PABLO PICASSO,RETORNAR UNA Y OTRA VEZ
"Sus ojos son cristales rotos.Dolor en los huesos.Dolor en los ojos.La cara rehecha por el sufrimiento."
Jonathan Jones
www.guardian.co.uk
Estas obras tienen un especial significado;me acompañaron muchos años de mi vida,las tenía en mi habitación.De manera que estaban en el alba y en el ocaso del día.Se trataba de láminas,obviamente.
Y, son para mí,las obras de Picasso que más me conmueven.Siempre es tiempo de retornar a Picasso,es inagotable.
"En 1908,Picasso expuso unas pocas obras en que había algunas casas dibujadas de forma simple y firme que dieron al público la sensación de esos cubos de donde procede el nombre de nuestra más reciente escuela de pintura.Esta escuela ya ha provocado apasionadas discusiones.El cubismo no se puede considerar de ninguna manera una doctrina sistemática;sin embargo constituye una escuela,y los pintores que componen esta escuela quieren transformar su arte volviendo a los principios originales con respecto a la línea y la inspiración,como los fauvistas-y muchos de los cubistas fueron en un tiempo fauvistas-volvieron a los principios originales con respecto al color y la composición."
ResponderEliminarGuillaume Apollinaire
Muchacha frente a un espejo es un óleo sobre lienzo de 1932.
ResponderEliminarMuestra a la joven amante de Picasso Marie-Thérése Walter, uno de sus temas favoritos a comienzos de los años treinta. Su perfil de suave rosa pastel aureolado de blanco aparece sereno. Pero se suelda con juna vista frontal del rostro pintada con más aspereza: un creciente como de luna pero tan amarillo como el sol, y maquillado con colorete, color de labios y sombra de ojos verde. Quizá la pintura sugiera la personalidad diurna de Walter y su personalidad nocturna, su calma y su vitalidad, pero también la transición de muchacha inocente a mujer mundana y consciente de su sexualidad.
Es variante compleja de la Vanita tradicional, la imagen de una mujer frente a su mortalidad en un espejo que la refleja como una calavera. A la derecha el reflejo sugiere una radiografía sobrenatural del alma y de la muchacha, su futuro, su destino. La cara está oscurecida los ojos son cuencas vacías, y el cuerpo intensamente femenino está contrahecho y retorcido. La figura del espejo parece más vieja y más angustiada; la muchacha le tiende las manos como si quisiera unir sus "identidades" diferentes. El papel de pared de rombos recuerda el traje de Arlequín, el personaje cómico de la "commedia dell¨arte" con quien Picasso se identificó a menudo, aquí testigo silencioso de las transformaciones psíquicas y físicas de la muchacha.
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