Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos com...
Por Fabián Lebenglik
ResponderEliminarEduardo Costa es un argentino del mundo que nació en 1940. Y luego de formar parte activa de la vanguardia de los años sesenta siguió durante todos estos años, desde los distintos lugares en que eligió o le tocó vivir, tensando ideas y materiales con el mismo ímpetu (ímpetu a su vez cargado de un lúcido refinamiento) de hace más de cuarenta años.
Desde hace algunos años el artista realiza pinturas volumétricas: de ahí el título esdrújulo de esta nota.
La exposición de Costa es la muestra inaugural de un nuevo espacio, la galería GC Arte, en Esmeralda 978, dirigida por Luisa Pedrouzo y Gianni Campochiaro. Entre las próximas muestras de la galería se cuentan las de Leo Batistelli, Martín Bonadeo, artistas históricos y cinco dibujantes (argentino, uruguayo, brasileño, español y francés).
Todo gran artista construye un relato fundacional, que podría pensarse como una ficción de origen. Dado que la ficción no es verdad ni mentira porque supone otra lógica distinta de la que convalida los enunciados como ciertos o falsos, su función sería explicar un comienzo. Porque a veces la avidez de los lectores, oyentes o espectadores no queda satisfecha con la explicación de que una idea surgió así; o que es el resultado de una teoría, sino que hay que darle un contexto cotidiano, fácilmente asimilable, naturalmente verosímil, con un nacimiento práctico, algo así como una justificación pragmática. Por ejemplo: para el Borges poeta, el Borges cuentista nace a fines de 1938, luego de un fuerte golpe en la cabeza que el poeta se dio contra una ventana. Ese golpe sería la causa inaugural de una nueva estética en el modo de narrar. Si los descubrimientos artísticos surgen de situaciones accidentales, todo resulta más tranquilizador.
Para Eduardo Costa su ficción de origen (gracias a la cual vio la luz su “objeto genitivo”), el momento fundacional, su descubrimiento (la pintura volumétrica) sucede en un momento de 1994, en el instante en que el artista quedó extasiado mirando un frasco lleno de pintura amarilla seca. Entonces sacó del envase el contenido de pintura sólida –un volumen amarillo con forma de frasco– y allí habría quedado inaugurada, espontáneamente, la continuidad lógica, conceptual y técnica entre la escultura y la pintura.
Y después del nacimiento llega la paternidad: “Creo que cuando vi el pedazo de pintura seca –dice Costa en el catálogo, en diálogo con su curador, Leonardo Martínez– vi toda la pintura que Lucio Fontana y otros habían rechazado en algún momento y decidí adoptarla, como a una niña que hubieran rechazado sus padres”(...)
www.pagina12.com.ar el 3 de mayo de 2011
En este blog el 28 de agosto de 2014
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