viernes, 28 de febrero de 2014

SOFONISBA ANGUISSOLA / RENACIMIENTO ITALIANO 1535-1625


 Autorretrato, 1556-Sofonisba Anguissola (1535/40, -1625)
La Partida de Ajedrez,1555

2 comentarios:

  1. Sofonisba Anguissola

    (Sofonisba Anguissola o Anguisciola; Cremona, 1527-Palermo, 1623) Pintora italiana, la más famosa del Cinquecento en Italia y España. En su período de formación en el taller de Bernardino Campi, entre 1546 y 1549, adquirió los fundamentos de su estilo minucioso y pulcro. Pero pronto superó en fama a su maestro y marchó a Madrid, donde en 1559 la esperaba Felipe II para encargarle numerosos retratos de la familia real. En 1580 regresó a Italia, donde prosiguió su obra, sobre todo de retratos y escenas de género como el Retrato de una monja (Colección Yarborough, Londres), su Autorretrato (Museo Poldi Pezzoli, Milán) o La partida de ajedrez (1555, Colección Radzinsky, Poznan), hasta que, ya mayor, la ceguera le privó de seguir practicando la pintura.


    Detalle de su Autorretrato de 1556

    De origen noble, Sofonisba Anguissola estudió junto con dos de sus cinco hermanas (las también pintoras Elena y Lucía) bellas artes, música y humanidades en Cremona con Bernardino Campi y posteriormente con Bernardino Gatti. Destacó como pintora de retratos individuales y de grupo, como el de La partida de ajedrez (1555), en el que retrató a sus hermanas. Tratadistas contemporáneos como Vasari o Anibale Caro dedicaron alabanzas a su obra; también Miguel Ángel Buonarrotti conoció sus dibujos y le mandó algunos bocetos suyos para contribuir a su formación.

    En 1559, a instancias de Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba, que conocía su fama en Italia, fue llamada por Felipe II a su Corte como dama de honor de Isabel de Valois. Se le concedió una pensión de cien ducados anuales, a la que se añadían 800 liras imperiales de renta para su padre, Amílcar Anguissola. Sofonisba llegó a España a finales de ese año, poco antes de la celebración de las bodas de Felipe II e Isabel de Valois, de cuyo cortejo formaba parte. Una vez instalada en la Corte, comenzó a dar clases de pintura a la reina y a algunas infantas y miembros de la alta nobleza. Su habilidad como maestra cobró una fama similar a la de su producción pictórica.

    La ausencia de la firma de la autora en sus obras ha dificultado la identificación de sus cuadros, atribuidos a otros pintores de la Corte de Felipe II hasta fechas recientes, en que se inició el estudio de su etapa española. En 1561, por encargo del papa Pío IV, Sofonisba Anguissola realizó un retrato de Isabel de Valois que fue enviado a Roma y proporcionó a la pintora fama entre los personajes de la Corte y la realeza. Pintó otro retrato de la reina que sirvió de modelo para el encargado a Alonso Sánchez Coello y, posteriormente, para el de Juan Pantoja de la Cruz y para la copia que realizó Rubens. Retrató también a la princesa Juana de Austria (Museo Steward Gardner, Boston, EE.UU.) y un pintó un Autorretrato que mandó a su familia. Sus cuadros destacan por el tratamiento de la luz, al estilo lombardo, y el colorido vivo de algunas pinceladas que hacen resaltar los rostros, las manos y los detalles sobre la oscuridad de los fondos.


    La partida de ajedrez (1555)

    Hacia 1562 pintó los retratos El príncipe Carlos (Buckingham Palace, Londres, Reino Unido), Juan de Austria (Pollock House, Glasgow, Reino Unido) y Alejandro Farnesio (National Gallery, Dublin, Irlanda), y un nuevo retrato de Isabel de Valois (Museo del Prado, Madrid), atribuido anteriormente a Sánchez Coello o a Pantoja de la Cruz. Se le ha atribuido recientemente un retrato de Felipe II (Museo del Prado, Madrid), realizado en 1565. Forma pareja con otro que pintó de Ana de Austria en 1575 (Museo del Prado, Madrid) y que presenta el mismo carácter grave y austero. De 1567 es el Retrato del príncipe Carlos adolescente (Colección Bauzá, Madrid), que fue el modelo para las seis copias que le fueron encargadas a Sánchez Coello tras el fallecimiento del príncipe.



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  2. "En el Autorretrato de Anguissola se presenta a sí misma con un instrumento musical, acompañada de su chaperona. No pone el acento en su habilidad artística sino en las dotes culturales que señalan su posición de clase. Anguissola, italiana, fue la hija de una noble familia de Cremona y, en el momento del retrato, tenía por empleo atender y pintar a la Reina de España. No era común que existieran artistas de la nobleza en ese período, pero los atributos de las clases aristocráticas y si círculo.el aprendizaje, el conocimiento y las dotes-eran codiciados por los artistas que deseaban separarse del artesanado y volverse miembro de las comunidades educadas y letradas.
    Se la presenta como inusual, que una mujer, una excepción debido a su sexo, se la consagre como una gran artista en la historia del arte renacentista.
    Vasari la analiza en un capítulo de su libro. ¿Por qué? la incluyó? Como novedad, tal vez.
    Boccaccio, afirna en su texto "Mujeres preclaras" de (1370)
    "Pensé que esos logros, merecían algo de apreciación, porque el arte es algo muy ajeno a la mente de las mujeres, y esas cosas pueden lograrse sin un gran talento, que en las mujeres usualmente es muy escaso."
    Por lo tanto era su posición de clase la que hacía que su actividad como artista fuera posible y, de hecho, digna de ser notada y comentada.
    Cuánto queda aún de esta lucha de clases en ambientes provincianos y no tanto.
    Fuente: Griselda Pollock "Visión y Diferencia" Feminismo, feminidad e historias del arte, Buenos Aires, Fiordo, 2013

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