REPASO DE LAS OBRAS DE JOSEF SUDEK
Calle de Praga 1924 Josef Sudek Impresión plata sobre gelatina 8,3 × 8,2 cm. Galería Nacional de Canadá, Ottawa. regalo anónimo de 2010.
(© Raíces de Josef Sudek)
"El mundo íntimo de Josef Sudek" corre el 7 de junio hasta el 25 de septiembre de, 2016, en el Jeu de Paume, París. La exposición vuelve a la vida y la obra del fotógrafo Josef Sudek y, a través de su lente, Praga durante la primera mitad del siglo 20, cuando la capital checa era un centro particular de la actividad artística.
Una selección de 130 de obras expuestas abarca la carrera de Sudek 1920-1976.
Las imágenes que se exhiben son resultados de los experimentos fotográficos de Sudek desde dentro de la privacidad de su propio estudio. La fascinación del fotógrafo con la luz y su ausencia han dado lugar a algunas de las fotografías más conmovedoras del siglo. Su dominio del proceso de estampación con pigmentos le permitió producir imágenes muy sugerentes. A través de la exposición, el espectador tiene acceso a mundo y la visión interior de Sudek en su entorno inmediato.
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Era conocido como 'el poeta de Praga', sin embargo, no escribía poemas. Recorría las calles envuelto en un capote negro, cargado de una vieja cámara y un trípode. Le atraía la noche y sus quimeras. También cómo los objetos, en apariencia muertos, cobraban vida al ser iluminados. La fascinación por la luz, tanto su presencia como su ausencia, acompañó a Josef Sudek (Kolin, Bohemia, 1896- Praga, 1976) durante toda su trayectoria artística. “Me gusta contar historias sobre la vida de los objetos inanimados, relatar algo misterioso: la séptima cara del dado”, decía el fotógrafo. Su mirada atemporal, ligeramente porosa a los aires de vanguardia que recorrían la capital checa durante la primera mitad del siglo XX, logró mantener la subjetividad de un observador sensible y astuto. Fue siempre un solitario en busca de su propia senda; así encontró su lugar dentro de la fotografía europea del siglo pasado.
ResponderEliminarEl Mundo Íntimo de Josef Sudek, se propone examinar hasta qué punto la fotografía del artista checo fue un reflejo de su relación personal con el mundo que le rodeaba. La naturaleza, la arquitectura, las calles de Praga y los objetos, forman parte de un universo de penumbra, intimista y melancólico que se expresa a través de 130 imágenes expuestas en el Jeu de Paume de París.
Praga durante la noche, entre 1950 y 1959 © SUCCESSION JOSEF SUDEK
Le gustaba definirse como un romántico, esquivo a todo intento de relación con el constructivismo y la nueva objetividad, cuyas huellas se aprecian en parte de su obra. Nunca quiso desprenderse de la atmósfera nostálgica propia del pictorialismo, estilo que al igual que a muchos de sus coetáneos, inspiró sus primeros pasos en la fotografía. “Son pocos los artistas que han gozado de respeto en el siglo XX al tiempo que han osado ser convencionalmente románticos tanto en su temática como en su estilo”, argumentaba el crítico Andy Grundberg al referirse a Sudek.
Parece que la nostalgia fue algo inherente a su vida, irremediablemente marcada por la pérdida de su brazo derecho, durante la Primera Guerra Mundial. Obligado a abandonar su oficio de encuadernador se entregó de lleno a la fotografía, afición que venía practicando desde los quince años. Nueve años más tarde, el artista volvió al frente italiano donde fue herido: “Encontré el lugar", recordaba, “pero mi brazo no estaba allí. Desde entonces nunca he vuelto a ir a ningún lugar. No encontré lo que buscaba”. El fotógrafo se convirtió así en el paseante que quedaría para siempre asociado a una ciudad; como Eugène Atget a París, Horacio Coppola a Buenos Aires y Berenice Abbot a Nueva York. Nunca se casó, ni tuvo hijos y aunque con frecuencia disfrutaba de la compañía de amigos, colegas y admiradores, le gustaba mantenerse en reclusión. Reconocido melómano, otorgaba a la música un lugar predilecto en su vida: “Es la única cosa importante para mí. Nunca me arrepentiré de haberle dedicado tanto tiempo. Me recompensa con creces", decía.“ La inspiración de Sudek estaba estimulada más por las bellas artes, la música y la poesía que por la propia fotografía”, señala Ann Thomas, comisaria de la exposición. ”En sus naturalezas muertas encontramos la influencia de Caravaggio, de los maestros holandeses, de Josef Navrátil, y del cubismo y de Salvador Dalí. Sus nostálgicas nocturnas están inspiradas en los poemas de Vladimir Holan y Jaroslav Seifert”.
cultura.elpais.com
CLARA Janes es la pionera en traducir a Holan al castellano y sus versiones son realmente delicadas. Muchos de los poemas que aqui se insertan son de los libros de Holan que ella puso en castellano. Gracias
ResponderEliminar"Sin el amor no se puede nada. Ni siquiera morir se puede sin el amor".
VLADIMIR HOLAN
Nuestro autor nació en Praga en 1905 y murió en la misma ciudad en 1980. Es considerado por todos en más grande poeta checo del siglo XX, más incluso que Jaroslav Seifert, quien recibió en Nobel de Literatura en 1984, y consideró que se le otorgaba en representación, porque, reconoció, “otros lo merecieron”, en clara referencia a Holan. Perteneció a una generación poética comprometida y brillante, similar a lo que fue en España la Generación del 27.
"Me encerré en la soledad. Fue una clausura dura en la que vivía. Decían de mí que soy orgulloso. Pero no es verdad, me entendían mal. La soledad es para mí una condición del trabajo", dijo uno de los mayores poetas checos, Vladimír Holan. El pasado 16 de septiembre Vladimír Holan cumpliria 105 años
La poesía que Holan publicó antes de la Segunda Guerra Mundial es muy sutil y subjetiva, describiendo una realidad de sueño. En la difícil situación política después de la firma del Tratado de Munich el poeta reaccionó con el libro "Septiembre 1938", que incluye el poema acusatorio "Respuesta a Francia". En los años posteriores Holan escribió versos patrióticos para levantar el ánimo del pueblo checo golpeado por el nazismo.
en Una noche con Hamlet: “Sólo si te reconcilias con la muerte” dijo Hamlet / aprenderás que todo es realmente nuevo bajo el sol”.
Una vez más tuvo la poesía de Holan un destinatario muy concreto. Fue en la antología "Soldados del Ejército Rojo", con la que el poeta quiso manifestar sus gracias a los soldados ordinarios que habían pasado por el infierno de la Guerra.
En 1946 Holan se afilió al Partido Comunista, pero ya en 1948 fue acusado de formalismo decadente y un año más tarde apareció en la lista negra sin la posibilidad de publicar hasta 1962.
Enconces ya vivía en la casa en Kampa dentro de cuyas paredes se encerró ante el mundo. La pared representa uno de los símbolos significativos de la poesía de Holan. Sus poemas sobre este tema fueron recopilados en una antología individual.
Una de las últimas excursiones de Holan se realizó en 1961. Con el poeta Vilém Závada viajó entonces al castillo de Kokorín. Se dice que cuando Závada le ofreció ponerse de lado del régimen, Holan le dio una bofetada.
Vladimír Holan calificó los años entre 1949 y 1956 como los más crueles de su vida. En esa época escribió el poema dramático "Una noche con Hamlet", que fue estrenado en 1963 en el teatro Viola de Praga permaneciendo en el escenario a lo largo de 25 años.
En 1965 Holan publica la antología "Dolor", en 1968 le fue otorgado el título de artista nacional y un año más tarde fue nominado para el Premio Nobel de literatura.
En 1976 el poeta sufrió un ataque de apoplejía. Con la muerte de su hija en 1977 se cerró la trayectoria artística de Vladimír Holan, el poeta dejó de escribir. Falleció el 31 de marzo de 1980.
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