Venus de Milo
Esta estatua, considerada como una de las obras más famosas de la escultura en la Grecia Antigua, fue descubierta en 1820 por un campesino en un nicho subterráneo de las ruinas de la antigua ciudad de Milo en el país helénico. Creada a fines del siglo II antes de Cristo, la estatua fue encontrada sin sus brazos y, en la actualidad, es considerada como una de las obras de arte más célebres de la historia. Se encuentra en permanente exhibición en el Museo del Louvre, en París.
“Place de la Concorde” de Edgar Degas
Este cuadro pintado en 1875 es una de las más célebres obras del pintor francés Edgar Degas, uno de los padres del impresionismo. Cuando el Ejército Rojo se apoderó de Berlín al finalizar la Segunda Guerra Mundial, éste recupero la pintura, la cual había sido robada por los nazis. Su paradero fue desconocido hasta que el Museo Hermitage de San Petersburgo anunció en 1995 que el cuadro estaba en su poder y lo exhibió al público por primera vez en 50 años.
Obras inéditas de Pablo Picasso
Cientos de obras inéditas de Pablo Picasso, avaluadas en 60 millones de euros, aparecieron en la casa de un anciano electricista francés a fines del 2010. La colección consistía en 271 pinturas, dibujos y litografías realizados por el artista español entre 1900 y 1932. Pierre Le Guennec afirmó que Picasso le regaló las obras cuando le instaló un sistema de alarmas al precursor del cubismo. Muchos dudaron de la historia e, incluso, el anciano fue investigado por el presunto robo de las obras. Finalmente fue absuelto de todos los cargos.
Ejército de Terracota en China
Esta obra de arte funerario fue descubierta en 1974 por granjeros del Distrito de Lintong en China. Consiste en más de 8 mil esculturas de terracota de guerreros, carrozas y caballos y data de fines del siglo III antes de Cristo. El hallazgo se concretó cuando se cavaba un pozo de agua a 1.6 kilómetros de la tumba del primer Emperador de China, Qin Shi Huang, quien rigió los destinos del país oriental hace más de 2.200 años.
Esta estatua, considerada como una de las obras más famosas de la escultura en la Grecia Antigua, fue descubierta en 1820 por un campesino en un nicho subterráneo de las ruinas de la antigua ciudad de Milo en el país helénico. Creada a fines del siglo II antes de Cristo, la estatua fue encontrada sin sus brazos y, en la actualidad, es considerada como una de las obras de arte más célebres de la historia. Se encuentra en permanente exhibición en el Museo del Louvre, en París.
“Place de la Concorde” de Edgar Degas
Este cuadro pintado en 1875 es una de las más célebres obras del pintor francés Edgar Degas, uno de los padres del impresionismo. Cuando el Ejército Rojo se apoderó de Berlín al finalizar la Segunda Guerra Mundial, éste recupero la pintura, la cual había sido robada por los nazis. Su paradero fue desconocido hasta que el Museo Hermitage de San Petersburgo anunció en 1995 que el cuadro estaba en su poder y lo exhibió al público por primera vez en 50 años.
Obras inéditas de Pablo Picasso
Cientos de obras inéditas de Pablo Picasso, avaluadas en 60 millones de euros, aparecieron en la casa de un anciano electricista francés a fines del 2010. La colección consistía en 271 pinturas, dibujos y litografías realizados por el artista español entre 1900 y 1932. Pierre Le Guennec afirmó que Picasso le regaló las obras cuando le instaló un sistema de alarmas al precursor del cubismo. Muchos dudaron de la historia e, incluso, el anciano fue investigado por el presunto robo de las obras. Finalmente fue absuelto de todos los cargos.
Ejército de Terracota en China
Esta obra de arte funerario fue descubierta en 1974 por granjeros del Distrito de Lintong en China. Consiste en más de 8 mil esculturas de terracota de guerreros, carrozas y caballos y data de fines del siglo III antes de Cristo. El hallazgo se concretó cuando se cavaba un pozo de agua a 1.6 kilómetros de la tumba del primer Emperador de China, Qin Shi Huang, quien rigió los destinos del país oriental hace más de 2.200 años.
“La Vocación de los Santos Andrés y Pedro” de Caravaggio
Este cuadro fue pintado por Caravaggio, unos de los padres del barroquismo, a principios de siglo XVII y se mantuvo guardado en el palacio de Court Palace en Inglaterra. En su momento fue menospreciado por considerársele una simple copia del extraviado original, hasta que una investigación de seis años llevada a cabo por la Royal Collection determinó fehacientemente en el 2006 que la obra era genuina. En la actualidad la pintura está en poder de la Reina Isabel II y está avaluada en más de 60 millones de euros.
Este cuadro fue pintado por Caravaggio, unos de los padres del barroquismo, a principios de siglo XVII y se mantuvo guardado en el palacio de Court Palace en Inglaterra. En su momento fue menospreciado por considerársele una simple copia del extraviado original, hasta que una investigación de seis años llevada a cabo por la Royal Collection determinó fehacientemente en el 2006 que la obra era genuina. En la actualidad la pintura está en poder de la Reina Isabel II y está avaluada en más de 60 millones de euros.
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Guerreros de Terracota Xian
Caravaggio / La vocación de San Andrés y San Pedro
Edgar Dega, 1875 "Place de la Concorde/Vizconde Lepic y sus hijos cruzando la Place de la Concorde
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PRÓXIMA GALERÍA
El fastuoso palacio de Mari, la gran rival de Babilonia
A principios de agosto de 1933, en la actual frontera de Siria con Irak, unos beduinos recogían rocas para cubrir una tumba en la colina de Tell Hariri, a orillas del Éufrates, cuando algo llamó su atención. Enseguida fueron en busca del oficial al mando de la zona, el teniente Cabane –en esos años los franceses ejercían un protectorado sobre Siria– para preguntarle «qué hacían con el hombre que habían encontrado». El oficial pronto comprobó que, por suerte, no se trataba de un cuerpo, sino de una estatua antigua, sin cabeza, que pesaba nada menos que trescientos kilos.
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En 1974, un campesino descubrió por casualidad el primero de los ocho mil soldados que custodiaban la tumba del primer emperador de China
Por Verónica Walker Vadillo. Universidad de Oxford, Historia NG nº 106
Entre la ladera del monte Li y el río Wei, en la provincia china de Shaanxi, un túmulo con forma de pirámide se eleva más de 40 metros sobre la planicie. Bajo su cúspide, hoy hundida, un palacio subterráneo alberga los restos de uno de los personajes más fascinantes de la historia de China: Zhao Zheng, rey de Qin y primer unificador de China, al que conocemos como Qin Shihuang di, «el primer emperador» (259-210 a.C.).
Según el antiguo historiador chino Sima Qian, el mausoleo era de tal magnitud que en el techo se reprodujo la cúpula celestial. Debajo, los artesanos del imperio se esforzaron en construir un modelo de la tierra que conocían para que su emperador tuviera un lugar donde gobernar en el Más Allá. Usando mercurio reprodujeron los grandes ríos de China, y el océano en el que desembocan.
A principios del siglo XX circulaban historias sobre descubrimientos en la zona, protagonizadas por agricultores que excavaban en busca de agua, aunque su veracidad no es fácil de contrastar. Se contaba, por ejemplo, que un agricultor ya había alcanzado el nivel freático y el agua empezaba a llenar su pozo cuando su pala chocó con algo duro. El agua empezó a desaparecer y dejó al descubierto la cara impasible de un soldado de terracota. Asustado, volvió a enterrar la cabeza y se marchó del lugar despavorido. Otro campesino recordaba cómo su padre había descubierto antaño una escultura semejante, y ante el temor de que fuera un espíritu maligno, sacó la figura de terracota, la colgó de un árbol y la apaleó para alejar al espíritu. Pero la convulsa situación política de China en la primera mitad del siglo XX impidió comprobar si aquellas apariciones tenían interés arqueológico.
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ResponderEliminarVizconde Lepic y sus hijas Cruzando la Plaza de la Concordia
Edgar Degas , 1875
Colección:
Museo del Hermitage, San Petersburgo
André Dombrowski se describe el contenido político de Degas Place de la Concorde :
"De Degas Place de la Concorde parece sacar de las operaciones de la ilustración popular de más de otras pinturas impresionistas - en su voluntad de hacer que la política de forma visible, en lugar de suprimir, texto - incluso si lo hace sólo de forma oblicua, a través de la colocación, superponerse, y el borrado. Como se observó por primera vez por Kirk Varnedoe, el sombrero de copa negro del vizconde Ludovic Lepic-Napoleón ... abarca los años 1830 a finales escultura de James Pradier de la ciudad de Estrasburgo, así que acaba de perder a los prusianos, junto con Alsacia y Lorena. La estatua funcionó como el lugar de luto nacional por los parisinos durante el cerco de Estrasburgo en septiembre de 1870, el largo y difícil cerco de París que el invierno, y sobre todo después de la anexión de Alsacia-Lorena por la recién fundada alemán Kaiserreich i n la primavera de 1871. Estaba abrumado permanentemente con guirnaldas, guirnaldas y banderas, en un gesto extrañamente eco colocación de Degas del sombrero de Lepic.
Sin embargo, ha escapado a la observación de cómo profundamente el sombrero se casa con otros elementos de la pintura con resonancias políticas similares: los acentos de la derecha y la izquierda, la corbata de moño tricolor de la figura de la izquierda, decoración pecho rojo de Lepic que se parece a la de la cinta de la Legión d 'Honneur . En el blanco y negro en gran parte silenciada de la pintura, estos elementos de color brillante ... se destacan de manera espectacular, sino que tienen el propósito de llamar la atención. La composición y las opciones de sastrería son claves para una lectura sociohistórica completo de la pintura. ... Lectura Degas altamente protagonizaron recursos compositivos desde el punto de vista de su audiencia en cerca de 1875, sin embargo, descubre una serie de nuevos significados para la pintura.
La superposición de sombrero y la estatua no debe entenderse como una forma de olvidar, desplazando o borrar la historia, sino más bien como un índice del estado vigente en ese momento de la agitación política de la Tercera República, concluyentes y controvertida como lo fue. .... Propongo, la pintura es una evaluación de la contemporánea - leído 1875 - inestable panorama político de principios del III República, por lo que su fragmentación pictórica resonante con la fragmentación política, y viceversa ".
"La cubierta fortuita de Estrasburgo habla de la inevitabilidad de Lepic de pertenencia hacia el revés del futuro político de Francia. Este hecho tal vez podría explicar por qué está en la pintura, para empezar y por qué Degas le coloca en una fecha tan precaria, a la historia misma.
Fluctuante, profundamente inestable y momentánea, la superposición entre el sombrero y la estatua aparece internamente en conflicto en cuanto a sus propios significados. Señala todo y nada, la presencia y la ausencia, al mismo tiempo, presentar una solución a la crisis de representación que es la historia de la Place de la Concorde en sí ... "
André Dombrowski, "Historia, memoria y Instantaneidad en Edgar Degas Place de la Concorde , " The Art Bulletin (junio de 2011), 195-97, 215.
Nancy Forgione hace una observación acerca de Degas vizconde Lepic :
" Plaza de la Concordia es raro entre pinturas de la época cuentan que recorren en París en el que, debido a su aire de desconexión, incorpora un sentimiento a menudo descrita como la alienación. "
Nancy Forgione, "Everyday Life in Motion: The Art of Walking in Late-Siglo XIX de París," El Art Bulletin , vol. 87, no. 4 (diciembre de 2005): 671.