martes, 25 de enero de 2011

DENNIS OPPENHEIM-1938-2011

proceso desértico

Beeba Lake Ice Cut,realizar cortes en una parte de la superficie congelada de un lago.
Laberinto 1970-Colección Privada
OBRAS SIMILARES-Christo and jeanne-Claude.Costa empapelada Little bay(Australia) Walter de María,Campo de relámpagos ,1977
Arte Moderno-Michael Kerrigan,Edimat Libros S.A. Madrid-ESPAÑA
Espiral
retorcida en el espacio que se extiende hasta convertirse en una casa

1 comentario:

  1. El Land Art fue un cruce entre la arquitectura y la escultura que tuvo como escenario la naturaleza y que nació a mediados de la década de los 60. Consistentes en excavaciones o enterramientos, las primeras obras se realizaron en los duros paisajes del oeste de los Estados Unidos. Dennis Oppenheim (1938 en Electric City,Washington) fue uno de los pioneros en intervenir el paisaje para acercarlo a la medida del hombre. Fallecido el pasado sábado a consecuencia de un cáncer, con él desparece la huella de uno de los artistas más innovadores del siglo XX. Representado en los principales museos del mundo, Oppenheim participó en los Encuentros de Pamplona de 1972 y protagonizó una retrospectiva organizada por la Fundación Gabarrón que se exhibió en Valladolid, Madrid , Valencia y Murcia.

    Pero no sólo se volcó en la intervención del paisaje. Oppenheim ha sido un artista pleno en el sentido de que ha tocado todas las formas posibles de expresión artística: desde la escritura a la videoinstalación pasando por el Body Art, el arte conceptual o la fotografía, algó lógico en alguien que tiene como objetivo la investigación y la experimentación. Todo lo relacionado con el arte visual está presente en su obra, un recuerdo de los años en los que se dedicó a la publicidad.

    La mayor parte de su obra la realizó en Nueva York, ciudad en la que se instaló en 1965. En los últimos años, ha estado dedicado a obras públicas como las realizadas en Houston y Toronto. Hace meses que la enfermedad le había obligado a abandonar su taller. Allí quedan proyectos inacabados como últimas pruebas de su inagotable afán de experimentar.Ángeles García en cultura.elpais.com

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