Lo que los mosaicos romanos revelan sobre el arte antiguo Mosaico de Bailarines Báquicos, Hatay, Turquía. Tiempo estimado de lectura: 6 minutos • Última actualización: 02.20.19 Los mosaicos romanos se componen de imágenes geométricas y de figuras creadas por arreglos de pequeñas piezas de piedra y vidrio. Las formas más tempranas de mosaicos grecorromanos fueron concebidas en Grecia a fines del siglo V aC Aunque los griegos refinaron el arte de los mosaicos figurativos incrustando guijarros en el mortero, los romanos ampliaron esta técnica establecida, usando teselas, cubos de piedra, cerámica, o vidrio: para formar diseños intrincados y coloridos. Hoy en día, estas obras ofrecen una imagen vívida de la antigua vida romana; un vistazo a las actividades cotidianas de una antigua civilización que incluyó concursos de gladiadores, deportes y agricultura, al mismo tiempo que sirve como documentación de artículos cotidianos como comida, ropa, herramientas y arm
Una vez que estuvo terminada la estructura del edificio, durante diez años un equipo de escayolistas, tallistas y fresquistas trabajaron, hasta que a duras penas ninguna superficie de las galerías y los salones quedaron sin decorar. Bajo la dirección de Giulio Romano trabajaron pintores decorativos locales como Benedetto Pagni y Rinaldo Mantovano. Estos frescos permanecen actualmente y son el rasgo más destacado del palacio. Los temas van desde los banquetes del Olimpo en la Sala di Psiche y los estilizados caballos de la Sala dei Cavalli a los más inusuales de todos — gigantes y grotescos causando el caos, furia y ruina alrededor de las paredes de la Sala dei Giganti.
ResponderEliminarEl más famoso fresco del manierismo: el ilusionismo de Giulio Romano inventa una cúpula por encima y disuelve la arquitectura de la habitación en la Caída de los gigantes.
El palacio fue pensado para recreo diario y fiestas, sin dormitorios ni demás dependencias para un uso como vivienda. Una vez decoradas y amuebladas para complementar la corte ducal de la familia Gonzaga, recibieron la visita de muchas de las más ilustres figuras de la época. Entre ellas estuvo el emperador Carlos V, quien, cuando lo visitó en 1530, elevó a su huésped, Federico II Gonzaga de marqués a duque de Mantua.
Con destino a este palacio, se encargaron al pintor Correggio cuatro importantes cuadros: Júpiter e Ío, El rapto de Ganímedes, Leda con el cisne y Dánae, si bien pronto fueron regalados al emperador Carlos V. Por cuestiones de moralidad, los reyes españoles se desprendieron de ellos y se conservan actualmente en distintos museos (Galería Borghese de Roma, Staatliche Museen de Berlín y Museo de Historia del Arte de Viena).
Una de las partes más evocadoras de la épica perdida del palacio es el Casino della Grotta, una pequeña serie de habitaciones organizadas en torno a una gruta y loggetta (balconada cubierta) donde los cortesanos una vez se bañaban en la pequeña cascada que salpicaba sobre los guijarros y las conchas incrustadas en el suelo y las paredes.
El Palazzo Tè resultó muy dañado en los siglos XVII y XVIII y perdió parte de sus decoraciones. En 1630 Mantua y el palacio fueron saqueados por las fuerzas invasoras y la población cayó víctima de una de las peores plagas de la historia. El palacio fue saqueado de arriba abajo y permaneció como una concha vacía: ninfas, dioses, diosas, y gigantes permanecieron en las paredes de las habitaciones vacías. Se ha recuperado en tiempos recientes como museo y galería de exposiciones.
Parte del palacio alberga actualmente el Museo Civico del Palazzo Te, legado por Arnoldo Mondadori. Contiene una colección de arte mesopotámico.es.wikipedia.org