sábado, 7 de septiembre de 2013

JOSÉ MANUEL CIRIA

2 comentarios:

  1. AC -¿Por qué decides dedicarte al mundo del Arte?

    JMC -No elegí esta profesión, me cayó encima como una losa. Lo digo completamente en serio. Ella me eligió a mí. La mayoría de las veces uno es artista, a su pesar. Un medio que te exige examinarte constantemente y en el que vives inmerso en una provocada e inevitable incomodidad personal y, que en el momento que aspires a superarte y mantener un determinado nivel vives en la más profunda incertidumbre; no es algo que uno elija. Por supuesto se producen muchos momentos de plena satisfacción, pero también muchas situaciones de amargura y desazón.





    PAC -Te formas y trabajas en España, donde llegas a ser un pintor de reconocido prestigio, pero en 2005 decides poner rumbo a Nueva York donde resides y trabajas en la actualidad. ¿Qué te impulsa a llevar un cambio tan grande?

    JMC -Necesitaba cambiar de aires. No estaba cómodo en Madrid, aún teniendo mucho tirón comercial, no conseguía crecer y encima el mercado me estaba asfixiando demandando siempre la misma obra. Quería que mis investigaciones y búsquedas continuaran sin sentirme esclavo del “monstruo” que yo mismo había creado. Desde mi primer viaje a Nueva York en el 88 me sentí atraído por la ciudad y su energía. Cuando los astros al fin se alinearon no dude en largarme. Era también una forma de dejar atrás las envidias y las zancadillas de nuestro maravilloso país.



    PAC -Cuando te vas a Nueva York, te conocíamos por tu tendencia abstracta, incluso llevas a cabo el programa de investigación abstracta, “Abstracción Deconstructiva Automática”, pero con tu llegada a Nueva York, se produce un cambio en tu trayectoria artística; te alejas de la abstracción hacia una tendencia figurativa, ¿Por qué este cambio?

    JMC -En Nueva York, principalmente los dos primeros años, consigo aislarme y reflexionar sobre mi trabajo. No me he movido un milímetro en cuanto a mis intereses plásticos, toda mi obra es abstracta; la diferencia estriba en que en Manhattan vuelvo al dibujo, a la línea, a la estructura, pero todo ello ya se había dado en muchas de mis series previas. En cualquier caso, ¿no es lo mismo figuración y abstracción?

    Con las dos series con las que estoy trabajando desde hace un año, se cierra un ciclo de reflexión sobre mi obra, una especie de revisión a los instantes que han ido marcando las bases de mi pintura. Me apetece volver a una obra menos encorsetada por las series y que me permita tener unas resoluciones mucho más experimentales, es decir, realizar obras sueltas o pequeños grupos de trabajos que no estén sujetos a la disciplina de una serie específica. Posiblemente mi forma de abordar la obra durante mucho tiempo me ha dejado bastante agotado físicamente, y por el camino se han ido desaprovechando muchas cosas que podrían resultar muy estimulantes e interesantes, y dotarme de mayor libertad. Tengo muchas notas, incluso bocetos y esquemas de obras a las que me hubiera gustado enfrentarme. También abrir la obra hacia otras formas. .www.plataformadeartecontemporaneo.com PAC

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  2. (continuación)

    Quisiera que aparte de la energía y presencia que intento transmitir desde mi obra, esa especie de “fuerza” interna, que el espectador pudiera leer lo que pasa por mi mente en el momento de la realización de los trabajos, para comprender que aparte de mis preocupaciones teóricas y conceptuales, lo que me mueve son las preocupaciones de la mayoría y que nuestros miedos, nuestra fragilidad y nuestro egoísmo están acabando con toda posibilidad de mantener un mundo dentro de unos parámetros humanistas. La educación y la formación cada vez son más pobres, las nuevas generaciones no tienen ningún rumbo, hemos conseguido organizar un mundo lleno de enemigos en el que lo único que importa es el dinero y los intereses particulares de las grandes compañías y los centros de poder. Que los enfrentamientos por temas ideológicos rozan lo absurdo, nuestros políticos cada vez tienen más poder al tiempo que alcanzan mayor mediocridad, no tienen ideas y solamente promulgan lo que les beneficia para su propio “negocio”. Que las religiones o sus representantes se empeñan en establecer interpretaciones muy lejanas de aquellos valores que supuestamente interesaban a los dioses y sus mesías. Todo está excesivamente radicalizado, el contraste es excesivo. De todas esas cosas quiero que mi pintura hable también, me da igual si por medio de la abstracción o de lo figurativo.

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