PRIMER PREMIO DEL MUSEO DEL BANCO CENTRAL PARA DIEGO A. VERGARA

El Banco Central inaugura la XI edición del Premio Nacional de Pintura 2018

Hoy quedó inaugurada la XI edición del Premio Nacional de Pintura Banco Central 2018 con una ceremonia en la que se reconoció a Margarita Paksa con el Gran Premio Homenaje por su obra La ciudad te pertenece II. También se anunciaron los artistas ganadores de las distintas categorías.
La inauguración, que tuvo lugar en el Museo del Banco Central, contó con la presencia del presidente del Banco Central de la República Argentina, Guido Sandleris, del vicepresidente, Gustavo Cañonero, de la vicepresidenta segunda, Verónica Rappoport, y diversas personalidades de la cultura y otros ámbitos.
El Primer Premio Adquisición fue para Diego Alejandro Vergara por su obra Sin título, el Segundo Premio Adquisición fue para Mariana Ferrari con su obra Dos y el Tercer Premio Adquisición, para Milton Hernán Kalbermatter por su obra Fuerte y lento.
En la categoría Estímulo a Menores de 35 años, el Primer Premio Adquisición fue otorgado a Valentina Ansaldi por su obra Yeruá, el Segundo Premio Adquisición fue para Carlos Cima por Nunca me invitaron, no sé si voy a ir, y el Tercer Premio Adquisición fue para Tiziana Pierri por La invitada.
Tanto la obra de Paksa como los demás trabajos ganadores pasarán a formar parte del acervo pictórico del Banco Central. Con la consigna “El arte te pertenece”, la muestra propone un recorrido con obras de artistas consagrados y emergentes, tradicionales y rupturistas que invitan al diálogo fomentando un acceso inclusivo que acerca el patrimonio artístico de la institución a la comunidad, como patrimonio de todos los argentinos.
En esta edición el jurado estuvo compuesto por Marisa Baldasarre, Jimena Ferreiro, Nancy Rojas, Pablo Siquier y Eduardo Stupía, con la curadoría de Eva Grinstein.
La muestra del XI Premio Nacional de Pintura Banco Central 2018 está integrada por la obra de Paksa y los 26 trabajos finalistas que fueron seleccionados entre más de 600 artistas de todo el país que participaron del certamen. Estará expuesta en el Museo del Banco Central (San Martín 216 – CABA) hasta el 28 de febrero próximo y se podrá visitar de lunes a viernes de 10:00 a 18:00. Con posterioridad, y al igual que las ediciones anteriores, se transformará en una muestra itinerante que recorrerá varias ciudades del país.
El alcance federal del Premio y su muestra itinerante contribuye a promover la circulación y visibilidad del trabajo de los artistas argentinos, propiciando su vínculo con públicos diversos.
bcra.gov.ar
5 de diciembre de 2018
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Comentarios

  1. Por Ana Martínez Quijano
    Rosario. La galería Gabelich contemporáneo inauguró "El gesto incesante", una exhibición de las líricas y también avasallantes pinturas actuales de Diego Vergara (1980). El artista santafesino sabe lo que quiere y se expresa libremente a través de formas abstractas y colores radiantes. Las pinturas recuerdan el expresionismo abstracto, movimiento basado en la acción gestual que surgió en Nueva York al promediar la década del 40 del siglo XX. El camino del arte no tiene reglas estrictas y, la historia de Vergara, que dejó de pintar cuando había alcanzado los primeros éxitos de su carrera, lo corrobora. Pero luego volvió a hacerlo.

    En 2008 el artista se presentó en el Salón Nacional de Rosario con la pintura "Me has robado el corazón". Trabajaba entonces a partir de ilustraciones enciclopédicas y la obra representaba dos nutrias a la orilla de un río. Una de ellas le había arrancado literalmente- el corazón a dentelladas a la otra. Luego, su primera muestra individual en Buenos Aires se llamó "La existencia está en otra parte" y, desde el título, tomado del final manifiesto surrealista de André Breton, las pequeñas pinturas expresaban el deseo de forjar un destino excepcional. "Este verano, las rosas son azules; el bosque, de cristal. La tierra envuelta en verdor me causa tan poca impresión como un fantasma. Vivir y dejar de vivir son soluciones imaginarias". Vergara había logrado convocar la magia surreal en unas pinturas donde las dimensiones gigantescas de los frutos arrastraban a los árboles con su peso y todo se desbordaba, mientras centenares de frutos amarillos, rojos, naranjas, caídos de los árboles, tapizan el suelo y flotan sobre las aguas de un lago.

    En su segunda muestra, con sorprendente virtuosismo, Vergara pintó los bellos rostros de Romeo y Julieta en el momento en que la muerte habita el cuerpo, con unas manchas verdosas. Desde la contemporaneidad, el artista había logrado recuperar la irrealidad y la ensoñación surrealista y después, también a su manera y con su propio estilo, rescató el drama romántico. Entonces dejó de pintar, y dijo: "acaso para siempre". Sus obras no lo conformaban. Cuando el arte posee cualidades que trascienden a la propia persona, cuesta entender que un artista renuncie,que pare en seco la producción.

    "Quiero pintar como De Kooning", había dicho poco tiempo antes. Esta inesperada expresión de deseos, sobre todo teniendo en cuenta la definición formal y la brevedad de sus pequeños trabajos, se enlaza sin embargo con el presente. En la actual muestra rosarina está presente De Kooning, además de un fuego que se asemeja al de los volcanes de Matta, y también se intuye la gracia fluida de Pollock.

    En "El querer ser otro", Borges analiza el fenómeno y, con su peculiar humor, ejemplifica este deseo. "Querer ser Goethe me parece una mínima canallada, una pequeña simulación de escritor que finge renunciar a otras más evidentes codicias para codiciar una obra que pocos visitan con gusto, pero que se considera muy distinguida. [...] Quisiera ser Joan Crawford, en cambio, puede significar Yo quisiera habitar ese glorioso cuerpo de Joan y cobrar sus espléndidos honorarios de adoración y de oro y de competentes fotógrafos, pero puede querer decir también Quisiera ser, cuerpo y alma, Joan Crawford. Ese deseo es el que más interesa en verdad: que B quiera ser N".

    El despliegue potente de las composiciones rítmicas de Vergara, transmiten sensaciones espaciales de infinitud. Los gestos y arabescos de sus pinceles, que danzan con singular dinamismo sobre las telas, tienen una identidad muy marcada e inconfundible, como los rasgos de la escritura. (...).www.ambito.com

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