Quevedo 1580- 1645 AGUJA PARA NAVEGAR CULTOS La aguja de navegar cultos con la receta para hacer soledades en un día de 1631. Satírica embestida contra los poetas que usan el lenguaje Gongoriano o culterano. Quien quisiera ser culto en un solo día La jeri aprenderá gonza siguiente: fulgores arrogar jóven presidente candor construye métrica armónica; por mucho, si no purpuracía neutralidad conculco;erige mente, pulso,estento,librar adolescente, señas, traslada, pira frustra arpía; cede, impide cisura petulante palestra, libia, meta, argento alterna, si bien disuelve émulo canoro. Use mucho de líquido y de errante, su poco de nocturno y de caverna, anden listos livor, adunco y poro, Que ya toda Castills, con solo esta cartilla se abrasa de poetas babilosos, escribiendo sonetos con fusiones; y en la Mancha, pastores y gañasos, atestadas de ajos las barrigas, hacen ya cultedades como migas. Quiero quedar bien con Quevedo. Puede darse cuenta ¡
El cuerpo se esconde, reaparece, vuelve, se oculta, su armonía se aumenta con el "humo universal".
ResponderEliminarEl cuerpo cono sustancia gozante: hipokéimenon (el sustrato). Las pulsiones son montajes donde algo se satisface, algo del goce del cuerpo, sustancia gozante. Hay signos de que él goza.(Aristóteles). No hay forma de evitar esta fórmula extraordinariamente reducida: que debajo hay algo, un hypokéimenon que debemos distinguir de cualquier esencia. Dice Aristóteles en la "Metafísica", Ousía significa los cuerpos simples como la tierra, el fuego, el aire, Se llaman ousía porque no se predican de un sujeto. Ousía es también la causa inmanente de un sujeto.
El sustrato hypokeímenon es la materia prima,un esto,un principio de individuación, aquello de la cual nada se predica.
El cuerpo significantizado es substancia gozante. Cuando se trata de goce, no hay creación ex-nihilo sino transformación
(...)el arte tiene humanidad, es decir, un sentido real profundo. Hay que decir (y por lo que antecede puede comprenderse bien) que tal honda realidad que el artista presta a su obra no es dada a ella por voluntad del artista: pasa al plano del arte, valga decir, en un terreno puramente estético; no entonces por lo figurativo de sus obras, sino por valores absolutamente plásticos; por lo abstracto de la forma y el color, por el ritmo, por la materia plástica empleada. Lo humano estará en el tono y en la calidad, que determinarán la categoría de la obra, en la visión del mundo interno que nos manifieste, en la vida y en la fuerza que surja de su conjunto y en el equilibrio y armonía de sus partes, y jamás en la representación. Por esto el arte no imita, no copia, crea.
ResponderEliminarJoaquín Torres García, "Lo humano en el arte"