Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos com...
La 'rive gauche', la orilla izquierda del Sena, ha sido tradicionalmente el hervidero del artisteo, el lugar donde se cocía la vida intelectual y cultural parisinas. Y, de hecho, numerosas galerías de arte siguen salpicando las callejuelas de Saint Germain-des- Prés, el barrio del margen izquierdo conocido por ser el epicentro de la vida literaria, filosófica, plástica, cinematográfica y musical de París, el lugar donde vivió Boris Vian, por donde pululaban Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, por donde se dejaba ver la enigmática Juliette Gréco, donde uno se podía topar con Jean-Luc Godard o François Truffaut... La orilla izquierda sigue teniendo su aquel, sigue siendo fascinante. Pero ahora es la rive droite, la orilla derecha, la que se lleva el gato al agua. Concretamente el Marais, uno de los barrios más antiguos de París y que en los últimos años está marcando tendencia. Emmanuel Perrotin, uno de los más importantes galeristas del mundo, lo vio claro, y hace ya tiempo que abrió su galería (a la que siguió una segunda) en la orilla derecha. Marchando tras sus pasos, otros galeristas decidieron cambiar de orilla. Hoy la rive droite es un referente en la escena del arte contemporáneo parisino. Y en concreto la Rue Saint-Claiude, donde entre otras galerías importantes se encuentran la de Jousse-Entreprise, Alain Gutharc, Eric Mircher o White Projet, Galerie Houg, aparte del ya citado Emmanuel Perrotin.
ResponderEliminarEn el número 20 de la Rue Saint-Claude se encuentra la galería Sylvie Le Page. Y allí, en pleno meollo, expone en estos momentos un artista español: Alberto Reguera.
Pero lo verdaderamente insólito es que Reguera trabaja también con otra galería parisina, situado al otro lado del río, en la orilla izquierda: la de Olivier Nouvellet, en la Rue de Seine, en pleno Saint Germain-des- Prés. "Nouvellet fue el primero en organizarme una exposición en Paris, hace ya casi treinta años. Trabajar con varios galeristas en París no es frecuente, pero no soy el único artista que con galería tanto en la rive gauche como en la rive droite. Creo que lo importante es ser siempre transparente con los galeristas, hablarlo todo, dejarlo todo claro.. A los galeristas hay que elegirlos, y no dejarles solamente a ellos la tarea de elegirnos a nosotros.. El artista y el galerista tienen que establecer una sintonía, un diálogo que trascienda lo puramente comercial, por qué si no, no funciona".(...)
www.elmundo.es / Irene Hdez Velasco 22/2 /2015
Parece un manifiesto plástico para demostrar las teorías de Charles Henry sobre los números. Resume lo esencial de las conquistas de Signac. Los arabescos, las líneas, sólo sirven para repartir valores lumínicos, ondulantes masas luminosas. Porque un cuadro debe ser un estímulo visual y la superficie pintada tiene que transmitir al espectador vibraciones dinámicas. Para ello se debe incluso romper la melodía del color e introducir notas de disonancia. Fénéon había dicho de Signac: "Sacrifica la anécdota al arabesco, la nomenclatura a la síntesis, lo fugaz a lo permanente y, en fiestas y prestigios, confiere a la naturaleza, que abandonaba al fin su realidad precaria, una auténtica realidad".
ResponderEliminarEstudios del color-Michel Eugene Chevraul en este blog el 2 de mayo de 2011- Reúne 6 comentarios
En lo que observo en estas imágenes, que bien podrían significar o ilustrar la idea de la abstracción como proceso. El agua en tono azul más clara, rodeado con azul con tintes ocres, constituyen motivos que se diferencian por su .tonalidad y textura. La profundidad y el espacio vienen señalados por las líneas curvas que se cierran o se pierden.
ResponderEliminarLas formas forman un mosaico por toda la superficie del lienzo, en tanto que en primer plano, el último y la línea del horizonte están menos diferenciados.
Cada uno de los temas seleccionados ofrecen razones para elegir el color, la forma la textura, aunque siempre parece líquida, acuosa; llegando desde el azul al color gris.
Explora asimetrías, que forman un espacio interior cortado por líneas en algunos de ellos. Aparece movimiento y dirección.
Las partes formales de un cuadro son, entre otras: línea, tono, forma, textura y color.
Mediante la perspectiva central y la ilusión del espacio y de la distancia se consigue profundidad en una superficie bidimensional.
La combinación de estos atributos crea diversos efectos compositivos, como el equilibrio, el ritmo y la armonía. En estas obras el artista invoca su color azul, aunque se hallan presentes todas las partes formales de una obra, aquí mencionadas.
Siempre habrá un -no dicho- por el artista, que aparece y también en el que contempla, será algo que desconoce de sí mimo y que se le da a ver.." Lo que es cuadro me mira."
Referencia:Grant Pooke y Diana Newal. Arte Básico
Explora lo que se llama "pintura expansiva", a la idea tridimensional del cuadro se añade el volumen que intenta otorgar a la materia pictórica.
ResponderEliminarSi el espectador percibe que la pintura se sale del cuadro no significa que esté soñando. Alberto Reguera ha hecho estallar los corsés coartantes de las reglas establecidas y ha rebasado con sus trazos las fronteras del lienzo. Sus pinturas, -aquí futiles azules de influencia oriental, allí chorros verdes, blancos, crema o amarillos- han tomado las paredes y el suelo de la Sala Rivadavia en la muestra Acciones pictóricas que se inaugura esta noche y que ayer presentó el propio artista junto a la diputada provincial, Ana Mosquera y los responsables de la Fundación Provincial de Cultura.
Los gaditanos pueden unirse al curioso juego del que ya han participado personas de Singapur, París, Madrid o México. La sugerente expresión del artista rebota en un espacio cómodo con cuatro aristas fundamentales: el propio cuadro, la acción del artista en la propia sala, el espacio modificado de la sala que engullen las obras y la propia reacción del espectador. La propuesta se sustenta en 14 obras -cuadros colgados a la manera clásica, otros unidos con pintura a la propia pared y una agresiva instalación- y responde a un proceso creativo que ha vivido Reguera en cuatro fases.
En sus orígenes, el artista -galardonado con el Premio 2001 de la Academia de Bellas Artes de París- bebió de la abstracción lírica francesa, aunque fue evolucionando hacia «un segundo paso: dar profundidad al cuadro». Así que alargó los lados de la obra de manera que «el espectador ve algo distinto a medida que se va moviendo». Tercero y último: «la pintura se sale del cuadro con una intervención muy directa del pintor», asegura Reguera. En un primer plano creativo, sus Acciones pictóricas ofrecen 14 paisajes abstractos de diferentes dimensiones. La técnica responde a una superposición de capas de acrílico sobre las que aplica finalmente pigmento puro para conseguir diferentes texturas.
'Drip painting'
Esa es la parte más clásica, aunque de las catorce obras, algunas van más allá y expanden sus colores por las paredes. «Utilizo la técnica del drip painting que consiste en lanzar materia sobre los cuadros», dice Reguera. Claro, que no es un lanzamiento casual, sino que se mueve en el filo de la navaja entre el plan y la suerte. Hay que tener muy claro qué se quiere, las condiciones del espacio. Tampoco se puede pensar mucho, porque pierde frescura. Es difícil y arriesgado».
El camino de la sorpresa del visitante acaba en traca agresiva con una instalación en la que las obras se desprenden de las paredes con vínculos formales al expresionismo americano de leyendas como Jackson Pollock. «Los cuadros están en el suelo y me he implicado para revestir de materia pictórica una serie de cubos blancos. Lanzo la pintura sobre el lienzo y sobre todo el espacio».
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