JORGE PEDRO NÚÑEZ(CARACAS),1976

Jorge Pedro Núñez muestra las costuras del arte moderno
El venezolano expone en Periférico Caracas "Inevitable y obvio"
Núñez cuestiona la división que ha hecho la Historia del Arte sobre las tendencias creativas OSWER DÍAZ
DUBRASKA FALCÓN |  EL UNIVERSAL
lunes 27 de junio de 2011  12:00 AM
Jorge Pedro Núñez (Caracas, 1976) recicla la memoria. Sus obras no solamente son trabajadas con material de reciclaje, sino que además juega con las imágenes del arte moderno que son reconocibles por cualquiera. Retoma el colorismo de Alejandro Otero con una pieza hecha en cartón o invierte los relojes de Salvador Dalí utilizando disco de vinil. Se trata de una relectura del arte. 

"Son formas ya reconocibles que vemos y nos hace pensar en esas obras de arte que hemos conocido. Son simples discos torcidos o pedazos de cartón, recortes de revistas; que están entre el límite de lo que es demasiado sencillo y lo que es elaborado. La construcción de cada pieza es un trabajo más mental. Dentro de una misma relectura del arte moderno, para mí son clichés sobre el estereotipo del arte", dice Jorge Núñez. 

Con las piezas que presenta dentro de la exposición, Inevitable y obvio, en Periférico Caracas/Arte Contemporáneo, en Los Chorros, Núñez busca cuestionar. Hace una revisión crítica de algunos episodios de la tradición constructiva, cinética, neoconcreta y minimalista. 

"Busco cuestionar el arte porque la historia lo ha clasificado. La historia se hace de una manera muy ramificada. Antes los catálogos, los diccionarios de arte, la crítica se leía por medio de las tendencias. Tiene una capacidad de opinar diferente a la que tenemos en la actualidad. Por medio de tendencias este tipo de críticas del arte en el momento contemporáneo se ve y se hace de una manera diferente", confiesa. 

Cuando Jorge Pedro Núñez realiza sus piezas cuestiona la memoria del arte desde dos puntos de vista. Primero, presenta la obra dentro de un contexto contemporáneo; y segundo la muestra con otro material. "Estas piezas podrían verse como una caricatura, como reproducciones baratas. Yo trabajo de una manera diferente, utilizó materiales que de pronto van a desaparecer o a cambiar; materiales que no sirven, que nos contaminan. No los puros y pulcros que están en el arte moderno", asegura. 

Entre las referencias que hace en su obra se encuentra una de Carlos Cruz-Diez. Núñez toma de la cromosaturación que se presentó del maestro en Periférico Caracas. Se trata de la estructura que sostenía los 150 bombillos de luces de la obra. Él la coloca en al ras del suelo. "Es un poco el trabajo de responder al museo al revés". 

También presenta una réplica exacta de las astas de metal inoxidable de El Abra Solar de Alejandro Otero; enmarcado en los hecho de vandalismo del 2005 que desmantelaron el patrimonio. "En mi trabajo se ven siempre las costuras y la parte de atrás. Cuando digo que trabajo sobre las Historia del Arte es porque en mi trabajo hay muchas preguntas sobre lo que puede ser el valor y la legitimidad del arte". www.eluniversal.com

Comentarios

  1. Bajo la influencia de la cinematografía de la vanguardia, Walter Benjamin escribió que el montaje era el método propio del materialismo histórico: que la superposición, la yuxtaposición o la adyacencia de citas o fragmentos permiten revelar las condiciones de producción de la historia misma. El primer montaje plástico de la historia, la inauguración del collage, fue La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, un decálogo de diecisiete artículos figurado según la iconografía de las tablas mosaicas donde las páginas de imprenta de las octavillas fueron encoladas sobre una tabla, a su vez pintada con alegorías y ornamentación simbólica. La técnica del montaje se hacía entonces depositaria de una promulgación política que iría a acompañar su forma de significar, impregnando genealógicamente sus más de dos siglos de historia.

    Jorge Pedro Núñez, vista de la instalación Fantasy, 2015, en Ignacio Liprandi, Buenos Aires. Cortesía de la galería y del artista
    Jorge Pedro Núñez, vista de la instalación Fantasy, 2015, en Ignacio Liprandi, Buenos Aires. Cortesía de la galería y del artista
    Jorge Pedro Núñez, Fantasy (chess), 2015, impresión inkjet sobre papel de algodón, aluminio y plexiglass, 124 x 210 x 4 cm. Cortesía: Ignacio Liprandi y el artista
    Jorge Pedro Núñez, Fantasy (chess), 2015, impresión inkjet sobre papel de algodón, aluminio y plexiglass, 124 x 210 x 4 cm. Cortesía: Ignacio Liprandi y el artista
    La tecnología historiográfica también nació con una distorsión inicialmente politizada: la convención de las periodizaciones de la historia se tomó prestada de la historiografía política y así se tradujo en la museología moderna. Los últimos trabajos de Jorge Pedro Núñez (Caracas, 1976) ponen en cuestión la lógica misma del museo. El marco o la vitrina, modalidades convencionales del parergon, de la delimitación del campo que contiene el signo artístico en su interior, son utilizados como un espacio de confrontación entre elementos históricos concatenados. En su formato bidimensional, las imágenes publicadas en la revista Domus en 1975 de sillas diseñadas por Anna Maria Niemeyer, única hija de Oscar Niemeyer y responsable del interiorismo en muchos de sus proyectos, se yuxtaponen a imágenes de prensa de la Folha de Sao Paulo de 2014. Estas últimas muestran a un grupo de hinchas de fútbol, de “torcedores”, detenidos por la policía tras provocar escenas de violencia ante los malos resultados del equipo nacional. Ligando ambos residuos de la cultura visual, entre la alta cultura de la revista canónica de la modernidad arquitectónica y la inmediatez obsolescente de la imagen del noticiero, introduce sudokus, una estructura reticular que presupone un encaje ideal de las imágenes pero que también liga su temporalidad combinatoria en un juego que delata de nuevo una visión materialista de la historia. Los residuos de la cultura visual y material del tiempo pasado, una vez musealizados, convertidos en obra artística por intermediación del display, revelan cómo el tiempo no es lineal, se posicionan en contra del relato convencional y teleológico de la historia. Esta, como la experiencia, es circular, espiral, elíptica. El tiempo pasado pertenece al presente, tanto como ese futuro que los resolverá irónicamente en otra cosa diferente a lo que eran.(...)
    www.artishock.cl

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