lunes, 26 de diciembre de 2016

Huellas Capítulo 3 los artistas viajeros / FERNANDO BRAMBILLA

De todos los artistas que participaron en el viaje, Fernando Brambila ha sido considerado como el de más sólida formación. La profesora Sotos Serrano81 señala que era un pintor de gran capacidad y sensibilidad, que poseía un gran dominio del dibujo de paisajes y de conjuntos urbanos aunque la representación de personas y animales la hacía con una cierta torpeza. El historiador del arte Torre Revelló82 adjudica a Brambila una pincelada ágil, un dibujo preciso, un conocimiento del uso del color, «aunque tenga una marcada preferencia por los colores bajos o abuse de los tonos oscuros en las aguadas».
  —30→   
Brambila nace en el pueblecito de Fara di Gera d'Adda83, cerca del Pizzighettone, en 1763. Hijo de Francisco Brambila y de Antonia Ferrari, tuvo tres hermanos, José, Domingo y María, como él mismo señalara en su testamento84. Desde joven se dedica a la pintura, oficio que desempeñaba en Milán cuando los amigos de Malaspina, el conde Greppi y Melzi d'Eril, siguiendo instrucciones del marino, lo proponen, a fines de marzo de 1791, para su incorporación al viaje. La contratación de Brambila fue un tanto afortunada ya que la petición se hizo a Juan Ravenet, pintor parmesano, que aceptó rápidamente la oferta, y a Blas Martini85 que, al rechazarla, permitió la contratación del profesor de la milanesa Academia de Bellas Artes de Brera.
En abril de ese mismo año, Brambila llega a Génova en compañía de su colega Ravenet y parten hacia Barcelona. Tras un accidentado viaje en calesa desde Barcelona a la capital del Reino, viajan hasta Galicia y, desde La Coruña, embarcan para América. Allí, abordaron la fragata correo El Cortés. Después de algunas semanas llegan sanos y salvos a Veracruz tras una escala en La Habana, donde reciben 360 pesos para sus gastos86. En la capital mexicana se les indica que deben dirigirse a Acapulco, donde se encuentran las dos corbetas. Las obras más conocidas de los dos artistas italianos en México son las vistas que hicieron de Acapulco y de la sede virreinal.
El brigadier Malaspina, que había jugado fuerte en la contratación de sus dos compatriotas, alaba en su Diario de Viaje el trabajo que realiza Brambila en tierras de Nueva España:
las antigüedades peruleras, estudiadas ahora en el Cuzco, darán nuevo material para conocer la arquitectura de aquellos pueblos, que ya don Fernando Brambila había estudiado y descrito con tanto acierto a la par que la arquitectura mejicana87.


Brambila, al parecer, dibuja también las antigüedades aztecas aunque estos dibujos nunca han sido encontrados. Una frase del naturalista Antonio Pineda nos deja en la incertidumbre: «Nuestros pintores dibujaron una pirámide en Teotihuacán metiéndose en un hueco debaxo de ella»88.
El cometido de Brambila será la realización de vistas de los puertos y ciudades más importantes visitadas por las corbetas: Humatac, Palapa, Sorsogón, Manila, Macao,   —31→   Zamboangan, Sydney, Parramata, Vavao, Lima, Buenos Aires y Montevideo. De estos lugares, Brambila realiza diversas panorámicas que otorgan una información precisa y amplia sobre su situación, sistema de defensas, monumentos, etc., material básico para cualquier estudioso interesado en conocer la vida y estado de aquellas ciudades en las postrimerías del siglo de las Luces.
En su dibujo Vista de Montevideo, cuya panorámica ha sido tomada desde el puerto, se aprecia con claridad la ciudad, fundada en 1726, y la muralla que la circundaba con algunos de sus baluartes y una puerta de acceso. Al frente, sobresale la catedral. A la izquierda del dibujo, fuera ya del recinto amurallado, destaca el fuerte que defendía la bahía, hoy reconvertido en Museo Militar. La zona amurallada pintada por Brambila corresponde a lo que actualmente se denomina «ciudad vieja»89. Este dibujo tiene un gran valor para el historiador uruguayo Horacio Arredondo90, ya que «se trata de la única representación fidedigna que documenta un sector de la ciudad del que sólo se tenían referencias».
La Vista de Buenos Aires está realizada por Brambila desde el río, con la ciudad al fondo, donde se distingue la residencia del virrey, la catedral y el palacio episcopal. Este dibujo fue utilizado por Bartolomé Maura para la realización de un grabado cuya plancha se conserva en el Museo Naval de Madrid. El historiador argentino Bonifacio del Carril91 señala que «se trata de la primera representación gráfica de Buenos Aires en la que se ve a la ciudad como tal a fines del siglo XVIII». El interés de este grabado92 se acrecentó desde su publicación en el libro de Félix de Azara93.
Otra de las grandes obras realizadas por Brambila en su periplo viajero es, sin ninguna duda, la Vista de la ciudad de Lima. Constituye uno de los ejemplos más bellos que existen de la ciudad dieciochesca, cuando la capital peruana estaba considerada «la joya de la corona española». En ella se distingue la iglesia de los Desamparados, la torre de Santo Domingo, la cúpula de la Catedral y las iglesias de San Pedro y San Francisco. En las orillas del río Rimac las mujeres lavan la ropa y a la derecha de la lámina se observa el puente de piedra, primero construido en América por los españoles, que comunicaba la ciudad con el arrabal de San Lázaro, donde poco después se construyó la famosa y cantada Alameda.
Las pinturas que realizó Brambila en Lima debieron agradar sobremanera a las autoridades locales ya que se le propuso trabajar allí en cuanto acabase su misión viajera. Por causas desconocidas el asunto no prosperó, encontrándose en el Archivo del Museo   —32→   Naval94 las condiciones propuestas por Brambila para responsabilizarse de una Escuela pública de Dibujo en Lima.
De gran interés histórico resultó la serie de vistas que Brambila realiza de la ciudad de Manila, a lo largo de los seis meses que permaneció en la capital filipina. En algunos casos, al decir de Carmen Sotos, estos dibujos reflejan la última imagen gráfica de una ciudad destruida en la segunda guerra mundial. Así lo confirma el estudio de Lourdes Díaz Trechuelo95 sobre la Arquitectura española en Filipinas.
La profesora González Claverán señala que Brambila se basó en croquis de Cardero y Bauzá para realizar alguna de sus obras, correspondientes en su mayoría a lugares que él no tuvo ocasión de conocer directamente por su incorporación tardía a la Expedición. Los expertos indican que así pudo ocurrir con los dibujos y grabados referentes al paso de la cordillera de los Andes, de Chile a Argentina.
En julio de 1792, durante su estancia en la isla de Luzón, falleció el gran naturista de la Expedición, Antonio Pineda, gran amigo del comandante Malaspina. Este solicitó del gobernador y capitán general de Filipinas que permitiese rendir honores militares a Pineda, erigiéndose un monumento en memoria del ilustre científico guatemalteco. Su recuerdo quedó inmortalizado en la Huerta de Malate, propiedad de la Real Compañía de Filipinas, y el túmulo, construido junto a la iglesia de San Agustín, fue diseñado por Fernando Brambila96 y pagado por Malaspina.
En su visita a Australia, los perfectos dibujos de Brambila sirvieron a Malaspina para obsequiar a sus anfitriones ingleses. Así, el mayor Grose, oficial encargado de la colonia, recibió dos vistas del puerto de Sydney y otra de Parramata, centro de la agricultura de aquella isla97. También el capitán Patterson recibió una vista de una cascada de la isla de Norfolk. Las láminas de Brambila fueron enviadas a Inglaterra para que contemplaran las autoridades británicas el rápido desarrollo de Sydney.
Según Concepción García Sáiz98, el estilo de Brambila se mueve dentro del círculo de pintores poderosamente influidos por la técnica del francés Vernet. Lo que sí es evidente es que en la obra del pintor milanés se reúnen una gran habilidad profesional académica y un magnífico dominio de la perspectiva.
cervantes.virtual.com

1 comentario:

  1. Alejandro Malaspina
    (Palermo, actual Italia, 1754-Pontremoli, id., 1809) Marino italiano al servicio de la Corona española. Se distinguió en diversas operaciones navales contra Inglaterra, tras lo cual fue ascendido a teniente de navío (1780). En 1789 lideró una expedición científica al mando de las corbetas Descubierta y Atrevida con el objetivo de circunnavegar el globo, llevando a bordo a importantes personalidades científicas y a un buen número de expertos dibujantes. En el curso de la misma recorrió las costas americanas del Virreinato del Río de la Plata y las occidentales desde la Tierra del Fuego hasta Alaska, así como las Filipinas y algunos archipiélagos de Oceanía, para regresar finalmente en septiembre de 1794. Sin embargo, Malaspina cayó en desgracia y, en noviembre de 1795, fue acusado por Manuel Godoy de revolucionario y conspirador y condenado a diez años de prisión. En 1803 fue desterrado a Italia, donde murió.www.biografiasyvidas.com

    ResponderEliminar