pasan a nuestro alrededor.
www.elsapunset.com
ResponderEliminarEl Cultural
Miércoles, 03 de septiembre de 2014
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Agustín Fernández Mallo
"El mayor acto de respeto para con el lector es ignorarlo"
Cinco años después de cerrar el Proyecto Nocilla, la trilogía narrativa más influyente, como ejemplo y contraejemplo, de la Literatura española actual, Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) regresa a la novela con Limbo (Alfaguara, 2014). Una mujer secuestrada y aturdida por su propio cuerpo, un hombre obsesionado con el Sonido del Fin, una pareja de músicos que intenta sobrevivir a un aislamiento opresivo. Mallo ha vuelto... algo cambiado.
DANIEL ARJONA | 24/01/2014 | Edición impresa
Agustín Fernández Mallo. Foto: Santi Cogolludo
Hay un momento en Limbo en el que los dos músicos españoles que graban un disco aislados en una granja de Bretaña se percatan de que “quizá, los objetos del salón, aún pareciendo estar en la misma posición, podrían haber sufrido pequeños movimientos, que aislados resultaban inofensivos pero cuyo sumatorio podría arrojar una sonoridad totalmente diferente del conjunto”. Y uno piensa que lo mismo ocurre con esta novela de Fernández Mallo respecto a su obra anterior, tan parecida y a la vez diferente. “Vaya, ahí me coge por sorpresa. Quizá sea cierto. Me parece un hallazgo: la idea de que una mínima variación cambia radicalmente el conjunto; como el pequeño giro de un caleidoscopio”.
Y es que en la novela sucesora del Proyecto Nocilla relampaguean los fogonazos característicos de la narrativa de Fernández Mallo -la composición de historias al modo de capas geológicas, la sensación de irrealidad, la presencia vivificadora de argumentos científicos- pero, a la vez, en Limbo el fragmentarismo se muestra más contenido, hay un sentido que parece global. El libro arranca con uno de los argumentos preferidos del físico Mallo, la revolución cuántica comandada por aquella heróica “escuela de Copenhague”, la de los Bohr, Heisenberg o Born.
Siempre escribo en soledad. Si verbalizo las cosas después me parece que ya están hechas -Relata cómo Bohr aconsejó a Heisenberg resolver sus problemas teóricos “creando una intuición”. ¿Qué intuición está en el origen de Limbo?
-No hay una única intuición, más bien un entrelazamiento de imágenes e ideas que me rondaban. Trato de escribir acerca de las relaciones extremas. La certeza de que viajamos con un muerto, una copia muerta de nosotros mismos, que va tomando diferentes configuraciones. Todo contado con el único método que yo conozco de escritura: el pensamiento analógico, es decir, la metáfora como creadora misma de la misma. Pero quizá la idea primera sería la de los “estados desenfocados” en los que se nos presentan a veces las cosas. (...)
www.elcultural.es
El último libro de Gragera, El tiempo menos solo, es la consolidación con matices de una línea que se empieza a esbozar en Adiós a la época de los grandes caracteres (Pre-Textos, 2005) y que ya estaba en germen en Desviaciones y demoras o en las diversas antologías que lo recogieron a principios de siglo.
ResponderEliminarAbraham Gragera (foto: A. G.)
Adiós… ya dejaba más o menos claras sus intenciones desde el principio con un poema, ‘Estrella fugaz’, donde la observación poética se combinaba con la observancia de lo inaprensible: “Aún es pronto, demasiado pronto para el ojo / pero tarde, muy tarde ya para el pensamiento”, o declaradamente, como máxima tonal, en ‘Casi demasiado serio’: “las cosas que se cogen sólo para soltarlas… me gustan, porque no van a ningún sitio, pero no llegan nunca tarde”. La dubitación serena entrañaba una percepción mejor en verdad, y compartía espacio con la atención exquisita por el ritmo, la eufonía, o la amistad con la tradición estrófica.
En El tiempo menos solo encontramos un escenario similar, tal vez más meditativo. La contemplación del entorno (las cosas, cabe decir, como señala Rodríguez-Gaona) es, ahora, en buena parte del poemario, reflexión sobre las condiciones de esa acción. Al contrario de lo que podría parecer, Gragera retoma antiguas preocupaciones que parecían implícitamente asumidas: ¿cómo decir las cosas?, ¿qué hacen las cosas aquí? La preocupación inicial por la palabra (en ‘Los años mudos’, ‘Nuestros nombres’ o en alguna alusión al Juan Ramón Jiménez de Eternidades), anotada sin respuestas transitivas, nos devuelve a la inmanencia: “que nosotros también fuimos dichos, que / nada de lo dicho pertenece a quienes administran las palabras”, al mismo terreno de la duda desacomplejada: “y descubrir hasta qué punto somos accesibles a la plenitud / de unas flores sin nominar, abecedarias”. La voluntad de “sernos fieles en la incertidumbre” sigue combinándose con un verso que se escucha y computa, además de alguna solemne gravedad muy equilibrada: Gragera sabe que la pendiente de la elegía es fácil, y se inclina con distancia (avisados estamos desde su primer libro: “Ya verás como siga así este tiempo. Van a proliferar las / elegías” y vueltos a avisar ahora: el caso de ‘Remoto figurado’).
Quizá sea triste no ser más que la compañía del tiempo. O no, quién sabe. Pero este libro también, en cualquier caso, hace esa soledad más tenue.
www.revistadeletras.net
El placer del texto establece un paseo por la literatura en que es pasible de disgregación (no gusta el mismo texto dos veces), es pasible a los humores. No se satisface en ver la creación de lo recreado (y que estuvo ahí) en las novelas. El placer busca un tercer término que no es la síntesis propia de la dialéctica, sino un término ex-céntrico, inaudito. El placer del texto, asimismo, no usa de la representación sino de la figuración, el autor no aparece bajo la especie de la biografía directa, todo se camufla, todo es indirecto. Por ello, el film, es más figurativo que el texto. En la representación hay necesidad de justificaciones. La representación requiere que nada salga del cuadro, el libro, el film, incluso si trata el placer, trata de retratarlo, de objetivizarlo.
ResponderEliminarR. Barthes, "El placer del texto"
Tendremos oportunidad de dar un paseo por la literatura española, reciente, con autores, que reflejan placer y goce, en lo no dicho, en lo camuflado y también el placer de un texto singular, de subjetividades que dejarán mucho por acá. Gracias