LA ERA METABÓLICA / FEDERICO MANUEL PERALTA RAMOS
La era metabólica
por Pilar Altilio
Un cierto partido tomado por algunas cosas de Federico Peralta Ramos en manos de una curadora que persigue en su intento de profundizar las propias teorías.
No es la primera muestra en donde Chus Martínez se interesa por el huevo gigante, bautizado así en forma simple desde hace un tiempo, lo que en realidad fue parte de una instalación hecha en tiempo record por un equipo de obreros con la que Federico ganó el primer premio en el mítico Instituto Di Tella en el año 1965 cuyo título era “Nosotros afuera”. En 2014, en una galería de NY, bajo el título We, The Outsiders, Chus curó otra muestra donde también se incluía el huevo gigante, mejor construido que el original y tal vez no destinado a ser destruido por su propio autor. También allí acompañaba esta y otras dos piezas más pequeñas de Peralta Ramos, con algunos artistas de otras latitudes, del que ahora sólo queda el argentino Eduardo Navarro.
Poder acercarnos a la muestra del Malba es seguir algunas pautas textuales que se divulgan en la entrada a la misma y en un micro espacio dentro de la web del Malba que contiene sus reflexiones y argumentos, tales como:
“No piensen que esta exhibición intenta relacionar las obras a nivel formal o temático. Entre estos artistas no hay ningún tema explícito en común. Más aún, lo que motiva la exhibición y le da sentido a la selección de obras es un extraño ejercicio sobre la propia curaduría”, explica Chus Martínez
Pero en profundidad, de las lecturas que hay que hacer para poder acceder a un sentido, hay otros datos que, si bien es cierto no comunican obras entre sí como lo afirma la curadora, se abren a un espacio más amplio de argumentación. La idea de metabolizar que el título impone combinado con la era, promueve la noción de que estamos viviendo un conocimiento más osmótico que consciente, algo que según Martínez estaba en el plan creativo de Federico. De hecho Peralta Ramos fundó la religión Gánica, que básicamente consistía en “hacer siempre lo que uno tiene ganas” y cuyos mandamientos rezaban “creer en el gran despelote universal”, “no mandar”, “no endiosar nada”, “regalar dinero”. Y dentro de estos mandamientos, el azar estaba destinado a unir toda la argamasa.
Por ello, tal vez, en alguna parte del texto se enuncia que se buscan las formas no lineales de pensamiento, las relaciones corporales entre información y experiencia y la inocencia y el humor como armas de transformación. Esta enumeración hace posible pensar una relación que vincule lo que puede verse en el espacio del Malba.
El video Two dogs & Ball de William Wegman intenta describir la idea de concentración, “los dos perros, como el huevo, están concentrados en la propuesta que un humano les hizo: sigan esta pelota”. Por ello está exhibido justo atrás del mismo huevo que sobresale del espacio expositivo interior donde se pueden ver dos videos conectados del artista Marcelo Galindo que generan cierta curiosidad pues poseen una deriva extraña, en secuencias donde Chus se concentra en la mano, “que poseen dedos que tocan pantallas y que, en definitiva, mueve el mundo”. El sonido ambiente está saturado del audio del otro video, de Takeshi Murata, quien podría estar cerca del proyecto de Federico, en el sentido que Murata hace del error un plan estético.
Nada me dice acerca de Petra Cortright pero tal vez la inocencia sea un tipo de circulación de sentido entre las dos pantallas de video que combinan espacios bucólicos con chicas en poses de una sensualidad naif, como en uno donde el sonido de la vaca se mezcla con estas rubias y morenas danzantes. Aunque su obra se inscribe dentro del plan maestro sobre el ítem “cuerpo”.
El más cercano, potente y tal vez mejor relacionado a mi gusto con la obra de Federico, es Eduardo Navarro, su pieza consiste en una serie de sellos con letras que articulados producen esta relación con el lenguaje en los términos de sentido-sinsentido de lo que Federico hizo práctica virtuosa. Frases que acompañan la escalera donde estamos llegando al espacio expositivo. Y el humor más potente sería el de la obra de Wilfredo Prieto con su comparación de un equipo de telefonía móvil con un mango real.
El sitio amplía la tesis curatorial de Chus Martinez con diferentes ensayos sobre la era metabólica, materiales teóricos y referencias a artistas y pensadores presentes en su investigación. También se incluyen perfiles de cada uno de los artistas y sus obras en la exposición.
Está organizado bajo la forma de un mapa que muestra gráficamente la relación del huevo de Peralta Ramos con el hípervínculo, a través de la incorporación de palabras claves que se actualizan en tiempo real con cada búsqueda. El sitio irá creciendo, “metabolizando información”, durante el transcurso de la exposición.
"Por organismo vivo entendemos algo que está centrado en sí mismo,de suerte que todos sus elementos no estén ordenados según un fin tercero,sino que sirven a la propia autoconservación y vida del organismo.De un modo preciso Kant ha calificado eso como "finalidad sin fin",la cual es propia tanto de un organismo como de una obra de arte" Gadamer H."La actualidad de lo bello"
ResponderEliminarEs llamativo, que el 21 de mayo de 2009. haya empezado este blog, interrogándome sobre organismo y cuerpo.
Me resulta extraño que en este siglo XXI, se postulen tesis de Gadamer.
Meta-bolismo, me sugiere más allá del huevo. Más allá del principio del placer. más allá de la filosofía. Más allá del organismo-
En todo caso en un cuerpo de goce entretejido con el lenguaje-que me parece- aparece en Federico Peralta Ramos.
En la apreciación del arte no se trata de comprender,tampoco de un saber que comporte un conocimiento.Sí de una satisfacción de "la otra satisfacción"dirá Lacan que se satisface a nivel del inconsciente,en tanto ahí algo se dice y no se dice,si es verdad de que está estructurado como un lenguaje."Mis telas son las páginas de mi diario y como tales son válidas..."Picasso
Se trata de empezar a leer.
El azar une todo.
ResponderEliminar"Hacer del error mi plan estético."
Comienza Mujica Lainez su cuento "El vagamundo": "Llegó a Buenos Aires hace cuatro días, sólo cuatro días, y siente que no podrá quedar aquí mucho tiempo. El amor, su viejo enemigo, le acecha, le ronda, le olfatea, como un animal que se esconde pero cuya presencia adivina alrededor, con uñas, con ojos ardientes. (…) Su vida monstruosa ha sido eso: partir, partir, partir en cuanto el amor alumbra."[1] Manucho describe al judío errante mediante una suerte de punto de imposible: el amor; figura de errancia intemporal que Lacan vinculará en aquel seminario con la forclusión del Nombre del Padre. Sin embargo la cuestión, y en esto se advierte el alcance del texto de Vaschetto, no se agota allí, sino que en la línea del "nombrar para" que dice allí mismo Lacan, se presentan otras variantes del modo de amar así como maneras del psicoanálisis en la psicosis que desandan los caminos de las estabilizaciones y los anudamientos.
La segunda referencia es al "Pierre Menard, autor del Quijote" de J.L. Borges. Recordemos que aquí Borges propone el tema de una imposible y "total identificación con un autor determinado"[2]. No es el lugar este de un análisis del cuento sin embargo no estaría demás destacar que la estructura del relato apunta a lo que María del Carmen Rodriguez llama vertiente egocida en la obra borgeana, que da cuenta del Yo especular, destacando la fijeza del nombre y del sujeto como vacío.
No obstante, es importante recalar en algunos "pequeños detalles" a la hora de revisar el Pierre Menard. Por ejemplo; utiliza sólo dos letras mayúsculas iniciales en palabras que no son nombres propios, estas son: Error y Memoria. De la segunda tenemos una suerte de subversión en el relato al hacer a "la historia, madre de la verdad", asunto que la ubica del lado del medio-decir. Pero de la primera, no volvemos a encontrar referencias, ni siquiera por asociación. Es por ello que entiendo puedo sumar otro detalle, y es el índice anagramático en el nombre Pierre, cuya última sílaba remite directamente a la palabra "yerro" en francés: "erre". Recordemos el origen francés del nombre del autor y de muchos de los títulos de sus obras. Si esto es así, considero se puede leer todo el Pierre Menard como una gran perífrasis del "chavalier errant", en tanto que "errante" o "itinerante" como dice Lacan en su Seminario y remarca Emilio en su texto, salvando la etimología iterare que acerca el término a la repetición. En la misma dirección va la referencia de Borges al Bateau Ivre de Rimbaud, que destacan también Germán García y Gustavo Dessal en la presentación y el epílogo de "Los descarriados".
Es entonces que haciéndonos evidente el exilio respecto de la relación sexual, Emilio deja una suerte de brújula: "¿Qué nos orienta, o mejor qué no engaña en la errancia? El síntoma"[3]. Lo cual podemos poner en serie con aquella sugestión con la cual Lacan cerrara su seminario: "Pero eso es quizás en ese andar (erre) –ustedes saben esa cosa que tira allí cuando el navío se deja botar- que podremos apostar a encontrar lo real"[4], en contraposición a esa poca realidad, en apariencia tan segura de su norte, que es el fantasma.
www.-mexico.org
Se trta de la presentación del libro "los descarriados"
El cuerpo en el siglo XXI
ResponderEliminarRobert Redeler
El cuerpo nuevo fue un mito político prometeico del siglo XX. El cuerpo nuevo contemporáneo, el que invade nuestras pantallas, nuestras calles y nuestras playas, se edifica muy lejos de esos mitos. No se parece al cuerpo soñado por Pierre de Coubertin: el cuerpo totalitario deportivo. No recuerda el cuerpo inoxidable de los fascistas, los nazis, los estalinistas. El cuerpo del mito totalitario expresaba el triunfo de la voluntad política.
En su lugar apareció un cuerpo nuevo que nadie antes había imaginado. No es un cuerpo esculpido por la política. Su emblema no debe buscarse en la estatuaria política, sino en la publicidad, sus carteles, sus deportes, sus imperativos.
Publicidad, entendida como todo lo que se escenifica frente a un público en un espacio colectivo abierto (deporte, televisión, espectáculo, erotismo comercial, cine).
En la segunda mitad del siglo XX, los cuerpos escaparon del recinto religioso. Pasaron a estar bajo la custodia de la medicina. Esta mutación no habría sido posible sin el paso a una sociedad del valor de uso, en la cual se conservaban los mismos muebles y el mismo guardarropa toda la vida y los mismos zapatos, y en la cual se remendaban las medias, a la sociedad de consumo (que sólo puede ser una sociedad de abundancia en razón de ser previamente una sociedad de destrucción donde lo producido por el trabajo de los hombres aparece solamente para ser destruido).
El cuerpo nuevo es ante todo el cuerpo devenido ego.
Nuestra época se caracteriza por esa singularidad: inventó la identificación del yo y el cuerpo. Cada uno se piensa: "yo soy mi cuerpo". "No, mi cuerpo, ese papel, ese fuego", como escribió muy bien Michel Foucault, sino "mi cuerpo, mi yo; mi yo, mi cuerpo".
Tanto los fanáticos de los sitios de encuentros en Internet como los astros del fútbol y los exhibicionistas de las películas porno identifican su yo con su cuerpo. Todas las mujeres buscadas para las publicidades de cremas para frenar el envejecimiento, también. Igual que los hombres seducidos con los espejismos del Viagra.
En la televisión, la publicidad es el momento matricial: todos los programas, especialmente los más contundentes y prescriptivos, o sea el deporte, los espectáculos musicales y la pornografía, se traicionan fácilmente como subproductos de la publicidad. Es falso ver esos programas como atrapamoscas pensados para que el telespectador quede adherido a la publicidad.
La verdad es otra: estos programas son productos derivados de la publicidad, en la que reside la esencia de la televisión. Por ende, la transformación del hombre (el repliegue del yo hacia el cuerpo) es el modo de operar. En los momentos televisivos fuertes -deportes, espectáculos y pornografía- la gran obra de la transmutación colectiva del cuerpo en ego por la publicidad aparece en plena tarea. El deporte, la publicidad y la pornografía no son zonas secundarias de nuestra modernidad, simples divertimentos. Al no ser un simple espectáculo de los cuerpos tal como existen, son más bien el software programático del cuerpo humano futuro.
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Fuente: diario Clarín, Buenos Aires, Argentina, 23-VIII-2009.
Selección y destacados: S.R. Se puede consultar en este blog, con sus respectivos comentarios el 4 de mayo de 2011
ResponderEliminarEncuadernación: Tapa blanda
Editorial: PAIDOS IBERICA
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788475096797
6257 libro de Filosofía contemporánea
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RESUMEN DEL LIBRO Me gusta 0 ¡Valóralo!
En La actualidad de lo bello, Hans-Georg Gadamer establece las posibilidades de conexión entre el arte moderno y la tradición artística occidental. A partir de esta premisa el autor indaga en la historia de la cultura, poniendo de relieve la génesis de algunas nociones medulares de la reflexión estética. Las ideas de bellez a, arte y creatividad, analizadas en el contexto del pensamiento antiguo, sirven a Gadamer para esbozar un bosquejo histórico en el que se manifiesta el núcleo fundamentales alrededor del que gira el arte de Occidente. Reivindicando el interés filosófico de la experiencia estética, Gadamer utiliza una rigurosa instrumentación teórica en la que se hallan presentes las principales aportaciones filosóficas al problema del arte, desde Platón a Kant y desde Hegel a Heidegger. La actualidad de lo bello culmina con una incursión en la vertiente antropológica del arte: los conceptos de símbolo, juego y fiesta, reinterpretados por Gadamer en profundidad, le sirven para acabar defendiendo la unicidad de la función artística tanto en el marco de la tradición como en la modernidad. La actualidad de lo bello constituye una brillante síntesis del pensamiento estético de uno de los principales filósofos contemporáneos. La introducción ha corrido a cargo de Rafael Argullol, profesor titular de Estética en la Universidad de Barcelona.www.laactualidaddelobello.com
"Nosotros Afuera" en este blog el 9 de octubre de 2014. Pastela de Rodrigo Cañete.
ResponderEliminar"Metabolizando información" es un término que me remite al organismo de un viviente. No necesariamente de un humano. De hecho allí hay un vídeo de dos perros. Al humano lo que lo define como tal es la lengua, el lenguaje. Es porque hablamos y, por ese motivo; el ser humano yerra su goce. Se reproduce por un error.
ResponderEliminarRicardo Seldes lo dirá mejor:Y si hay algo que lo que no se sabe como hacer, eso nos orienta en la dimensión de lo real. Si el fin del goce está al margen de la reproducción y de la conservación de la vida, nos encontramos con la incumbencia de lo imposible de inscribir la relación sexual entre dos cuerpos de diferente sexo, la abertura por la que el mundo nos toma como partenaire.
Se trata entonces del cuerpo que habla en tanto que no logra reproducirse sino gracias a un malentendido de su goce. No se reproduce sino errando lo que quiere decir, y eso que quiere decir, no es sino su goce efectivo. Es la diferencia entre la vida y la verdad: una habla en la palabra y en el cuerpo y por eso no se sabe lo que se quiere, la otra no habla y desea transmitirse, durar, no terminar nunca. Los cuerpos de la especie humana están enfermos de la verdad. ¿Cómo encontrar una relación cierta con lo real?
Cuando nos abocamos a tratar sobre el cuerpo apuntamos a la noción de satisfacción. El hombre tiene un cuerpo afectado por el significante, que encuentra distintos tipos de satisfacción conocidas o desconocidas. El goce es el producto del encuentro azaroso del cuerpo con el significante, encuentro que mortifica el cuerpo pero al mismo tiempo recorta en la carne lo vivo que anima el mundo psíquico. Eso origina acontecimientos de cuerpo que no son simples hechos de cuerpo dado que producen un corte, un antes y un después: momentos memorables, trazos inolvidables, un advenimiento de goce, fijaciones que no cesan de exigir el cifrado simbólico del inconsciente. Se trata de un cuerpo que no habla, que goza en el silencio pulsional y que a la vez es con ese cuerpo que se habla, que el parlêtre usa para hablar. También para producir el síntoma analítico. Habrá que investigar cómo.
www.wapol.org