viernes, 16 de diciembre de 2016

Fantasía en escena. Kunisada y la escuela Utagawa.

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  1. MARÍA QUINTANAMadrid Actualizado: 18/05/2014 02:44 horas
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    Los numerosos distritos del placer, los teatros kabuki y las casas de té poblaban Edo, el actual Tokio. Durante el periodo con el mismo nombre, que trascurrió entre 1615 y 1868, la población en los núcleos urbanos aumentaba y la estabilidad política de Japón era una realidad.

    Hoy no es necesario recurrir a la imaginación para trazar el contexto social de entonces, los artistas ukiyo-e retrataron ese 'Carpe Diem' oriental en numerosas estampas que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando recupera junto a la Real Academia Nacional de Farmacia. Se trata de 116 estampas, 17 dípticos y 3 trípticos condensados en 'Fantasía en escena. Kunisada y al escuela Utagawa', una exposición que recoge ejemplares de ukiyo-e, estampas japonesas, nunca exhibidos hasta la fecha.

    Las obras se encontraban en la Real Academia de Farmacia, fue Olga García, comisaria de la exposición junto a Daniel Sastre, quien acudió a verlas. "El origen de esta exposición es esa visita", explica Antonio Bonet Correa, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Además, insiste en que se trata de una selección "con motivo de la conmemoración histórica del contacto España- Japón en el siglo XVII", en referencia al año dual y a la conmemoración de los 400 años de intercambio hispano-japonés.

    Las imágenes de los ukiyo-e, en plena sintonía con el espíritu urbano de Edo, son claro ejemplo de la vía de escape que encontraban los artistas entonces ante los preceptos profundamente confucianos del 'Shogunato', el gobierno militar japonés de la época. Esta contra- cultura se materializa en las estampas que ahora ven la luz en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. "Aquí tenemos lo más genuino de lo genuino de la escuela de Utagawa, que se especializó en los actores de kabuki [forma de teatro japonés]. Cuando decidimos qué estampas irían en la exposición, seleccionamos las que tienen colores vivos, ejemplo de primeras ediciones, capaces de resaltar la belleza cautivadora que tienen de por sí esas imágenes", expone Olga García.

    Las creaciones de Kunisada, considerado como el gran maestro por el éxito de sus obras, suponen el eje de la exposición. "Era muy brillante, con mucha imaginación, muy productivo, se lo rifaban los editores para que hiciese ilustraciones", señala Daniel Sastre. Una de las innovaciones que introduce Kunisada fue la de retratar a los actores dentro de espejos, algo que acaba siendo muy popular entre el gran público, tanto que acabarán por hacerse tres series. "Se supone que el actor al mirarse en el espejo está mostrando su cara más verdadera, crea una intimidad entre el espectador, quizás creándole sueños de grandeza", explica.

    Las estampas que se comercializaban en las representaciones de Kabuki iban innovando cada vez más. Ejemplo de ello fue la experimentación que los artistas llevaban a cabo con los colores. La técnica del 'bokashi' o degradado comenzaba a llevarse a cabo durante este periodo. 'Las 36 vistas del Monte Fuji', de Hokusai, una de las estampas ukiyo- e más famosas es un caso claro de esta experimentación de degradados que hará más vistosas y coloridas a las reproducciones. "El azul que se utilizaba antes provenía de una flor y se caía del soporte todo el tiempo, surge entonces el que conocemos como 'azul Prusia' que sí que permitía el difuminado".

    (...)
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  2. Kunisada II (japonés, 1823-1880)
    Los lugares de placer y el ceremonial del té son los temas favoritos de las estampas del jaonés Kunisada II. Estos dos temas, a veces incluso estaban mezclados, pues las geishas (cantantes y bailarinas japonesas), con kimonos elegantes y muy ricamente adornados, a menudo oficiaban en las casas de té.
    Los grabadores de estampas japonesas tenían prohibido representar al Emperador y a su familia, bajo pena de prisión.

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