15-MINUTOS DE "INTERRUPCIÓN" EN LA BIENAL DE ESTAMBUL
Plan de Bienal de Estambul Artistas 15-Minute "Interrupción" 01 DE SEPTIEMBRE 2015 Bienal de Estambul de Carolyn Christov-Bakargiev abre esta semana, y un grupo de artistas tienen la intención de infundir la abertura con un reconocimiento de la reciente agitación política que aflige a la minoría kurda de Turquía. Una carta enviada esta mañana a todos los participantes bienales "proponer [s] que todos suspendemos presentación de nuestros trabajos durante 15 minutos durante la inauguración de la Bienal" en reconocimiento a la ruptura violenta en las conversaciones de paz entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el gobierno de Turquía en las últimas semanas. Firmado por participante bienal basado en Mardin Pelin Tan y su Colectivo ArtikIsler, junto con el editor de artista y e-flux Anton Vidokle, la misiva pretende infundir un sentido de urgencia en lo que ya es un programa bienal políticamente sensible. "Con Anton, pens...
ResponderEliminar(...) La invención de la fotografía propiciará y acelerará en la pintura una “crisis de identidad” que se expresará en el prolífico arte de las vanguardias. La imagen fotográfica garantizó la reproducción mimética –casi perfecta– de la realidad y, por lo tanto, la búsqueda de nuevas nociones de artisticidad por parte de los pintores. La Pintura, “a partir del Arte moderno, perderá su protagonismo como género dominante y volverá a ser aquella pintura con P minúscula que el hombre o el niño de la calle conocen: algo hecho con pigmentos, una técnica más con la que se puede hacer una obra de Arte. Lo que importará no es que una obra sea Pintura, sino Arte”.
Salvador Dalí, Bebé-mapamundi, 1939. La pintura vanguardista exigirá un público no convencional (perteneciente a la “visión objetiva”) que se enfrente ya no a lo figurativo sino a lo abstracto: no más representaciones de lo real como paisajes, desnudos o naturalezas muertas; más bien ideas, teorías, reflexiones, lenguajes, formas, luces y color como búsquedas artísticas en sí mismas. La ruptura de paradigmas ocurrirá con Duchamp quien “llegará al extremo de proponer el ready-made rompiendo definitivamente con la necesidad de hacer algo: la forma pura es lo esencial a la pintura y no como se ha llegado a ella técnicamente”. Para Duchamp el artista no inventa sino que usa, manipula, desplaza o reformula el arte.
La cámara fotográfica, si bien capta la realidad al más puro estilo de la “visión objetiva”, no es un objeto neutral. Aún tecnológicamente, responde a un sistema de valores configurados en la sociedad. La imagen fotográfica no es menos inocente. “Las imágenes de la cámara, lejos de integrar una percepción natural del mundo son, en realidad, las manifestaciones axiomáticas de una propuesta de realidad. La sintaxis de las imágenes está ‘pre-determinada’: la foto, más que una huella de la realidad, es la imagen de un concepto”.
Con estas frases, la autora nos revela el vínculo, la relación, la similitud entre esos paradigmas culturales que son la Fotografía y la Pintura. Fotografía: imagen, memoria colectiva, documento, comunicación visual, concepto. “Desde 1939 la fotografía nos llena de dudas.” La imago fotográfica que es Fotografía, que es artística, que posee las cualidades de la Pintura, es aquella que se sacudió la mímesis y que asume con pleno conocimiento y creatividad su subjetividad. El lenguaje fotográfico que se aleja de la objetividad, contradiciéndose a sí misma, es la fotografía artístic
Será hasta principios del siglo 20 cuando la fotografía adquiera el rango de arte a través de la crítica especializada. El aura de Walter Benjamin, que él atribuía exclusivamente al arte y a su unicidad y no a la reproducción mecánica de los productos culturales, también sería asumido por la fotografía artística en su afán de “artistificación”, es decir, en su construcción del aura (con las relatividades que ello implica). El aura avanzará ya no como representación de una realidad dada sino de una “realidad construida”, como El ahogado (1840) de Hippolyte Bayard, quien se retrató fingiéndose muerto para demostrar que la imagen fotográfica “no es lo que parece”.
Los derroteros de la fotografía, sus acercamientos a la artisticidad –algunos tímidos, otros decididos–, incluso las experimentaciones de artistas de la lente serán definitivos para conferirle a la fotografía el carácter de obra de arte. Factores como la crítica especializada y su institucionalización a través del espacio museístico (aportación, esta última, del fotógrafo y bibliotecario del MoMa, Beaumont Newhall) demuestran que la imago fotográfica se erigió en un producto cultural-ideológico con valor estético propio y autónomo. El museo servirá para colocar, promocionar, difundir y distribuir a la fotografía artística, aunque más tarde se consideraría al museo como uno más de los “aparatos ideológicos del Estado” althoserianos.(...)
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La técnica empleada sobre en el cuadro es óleo sobre lienzo.
ResponderEliminarEn el cuadro se puede apreciar una foto de la cara de un bebé con un mapa dibujado en la cara puesto en un pie de la bola del mundo.
Es una composición bastante original ya que se usan pocos colores pero están muy bien empleados, tonos claros. (La composición no tiene que ver -al menos exclusivamente- con el color)
Es una obra que tiene formas y volúmenes muy bien trabajados y también tiene profundidad.
En cuanto a su profundidad, se puede apreciar que es la cara de un bebé con un poquito de mapa dibujado. (Esto que comentas no es "profundidad".)
En cuanto al volumen, no tiene volúmenes ya que no tiene sombras empleadas. (¡Pero si acabas de decir cuatro líneas más arriba que tiene "volúmenes muy bien trabajados!)
En cuanto a la luz, es un cuadro con colores llamativos (¿qué colores ves en la pintura que sean "llamativos"?), aunque también tiene tonos oscuros.
En cuanto a las sombras, es un cuadro que no tiene sombras (¿segura?), en el fondo no se puede apreciar ninguna sombra del bebé. Sus colores son cálidos y algunos un tanto complejos. (La explicación sobre los colores es incompleta y un tanto contradictoria, teniendo en cuenta lo que más arriba has comentado sobre el color de la obra.)
Para este cuadro se necesitó tiempo ya que aunque se usen pocos colores, se puede distinguir perfectamente la cara y distinguir colores. (que los colores se puedan distinguir no tiene que ver con la factura, ni tampoco que se usen muchos o pocos colores.)
(Esta segunda imagen de la entrada no es un detalle: es simplemente la misma imagen recortada.)
Todas las obras de Dalí están basadas en sueños que el propio pintor tiene o son cosas que se imagina, son obras muy interesantes.
El movimiento artístico de a mediados del siglo XX con el que se relaciona con el Surrealismo (COHERENCIA: esta oración no es coherente) que es un movimiento que fue creado en Francia después de la I Guerra Mundial donde hay que inspirarse en las teorías psicoanalíticas para intentar reflejar el funcionamiento del subconsciente.
Mi conclusión sobre este cuadro, pienso que es un cuadro entretenido, pero sobretodo muy original y muy currado (ADECUACIÓN: expresión informal), está obra de Dalí me ha gustado bastante, creo que es un buen trabajo de Dalí e interesante.
Publicado por Melanie Ponce en 13:25 blogdeaulamurillo.prof..blogspot.com.ar
Este cadáver que ven ustedes es el del señor Bayard, inventor del procedimiento que acaban ustedes de presenciar, o cuyos maravillosos resultados pronto presenciarán. Según mis conocimientos, este ingenioso e infatigable investigador ha trabajado durante unos tres años para perfeccionar su invención.
ResponderEliminarLa Academia, el Rey y todos aquellos que han visto sus imágenes, que él mismo consideraba imperfectas, las han admirado como ustedes lo hacen en este momento. Esto le ha supuesto un gran honor, pero no le ha rendido ni un céntimo. El gobierno, que dio demasiado al señor Daguerre, declaró que nada podía hacer por el señor Bayard y el desdichado decidió ahogarse. ¡Oh veleidad de los asuntos humanos! Artistas, académicos y periodistas le prestaron atención durante mucho tiempo, pero ahora permanecen en la morgue desde hace varios días y nadie le ha reconocido ni reclamado. Damas y caballeros, mejor será que pasen ustedes de largo por temor a ofender su sentido del olfato, pues, como pueden observar, el rostro y las manos del caballero comienzan a descomponerse.
H. B. 18 de octubre de 1840
Ahora tenemos, por tanto, la historia completa o al menos el guión íntegro. El cuerpo que vemos ante nosotros corresponde al personaje conocido como H. B., un hombre que ha muerto, que en su desesperación ha cometido suicidio ahogándose. Aparentemente se trata de un fotógrafo que ha sucumbido literalmente a la fotografía, destinado a retornar siempre con la noticia de su propio suicidio por haber inventado el medio mismo que permite su retorno. De este modo, el autor de este texto goza de una nada envidiable inmortalidad, la existencia zombie del muerto viviente.
Pero ni siquiera esta triste situación puede impedirle dejarnos con un chiste. Casualmente, se trata de un chiste sobre la propia fotografía y, por tanto, sobre la creación de la propia imagen que tenemos delante. El texto remite a los espectadores al color del rostro y de las manos de H. B., toma su color oscuro como un símbolo de su carne en descomposición y nos advierte sobre su olor. [126] De hecho, com buen jardinero, Bayard había permanecido probablemente al sol y las partes de su piel expuestas a él estarían un poco bronceadas. Insensible a la diferencia entre bronceada y descompuesta, su procedimiento de positivado directo había impreso la piel enrojecida como negra, circunstancia que Bayard aprovecha inteligentemente. El chiste llama la atención sobre el carácter engañoso de la fotografía como mera ilusión de lo real, así como sobre el artificio del texto y la imagen que realmente estamos viendo. También alude a la piel humana como superficie potencialmente “fotográfica”; tal vez aquí hay incluso un recuerdo de aquellas manzanas dibujadas por el sol, que un futuro historiador mencionaría com ola inspiración inicial del deseo de fotografiar de Bayard. [127]
Así pues, tenemos aquí un texto extraordinario, quizá uno de los más extraordinarios de la historia de la fotografía. Además, en la brillante combinación del texto con la imagen, Bayard consiguió producir una obra individual que trata, íntegramente y de forma explícita, sobre la práctica y las implicaciones de la representación fotográfica en general. Al cuestionar la veracidad de la imagen fotográfica en su reverso, el texto parece poner en duda deliberadamente la distinción supuesta entre lo literal y lo figurativo, pues en el juego que se crea entre texto e imagen, todo parece estar confundido con su contrario. (…)»
Geoffrey Batchen: Arder en deseos, la concepción de la fotografía. Traducción de Antonio Fernández Lera. Editorial Gustavo Gili, SA. Barcelona, 2004. Pp: 158-173.
Título original: Burning with desire. The conception of photography
www.desbordes.worpress.com