HOWARD CARTER REDESCUBRE LA TUMBA DE TUTANKAMÓN EN GOOGLE
Howard Carter redescubre la tumba de Tutankamón en Google
El buscador recuerda al arqueólogo inglés a 138 años de su nacimiento.
MADRID, España.- Llevaba más de 20 años recorriendo Egipto con diferentes expediciones hasta que, en 1922, se convirtió en el primer hombre en pisar la tumba de Tutankamón en casi 3.000 años. El inglés Howard Carter entró así en la historia y hoy, en el aniversario 138 de su nacimiento, Google lo recuerda con un doodle.
"Nacido en Swaffham (Reino Unido) en 1873, Carter fue miembro de la Misión Arqueológica en Egipto entre 1891 y 1899, años en los que colaboró con el egiptólogo Flinders Petrie en la excavación de Tell el-Amarna e incluso fue designado inspector jefe del departamento de Antigüedades del gobierno egipcio. Descubrió las tumbas del faraón Tutmosis IV y de la reina Hatshepsut, pero el hallazgo que le convirtió en una celebridad fue el descubrimiento en 1922 de la tumba de Tutankamón", recuerda el diario españolo ABC.es.
Financiado por el duque de Carnarvon, Carter no creía en la famosa maldición que caería sobre los que profanen la tumba del joven faraón. Sin embargo, el propio Carnarvon fue una de las primeras víctimas, al fallecer apenas seis meses después del descubrimiento. "Todo espíritu de comprensión inteligente se halla ausente de esas estúpidas ideas", habría explicado el egiptólogo ante las consultas.
Aunque luego fracasó en su intento por localizar el destino final de los restos de Alejandro Magno, fue distinguido con el doctorado honoris causa en Ciencias por la Universidad de Yale y formó parte de la Real Academia de la Historia. Falleció en 1939, a los 65 años fortaleciendo la hipótesis de la maldición. LA GACETA ©
Financiado por el duque de Carnarvon, Carter no creía en la famosa maldición que caería sobre los que profanen la tumba del joven faraón. Sin embargo, el propio Carnarvon fue una de las primeras víctimas, al fallecer apenas seis meses después del descubrimiento. "Todo espíritu de comprensión inteligente se halla ausente de esas estúpidas ideas", habría explicado el egiptólogo ante las consultas.
Aunque luego fracasó en su intento por localizar el destino final de los restos de Alejandro Magno, fue distinguido con el doctorado honoris causa en Ciencias por la Universidad de Yale y formó parte de la Real Academia de la Historia. Falleció en 1939, a los 65 años fortaleciendo la hipótesis de la maldición. LA GACETA ©
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