jueves, 8 de febrero de 2018

Paula Modersohn-Becker- Mozart. sonata

2 comentarios:

  1. Paula Modersohn-Becker (Dresde, 8 de febrero de 1876 - Worpswede, 21 de noviembre de 1907) fue una pintora alemana, y una de las representantes más precoces del movimiento expresionista en su país.
    Originaria de Dresde, Paula Becker se comprometió en estudios de pintura y reunió a artistas independientes en el pueblo de Worpswede, no lejos de Bremen, que predicaba un retorno a la naturaleza y a los valores simples de la gente campesina. Allí se casó con el paisajista Otto Modersohn. La falta de audacia de los pintores de Worpswede, la empujaron a usar inspiraciones exteriores y a efectuar repetidas estancias a París.
    Los catorce cortos años durante los cuales Paula Modersohn-Becker ejerció su arte le permitieron realizar al menos setecientos cincuenta lienzos de pintura, trece estampas y cerca de un millar de dibujos. Su estilo, particularmente único y original, es el fruto de múltiples influencias, a los confines de la tradición y de la modernidad. Su pintura presenta aspectos que mezclan el impresionismo de Cézanne o Gauguin, el cubismo de Picasso, el fauvismo, el arte japonés y el renacimiento alemán. La fuerza expresiva de su obra resume sólo los principales aspectos del arte a principios del siglo XX. Paula Modersohn-Becker murió a los treinta y un años. Actualmente, la artista, es poco conocida más allá de los países germanófonos.Inés Vigo

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  2. ALBERTO LÓPEZ
    8 FEB 2018 - 19:37 CET
    Paula Modersohn-Becker fue una incomprendida de su época. Es verdad que esa situación la padecieron muchos genios en vida, pero además ella era mujer y eso resultó imperdonable para sus coetáneos, más acostumbrados a que las mujeres simplemente posasen o, como mucho, sujetasen la paleta de colores de los pintores. Sin embargo, a pesar de su frustración, ya que apenas vendió dos cuadros en vida y fue el hazmerreír de otros artistas en su primera exposición, ella confió siempre en su éxito, en su trabajo y en su autenticidad para reflejar lo más simple que tenía alrededor.

    El reconocimiento le llegó demasiado tarde, cuando ya había fallecido, y se quedó corto. Los homenajes no tuvieron mucha más repercusión que en su Alemania natal, a pesar de haber viajado y de ser considerada una pionera del Expresionismo. Ella fue la introductora del Modernismo pictórico en el siglo XX y la primera mujer occidental en autorretratarse desnuda y embarazada, además de ser la primera mujer en la historia del arte en tener un museo exclusivo para su obra. Así fue Paula Modershon-Becker, una creativa constante y frenética al margen de las convenciones sociales de la transición entre el siglo XIX y XX.

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    Paula Modersohn-Becker, el temperamento frenético del Expresionismo Pintora, mujer, insurrecta
    Minna Hermine Paula Becker nació en la ciudad alemana de Dresde el 8 de febrero de 1876. Fue la tercera hija de una familia acomodada de siete hermanos. Sus padres fueron personas con una gran cultura, que sabían idiomas y solían viajar. Ese ambiente acomodado le proporcionó seguridad emocional y confianza a la pequeña Paula, que tuvo una infancia feliz hasta que un drama marcó su vida a los 10 años: jugando con dos primas en una cantera de arena un derrumbamiento enterró a una de ellas, que murió asfixiada.

    A los 12 años, el traslado a Bremen de su padre, ingeniero, marcó su futuro al encontrarse con una vida cultural que la madre de Paula, perteneciente a la nobleza, supo potenciar con un círculo privilegiado de amistades. En ese ambiente de apertura y libertad, Paula Becker fue enviada con 16 años a Inglaterra para estudiar inglés, donde también recibiría sus primeras clases artísticas. Tanto le gustaron que comenzó a ir a una escuela privada de Bellas Artes donde se pasaba seis horas al día iniciándose en la técnica de dibujo.

    Pero por el respeto que tenía Paula a su padre siguió las clases de una escuela de formación de maestras a su regreso a Alemania, aunque ya sin abandonar su afición por perfeccionar la rama artística que la había fascinado: la pintura. Sin embargo, su voluntad y constancia le permitieron aprobar el examen de profesora y obtener el diploma con buenos resultados, aunque su vocación ya apuntaba claramente a los lienzos.

    De nuevo la comodidad y las buenas relaciones familiares permitieron a Paula viajar a Berlín a principios de 1896 para participar en un curso intensivo de dibujo y pintura de la Asociación de Artistas Berlineses. En 1897, la calidad de Paula le valió para ser admitida en la clase de Jeanne Bauck, artista hoy caído en el olvido pero que tuvo una profunda influencia sobre su joven alumna y la persuadió más tarde para que se fuera a vivir por algún tiempo a París.(...)elpais.com

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