jueves, 21 de marzo de 2013

MUSEO DEL ARTE/ EL BOSCO, PEDRO BERRUGUETE Y JAPOCO BASSANO

Museo del Arte



Posted: 15 Mar 2013 05:38 AM PDT
Museo de Bellas Artes, Gante

El Bosco
Cristo aparece en el centro de la escena con rostro de bondad. Mediante una deformación grotesca se pone de manifiesto la crueldad y la ignorancia de los verdugos. En este cuadro el pintor plasmó con acentos nuevos la creencia de que existía una relación entre las deformidades y lo demoníaco. La peculiar plasmación de la fisonomía humana por parte del Bosco inspiró durante mucho tiempo a los caricaturistas.
 
Posted: 15 Mar 2013 05:34 AM PDT
Museo del Prado

Pedro Berruguete
El estilo pictórico de las últimas obras de Berruguete es más rígido, con colores compactados, como en el esmalte. Ningún otro pintor español consiguió escorzos tan bien logrados ni interiores con tal sensación de espacio y luminosidad. En este fragmento del retablo de Santo Domingo se muestra al religioso, fundador de la orden de los Dominicos como reacción frente al movimiento herético del sur de Francia, en una quema de libros de la secta.
 
Posted: 15 Mar 2013 05:28 AM PDT
Museo Cívico, Bassano del Grappa

Jacopo Bassano
Esta obra tardía y de rico colorido muestra la intensa expresividad de la luz en la obra de Bassano. El artista entreteje la atmósfera a partir de tonos brillantes de la gama más fría, y la dota de una luminosidad resplandeciente.
 enviado por museodelarte.blogspot.com Museo del Arte

3 comentarios:

  1. Jerónimo Bosch llamado el Bosco(flamenco, hacia 1453-1516)
    Esta escena de la pasión de Cristo es una obra excepcional de Jerónimo Bosch. La composición apretada que realizó acentúa el contraste entre la resignación de Cristo, por un lado, y la violencia y el odio de la multitud, por el otro El Bosco fue apodado "el hacedor de diablos".
    En este cuadro, el Bosco pintó dicisiete cabezas alrededor de la de Cristo, pero ningún cuerpo es visible.

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  2. Nacionalidad: Italia
    Bassano 1517 - Venecia 1592
    Pintor
    Renacimiento Italiano , Manierismo
    Cinquecento , Escuela Italiana






    Jacopo Bassano aprendió de su padre, Francesco el Viejo, la técnica artesanal de pintar retablos y construir altares en madera. En torno a 1540 se estableció definitivamente en su ciudad natal, donde transcurrió el resto de su vida aunque sin perder el contacto con los ambientes artísticos venecianos, convirtiéndose en uno de los protagonistas de la renovación de la pintura veneciana de la segunda mitad del Cinquecento. Bassano conservó siempre algo de artista popular. Pintaba escenas bíblicas al modo de rústicas escenas de género, utilizando tipos campesinos y animales con un estilo realista. Bassano consiguió despertar el gusto por la pintura en la que el elemento de género o naturaleza muerta asume mayor importancia que el tema religioso representado. Desde 1560 revistió sus escenas con muchas tonalidades de luz y tomando algo del colorido de Tintoretto. Bassano va suavizando los colores y crea una atmósfera nocturna mágica como en su cuadro Susana del Museo de Nimes y en el Bautismo de Santa Lucía del Museo de Bassano.En sus obras como en La Subida al Calvario del Fitzwilliam Museum de Cambridge adoptó una grafía inquieta y manierista. Acentúa gamas frías y tornasoladas que rompen con la trama unitaria de Giorgione.
    www.artehistoria.jcyl.es

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  3. Pedro Berruguete nació en Castilla y sus primeras obras delatan este origen y su adscripción a los modos gotizantes que predominaban en el arte de la época. Su aprendizaje artístico es bastante desconocido. También plantea muchas incógnitas su viaje a Italia para trabajar en el Palacio ducal de Urbino, donde habría coincidido con el flamenco Joos van Wassenhove (Justo de Gante). Quienes afirman el viaje a Italia le atribuyen allí una serie de retratos como el de Sixto IV que se encuentra en París, en el Museo del Louvre, y el Retrato de Federico de Montefeltro con su hijo Guidobaldo (Urbino, Palacio ducal), además de colaborar en obras de otros autores, como Piero della Francesca.
    Sin embargo, el testimonio más antiguo de la presencia de un pintor español en la corte de Urbino, además del citado documento de 1477, se encuentra en la obra de Pablo de Céspedes, que en su Discurso de la comparación de la antigua y moderna pintura y escultura, escrito en Córdoba en 1604, establece una clara diferencia entre "Berruguete el viejo, padre de Berruguete" y el «otro español que en el palacio de Urbino, en un camarino del duque, pinto unas cabezas a manera de retratos de hombres famosos, buenas a maravilla».3 Después de su presunta estancia italiana, Berruguete habría regresado a Castilla, donde encontró una buena clientela en el estamento eclesiástico, centrando su producción en pinturas de altar.
    Lo cierto es que en 1478, sólo un año después de ser mencionado en Urbino «Pietro Spagnuolo» y cuatro antes de la fecha probable del retrato de Federico de Montefeltro, Pedro Berruguete contrajo matrimonio en Paredes de Nava, fechándose en ese mismo año sus tablas de Santa María del Campo.4
    Según Ceán Bermúdez Berruguete aparece documentado en Toledo en 1483, donde decora los muros de la Capilla del sagrario viejo de la Catedral primada, aunque la documentación subsistente remite más bien al año 1493.5 Tras la que habría sido una primera estancia toledana habría vuelto a su población natal y ejecutado el retablo de Santa Ana y la Virgen (1485-1488). En esta fecha habría vuelto a Toledo y, tras un periodo de silencio documental, se le vuelve a encontrar allí en 1494. Por encargo del inquisidor Tomás de Torquemada, realizó el retablo mayor del convento de Santo Tomás de Ávila. Desmembrado, destaca de este retablo la pintura del Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán, conservada con otras tablas de dicho retablo en el Museo del Prado.
    Existe la posibilidad de que el pintor trabajase al servicio de Isabel la Católica.6 Uno de los encargos reales sería el San Juan Evantelista en Patmos,7 que Berruguete entregó el 3 de mayo de 1499 en el antiguo Alcázar de Madrid y que hoy se conserva en la Capilla Real de Granada.8
    Hacia 1500 trabajó para el desaparecido Hospital de la Latina de Madrid, a petición de Beatriz Galindo, fundadora de esta institución y preceptora de la reina Isabel.9 Una de sus obras más logradas, La Virgen con el Niño en un trono, presidió la capilla del citado hospital hasta su demolición en 1906, para después ser trasladada al Museo de Historia de Madrid.
    Su última etapa transcurrió en Paredes de Nava donde pintó obras como el parcialmente desaparecido retablo de Guaza de 1501. En su pintura destaca la influencia del Renacimiento italiano, en el hecho de querer enmarcar las figuras y las acciones en el espacio, mediante la utilización de la luz y la perspectiva, aunque a veces no bien resuelta. De vuelta a Castilla, habría perdido el interés por el detalle y sus figuras se vuelven más sobrias, quizá como adaptación de su estilo a los gustos más arcaicos de sus comitentes.


    Rey David, en la Iglesia de Santa Eulalia de Paredes de Nava.
    es.wikipedia.org

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