15-MINUTOS DE "INTERRUPCIÓN" EN LA BIENAL DE ESTAMBUL
Plan de Bienal de Estambul Artistas 15-Minute "Interrupción" 01 DE SEPTIEMBRE 2015 Bienal de Estambul de Carolyn Christov-Bakargiev abre esta semana, y un grupo de artistas tienen la intención de infundir la abertura con un reconocimiento de la reciente agitación política que aflige a la minoría kurda de Turquía. Una carta enviada esta mañana a todos los participantes bienales "proponer [s] que todos suspendemos presentación de nuestros trabajos durante 15 minutos durante la inauguración de la Bienal" en reconocimiento a la ruptura violenta en las conversaciones de paz entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el gobierno de Turquía en las últimas semanas. Firmado por participante bienal basado en Mardin Pelin Tan y su Colectivo ArtikIsler, junto con el editor de artista y e-flux Anton Vidokle, la misiva pretende infundir un sentido de urgencia en lo que ya es un programa bienal políticamente sensible. "Con Anton, pens...
Estreno de película | Nueva película "Deseos / رغبات" en Ashkal Alwan, Beirut, 14 de mayo a las 7:30 pm
ResponderEliminar06 de mayo 2015
Deseos8
La película Deseos / رغبات expone la forma en que la medicina, el derecho, la religión y la tradición cultural dieron forma a los discursos dominantes del cuerpo de género y sexual a través de la narración de dos historias paralelas. El primero es el de Martina, que vivió en Colombia durante el período colonial tardío del siglo 19. El segundo es la vida novelada de Nour, que vivió en Beirut durante el Bajo Imperio Otomano. Documental y mitad ficción, la película presenta una correspondencia imaginaria entre estas mujeres. Separados por la geografía, la cultura y la religión que ambos enfrentan las consecuencias de la participación en las relaciones homosexuales.
El Tribunal colonial procesado Martina en 1803 por ser un "hermafrodita" después de haber sido acusado por su amante femenina de tener un cuerpo "no natural". Martina fue juzgado en un tribunal de justicia y, finalmente puesto en libertad después de médicos designados por el tribunal no pudieron encontrar pruebas de la acusación de su amante. Esta historia está documentada en el caso legal 1803 que se encuentra en el Archivo General de la Nación en Bogotá, Colombia. Mientras tanto, en Beirut, Nour fue obligada a casarse con el hermano de su amante femenina después de que su madre los encontró haciendo el amor. A pesar del hecho de que la historia de Nour no se produce en un tribunal ni es encontrado en un caso legal, las nociones de las leyes islámicas y tardías otomanos, culturas e historias condicionan su narrativa.
Estreno Mundial
Ashkal Alwan, Beirut, 14 de mayo a las 7:30 pm Carlos Motta
Juan Pablo Cinelli
ResponderEliminarA casi diez años de su última película de ficción y después de un pasodoble en el género documental, Martín Rejtman vuelve al primer amor con Dos disparos, donde aparecen otra vez y de modo reconocible los elementos que en algo más de veinte años de carrera modelaron el universo personal de este director fundamental del cine contemporáneo argentino. Virtual iniciador con Rapado (1992), le guste a él o no, de lo que una década después sería bautizado con el nombre de Nuevo Cine Argentino (NCA), el estreno de su nueva película coloca a Rejtman en un lugar paradójico. Porque desde su debut hasta acá es mucha el agua que ha corrido bajo el puente del NCA, una corriente que supo ser torrentosa y desbordante, que casi llegó a agotarse, pero que en los últimos años consiguió renovarse con una nueva generación de nombres y títulos que sin querer, como siempre, le dieron nuevo impulso. Sin embargo, esos vaivenes casi no se perciben en el recorrido que trazan los cuatro largometrajes de ficción de Rejtman: más allá de los evidentes progresos técnicos que separan a Rapado de Dos disparos, o de los ajustes en la fluidez con que una y otra son narradas, en esencia no hay distancia cinematográfica entre ellas.
Decir que Rejtman vuelve a sus obsesiones de siempre es una de las formas de explicar la situación descripta. Un modo distinto para definir el mismo escenario sería decir que en Dos disparos Rejtman filma desde la comodidad de un lugar que conoce muy bien, del que ciertamente obtiene los mejores resultados posibles, pero que no representa un aporte sustancial a lo que había mostrado (con creces) en sus films anteriores. La anécdota del adolescente que en una tarde calurosa de verano decide pegarse dos tiros con un arma que encuentra escondida en el cuarto de herramientas de su casa es apenas la punta de un ovillo que, al desenrollarse, irá uniendo los centros nodales que el director ya visitó antes. Debe decirse que esas dos balas no sólo no matan al protagonista, sino que vuelven a colocarlo en el centro del mismo universo indolente cuya inercia lo empujó a esa acción, que él ejecuta con la misma apatía con la que hasta entonces cortaba el pasto en el fondo de la casa familiar. Aunque es posible pensar a este chico y al protagonista de Rapado como las dos caras de una moneda, tal vez sería más acertado decir que en realidad representan la misma.
Existen directores que consiguen componer exitosas variaciones para hacer sonar las notas recurrentes en nuevas melodías narrativas. Para que la cosa no se convierta en una reiteración, es necesario que el compositor, sabiendo que no puede cambiar esas notas, asuma el riesgo de variar el eje sobre el que hará girar la nueva pieza. Un riesgo que no se percibe en Dos disparos. Así como en Rapado una madre de-
satenta ponía falsamente fuera del alcance de su hijo la sierrita que éste usaba para robar motos, la madre de este otro hace exactamente lo mismo con el revólver. Lo curioso es que ambos instrumentos –que para los jóvenes representan un vehículo peligroso con el que buscan despegar de una realidad incómoda– acaban en el mismo lugar: un cajón de la cocina en donde ellos vuelven a encontrarlos.
Pero no se trata sólo de coincidencias circunstanciales puestas en espejo: en sus películas los vínculos familiares siempre están carcomidos por una indiferencia idéntica. Y la alienación como patrón de conducta vuelve a manifestarse en la compulsión por regresar siempre a los mismos lugares (la casa de videojuegos en Rapado; la discoteca y el aeropuerto en Los guantes mágicos; la hamburguesería y de nuevo la disco en Dos disparos), espacios que favorecen la distancia entre los cuerpos. Porque si algo define a las criaturas de Rejtman es la repulsión por el contacto físico: en sus films la gente casi no se toca. Los amigos no se abrazan, los novios no se acarician, los padres no besan a sus hijos y las parejas rara vez comparten la cama. .www.pagina12.com.ar