Carlos Bunga trae su exposición "Desplazamientos psíquicos"

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  1. Si va al Museo de Arte de la Universidad Nacional en Bogotá, no piense que porque faltan bloques de concreto en el patio y porque están apilados a un lado, el museo está en obra. Más bien observe la escena y continúe el recorrido, porque verá más cambios.

    Tampoco le busque explicaciones, simplemente deje que su mente vuele lejos de la racionalidad. Esa es la invitación que Carlos Bunga (Portugal, 1976) hace con ‘Desplazamientos psíquicos’, su segunda exposición individual en el país.

    Bunga presenta una propuesta que continúa en la línea que se trazó la Dirección de Patrimonio Cultural de la universidad: mostrar trabajos que involucran la pintura en prácticas propias de la contemporaneidad, según María Belén Sáez de Ibarra, a cargo de esa dirección.

    El artista estuvo un par de veces en el país antes de dedicarse de lleno a su proyecto. Adonde llega instala su taller y empieza a trabajar con materiales precarios, cartones, pintura, cinta adhesiva y un bisturí.

    Con estos creó enormes estructuras paralelas a las rígidas columnas del museo. No se sabe “qué cosa estaba antes y cuál es reciente”, dice, mientras señala una pieza camuflada con pintura blanca, y que hay que examinar para saber si se trata de cartón o de concreto. Así, la observación y la intuición se convierten en elementos importantes.

    “Somos en extremo racionales, siempre catalogamos, identificamos y tratamos de ubicar todo en lo concreto, porque es más cómodo”, reflexiona.

    Y aunque considera que el pensamiento racional es natural en el ser humano, cree que es necesario “ser más flexibles y no tan catalogadores”. Eso sí, la exposición no pretende imponer dicha idea, tampoco la de la imperfección. Está abierta a cualquier tipo de interpretación y a que, por ejemplo, se relacione la enorme pintura amarilla en la ‘piscina’ del museo con otra más pequeña del mismo color, o que se piense que los cientos de cajas pegadas en el piso de la otra sala del museo son una extensión del techo.

    Aunque el material que predomina en la muestra es el cartón, la pintura tiene un lugar importante en este trabajo. No de la forma tradicional, sobre un lienzo o enmarcado. Aquí aparece expresada en otras superficies ya que, cuenta el artista, cuando era estudiante y tuvo que pintar sobre el plano, llegó a un estado de frustración que lo alejó de la pintura. Solo la retomó cuando se interesó en la arquitectura, en los edificios en ruinas o degradados y vio que podía potencializar esta técnica en un campo tridimensional.

    En la obra 'Superficie cutánea' es posible advertirlo. La pintura amarilla y resquebrajada sobre la superficie muestra las cualidades de este material, que la perfección no existe y que el paso del tiempo deja sus huellas. Y si bien la idea de la improvisación está presente, Bunga no empieza a ejecutar ningún proyecto sin antes tener un título o concepto establecidos. Solo cuando empieza a trabajar aparece la improvisación porque, como en todo, surgen los accidentes que, para él, se convierten en oportunidades.

    ¿Dónde y cuándo?

    ‘Desplazamientos psíquicos’ se podrá ver hasta el 27 de febrero del 2016, en el Museo de Arte de la Universidad Nacional. Entrada libre.

    MARÍA ALEJANDRA TORO VESGA
    Cultura y Entretenimiento
    www.eltiempo.com

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  2. Propone un tipo especial de desplazamiento. Uno puede tomarse un avión y desplazarse miles de kilómetros y seguir siendo el mismo. Las mismas angustias, los mismos miedos y también la misma racionalidad, observar y catalogar, juzgar, igual que siempre.
    Un desplazamiento psíquico, ya convoca a un corrimiento de la racionalidad, una suerte de traslado hacia los últimos límites de lo sensible-
    Acaso nuestras sensaciones, siempre son intelectuales? como una muralla intelectual que no puede atravesarse? El artista nos cuenta que se angustió ante un lienzo blanco y huyó de la pintura tradicional.
    "El espíritu del hombre está enfermo en medio de los conceptos. No le pidan que se satisfaga, tan solo pídanle que se tranquilice, que crea que realmente encontró su lugar. Pero únicamente el Loco está realmente tranquilo." Artaud
    Esas baldosas faltantes, un cuadro de color amarillo de gran tamaño y luego encontrarse con el mismo cuadro en pequeño. El paso de los años, el deterioro, la muerte acechando?
    Un humano es un poco loco, lo invade la finitud.

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