martes, 11 de febrero de 2014

LUIS TOMASELLO- REMINISCENCIAS

La mayor parte
de su obra se encuentra en el MACBA / Museo de Arte Latinoamericano Contemporáneo en 
la ciudad de La Plata





3 comentarios:

  1. Los descubrimientos importantes se hacen en las circunstancias y los
    lugares más insólitos. La manzana de Newton, mire si no es cosa de pasmarse. A
    mí me ocurrió que en mitad de una reunión de negocios pensé sin saber por qué
    en los gatos —que no tenían nada que ver con el orden del día— y descubrí
    bruscamente que los gatos son teléfonos. Así nomás, como siempre las cosas
    geniales.
    Desde luego un descubrimiento parecido suscita una cierta sorpresa,
    puesto que nadie está habituado a que los teléfonos vayan y vengan y sobre
    todo que beban leche y adoren el pescado. Lleva su tiempo comprender que se
    trata de teléfonos especiales, como los walkie-talkies que no tienen cables, y
    además que también nosotros somos especiales en el sentido de que hasta ahora
    no habíamos comprendido que los gatos eran teléfonos y por lo tanto no se nos
    había ocurrido utilizarlos.
    Dado que esta negligencia remonta a la más alta antigüedad, poco
    puede esperarse de las comunicaciones que logremos establecer a partir de mi
    descubrimiento, pues resulta evidente la falta de un código que nos permita
    comprender los mensajes, su procedencia y la índole de quienes nos los envían.
    No se trata, como ya se habrá advertido, de descolgar un tubo inexistente para
    discar un número que nada tiene que ver con nuestras cifras, y mucho menos
    comprender lo que desde el otro lado puedan estar diciéndonos con algún
    motivo igualmente confuso. Que el teléfono funciona, todo gato lo prueba con
    una honradez mal retribuida por parte de los abonados bípedos; nadie negará
    que su teléfono negro, blanco, barcino o angora llega a cada momento con un
    aire decidido, se detiene a los pies del abonado y produce un mensaje que
    nuestra literatura primaria y patética translitera estúpidamente en forma de miau
    y otros fonemas parecidos. Verbos sedosos, afelpados adjetivos, oraciones simples
    y compuestas pero siempre jabonosas y glicerinadas forman un discurso que en
    algunos casos se relaciona con el hambre, en cuya oportunidad el teléfono no es
    nada más que un gato, pero otras veces se expresa con absoluta prescindencia
    de su persona, lo que prueba que un gato es un teléfono.
    Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin responder a las
    llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del otro lado de
    esa línea que una cola trémula se hartó de mostrarnos en cualquier casa del
    mundo. ¿De qué me sirve y nos sirve mi descubrimiento? Todo gato es un teléfono
    pero todo hombre es un pobre hombre. Vaya a saber lo que siguen diciéndonos,
    los caminos que nos muestran; por mi parte sólo he sido capaz de discar en mi
    teléfono ordinario el número de la universidad para la cual trabajo, y anunciar
    casi avergonzadamente mi descubrimiento. Parece inútil mencionar el silencio de
    tapioca congelada con que lo han recibido los sabios que contestan a ese tipo
    de llamadas.Un tal Lucas, Julio Cortázar

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  2. LUIS TOMASELLO
    De la forma y de la luz
    por Adriana Lauria**
    “...me interesa el reflejo de los colores,
    es como si intentara definir la luz de la luna...”
    Luis Tomasello

    En el libro-objeto Negro el 10, último trabajo conjunto de Julio Cortázar* y Luis Tomasello, el escritor delinea con acierto el proceder creativo del artista. Afirma que “... Este alquimista no ha buscado congelar la luz en materia preciosa, sino precisamente lo contrario: un objeto sólido e inmóvil se dilata en luz y color; tiembla en el espacio, late con el mismo corazón del que lo está mirando”. Resulta difícil superar la precisión de este párrafo. En su obra, Tomasello manipula, con la habilidad de aquel que sabe transmutar la materia, elementos cotidianos –sean estos madera, pigmentos o luz– volviéndolos experiencia maravillosa para el observador.
    Los poemas de Cortázar que componen el volumen se inspiran en la serie Lumière noire, que el artista elabora desde el inicio de los años 80, en la que imprime un curso distinto a su trabajo. Parte de hueco-relieves íntegramente pintados de negro, donde las finas oquedades lineales perforan abismos de penetrante oscuridad. Estas obras atisban los misterios que anidan en las sombras, al tiempo que ratifican la intensidad que genera el espacio –los negros más profundos se logran en su presencia–, formulando una suerte de versión disciplinada, pero no menos sugerente, de los cósmicos tajos espacialistas de Lucio Fontana.
    Hasta ese momento había indagado en una de las variantes del arte cinético, cuyos estáticos relieves geométricos, predominantemente blancos, devienen móviles por imperio de las posibilidades dinámicas de la iluminación –el artista prefiere para sus obras la cambiante luz natural– y por los múltiples puntos de vista inducidos por el desplazamiento del espectador.
    Y como la noche no es concebible sin el día, desde entonces en su producción, los sutiles objetos negros que exploran las fronteras de lo visible, conviven con la diafanidad de sus relieves luminosos y cromáticos, desplegando en unos y otros, su inagotable ars combinatoria.
    Estas cualidades pueden ser apreciadas en la muestra “Tomasello. Estructura visible y color reflejado”, que con curaduría del Profesor emérito de la Sorbonne de París y hasta hace pocos años director del Musée d’ Orsay, Serge Lemoine, se presenta en la sede de Ascaso Gallery, Miami, desde el 24 de febrero hasta fines de marzo. Lemoine es un especialista en abstracción geométrica y desde esa erudición ha seleccionado 50 obras representativas realizadas entre 1975 y 2011, que cubren diversos aspectos del trabajo de este maestro del arte cinético.
    Nacido en la ciudad de La Plata y formado en las academias de Buenos Aires, Tomasello se radica en París en 1957, incorporándose desde entonces a las filas de este movimiento internacional, junto a otros artistas latinoamericanos como Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz Diez, Julio Le Parc, Gregorio Vardánega y Martha Boto, por mencionar unos pocos.
    Tomasello adopta la geometría tras su primer viaje a Europa en 1951, luego de apreciar la obra de Piet Mondrian. Su admiración por el fundador del neoplasticismo, una de las corrientes iniciadoras de la abstracción constructiva a principios del siglo XX, hará que tome de él algunos elementos que mantendrá hasta hoy, como la predilección por figuras esenciales como el cuadrado –en su caso, también proyectado al espacio en el cubo–, la austeridad cromática, así como las composiciones equilibradas, resueltas en su mayoría sobre los ejes verticales y horizontales, usando la cuadrícula incluso como base para elaborar aquellas obras en que se desvía de ella. Del holandés también absorbe la necesidad de vincular plástica y arquitectura, realizando murales para edificios públicos y privados de México, Francia, Marruecos, Nicaragua, Noruega, Argentina y recientemente Estados Unidos.





    * Julio Cortázar, texto del libro objeto realizado con Luis Tomasello Negro el 10, París, Ed. Maximilien Guiol, 1984.es.artealdia.com

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  3. Madí, Buenos Aires, 1946
    Madí es un movimiento de arte lúdico, lanzado en 1946 en Bude enos Aires, en el Colegio francés de Estudios Superiores, por Carmelo Arden Quin, fundador de la revista y del grupo precursor Arturo.Torres García( uruguayo) es el introductor del Constructivismo en América Latina, Vicente Huidobro(chileno), poeta creacionista. En 1943 se forma el grupo Arturo con Edgar Bailey, Gyula Kósice, Tomás Maldonado, Lidy Prati: es la primera manifestación del arte no figurativo en América Latina.
    La revista, luego de diversas escisiones, se convierte en "Arte Concreto-Invención, rechazan el retorno al plano geométrico ortogonal de Max Bill(suizo) y fundan MADI (Materialismo Dialéctico para defnder las formas planas en todos los campos( sonido, visual, gesto palabra.
    Luego en Paris en la galería Denise René en 1950, realiza la famosa exposición "Movimiento con el famoso manifiesto de Vasarely que confirma las propuestas de MADÍ.
    que no es un movimiento cerrado en el tiempo, es un juego, un terreno de juegos y de encuentros abiertos a todos. En este contexto Tomasello se integra a las tendencias de estos grupos.
    Sus poliedros, configuran una geometría de Arte Nuevo; lo escuché decir que trabajaba para que esos poliedros dieran sombra y efectivamente al contemplar sus obras estos caracteres se manifiestan muy claramente.
    Se fue cuando, se cumplen treinta años de la partida de Cortázar y cien de su nacimiento.
    Fuente: Michel Giroud

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