¿Quiénes y qué somos? ¡Admirable pregunta! A fuerza de contemplar los árboles me he convertido en un árbol y mis largos pies de árbol han cavado en el suelo anchos sacos de veneno altas ciudades de osamentas a fuerza de pensar en el Congo me he convertido en un Congo rumoroso de bosques y de ríos donde el látigo restalla como un gran estandarte el estandarte del profeta donde el agua hace Iikuala-Iikuala donde el relámpago de la cólera lanza su hacha verdosa y domina a los jabalíes de la putrefacción en el hermoso lindero violento de las ventanas de la nariz Al final del amanecer el sol tosiquea y escupe sus pulmones Al final del amanecer un pequeño tren de arena un pequeño tren de muselina un pequeño tren de granos de maíz Al final del amanecer un gran galope de polen un gran galope de un pequeño tren de muchachuelas un gran galope de colibríes un gran galope de dagas para desfondar el pecho de la tierra aduaneros ángeles que montáis ante las puertas de la espuma la guardia de las prohibiciones yo declaro mis crímenes y que no hay nada que decir en mi defensa. Danzas. Idolos. Relapso. Yo también He asesinado a Dios con mi pereza mis palabras mis gestos mis canciones obscenas He llevado plumas de loro pieles de gato almizclero He agotado la paciencia de los misioneros insultado a los bienhechores de la humanidad. He desafiado a Tiro. He desafiado a Sidón, He adorado el Zambeze. jLa magnitud de mi perversidad me confunde! ¿Mas por qué manigua impenetrable ocultar todavía el vivo cero de mi mendicidad y por un prurito de nobleza aprendida no entonelar el brinco horrible de mi fealdad pahuína? vum rooh oh vum roohoh para encantar a las serpientes para conjurar a los muertos vum roohoh para obligar a la lluvia a contrariar a las marejadas altas vum rooh oh para impedir que gire la sombra vum rooh oh que mis cielos se abran -yo en un camino, niño, masticando una raíz de caña de azúcar -arrastrado hombre en un camino sangriento con una cuerda en torno al cuello -de pie en medio de un circo luminoso, y con mi frente negra ceñida por una corona de daturas vum rooh oh volar más alto que el estremecimiento más alto que las brujas hacia otras estrellas exaltación feroz de bosques y de montañas desarraigadas en la hora en que nadie piensa en ello las islas atadas para mil años vum rooh oh para que vuelva el tiempo de promisión y el pájaro que sabía mi nombre y la mujer que tenía mil nombres de fuente de sol de lágrimas y sus cabellos de jaramugo y sus pasos mis climas y sus ojos mis estaciones y los días sin daño y las noches sin ofensa y las estrellas de confidencia y el viento de connivencia ¿Pero quién voltea mi voz? ¿Quién desuella mi voz hundiéndome en la garganta mil ganchos de bambú? Mil estacas de erizo. Eres tú sucio pedazo de mundo. Sucio pedazo de amanecer. Eres tú sucio odio. Eres tú peso del insulto y cien años de latigazos. Eres tú cien años de mi paciencia, cien años de mis desvelos justamente para no morir. rooh oh cantarnos las flores venenosas que estallan en praderas furibundas; los cielos de amor cortados de embolia; las mañanas epilépticas; el blanco abrazo de las arenas abismales, los descensos de pecios en las noches fulminadas por olores fieros.
...
mi negritud no es una piedra cuya sordera arremete contra el clamor del día mi negritud no es una mancha de agua muerta en el ojo muerto de la tierra mi negritud no es una torre ni una catedral se zambulle en la carne roja del suelo se zambulle en la carne ardiente del cielo agujerea el agobio opaco de su erguida paciencia. iEiá para el Kailcedrato real! Eiá para los que nunca han inventado nada para los que nunca han explorado nada para los que nunca han domado nada pero ellos se abandonan, sobrecogidos, a la esencia de todo ignorantes de las superficies pero embargados por el movimiento de todo despreocupados de domar, pero jugando el juego del mundo(...) Aimé Césaire- Retorno al país natal (fragmento)
¿Quiénes y qué somos?
ResponderEliminar¡Admirable pregunta!
A fuerza de contemplar los árboles me he convertido
en un árbol y mis largos pies
de árbol han cavado en el suelo anchos
sacos de veneno altas ciudades de osamentas
a fuerza de pensar en el Congo
me he convertido en un Congo rumoroso
de bosques y de ríos
donde el látigo restalla como un gran estandarte
el estandarte del profeta
donde el agua hace
Iikuala-Iikuala
donde el relámpago de la cólera lanza su hacha
verdosa y domina a los jabalíes de la putrefacción
en el hermoso lindero violento
de las ventanas de la nariz
Al final del amanecer el sol tosiquea
y escupe sus pulmones
Al final del amanecer
un pequeño tren de arena
un pequeño tren de muselina
un pequeño tren de granos de maíz
Al final del amanecer
un gran galope de polen
un gran galope de un pequeño tren de
muchachuelas
un gran galope de colibríes
un gran galope de dagas para desfondar
el pecho de la tierra
aduaneros ángeles que montáis ante las puertas
de la espuma la guardia de las prohibiciones
yo declaro mis crímenes y que no hay nada que decir
en mi defensa.
Danzas. Idolos. Relapso. Yo también
He asesinado a Dios con mi pereza
mis palabras mis gestos mis canciones
obscenas
He llevado plumas de loro
pieles de gato almizclero
He agotado la paciencia de los misioneros
insultado a los bienhechores de la humanidad.
He desafiado a Tiro. He desafiado a Sidón,
He adorado el Zambeze.
jLa magnitud de mi perversidad me confunde!
¿Mas por qué manigua impenetrable
ocultar todavía el vivo cero de mi mendicidad
y por un prurito de nobleza aprendida
no entonelar el brinco horrible de mi
fealdad pahuína?
vum rooh oh
vum roohoh
para encantar a las serpientes
para conjurar a los muertos
vum roohoh
para obligar a la lluvia a contrariar
a las marejadas altas
vum rooh oh
para impedir que gire la sombra
vum rooh oh que mis cielos
se abran
-yo en un camino, niño, masticando
una raíz de caña de azúcar
-arrastrado hombre en un camino sangriento
con una cuerda en torno al cuello
-de pie en medio de un circo luminoso,
y con mi frente negra ceñida por una corona
de daturas
vum rooh oh
volar
más alto que el estremecimiento más alto
que las brujas hacia otras estrellas
exaltación feroz de bosques y
de montañas desarraigadas en la hora
en que nadie piensa en ello
las islas atadas para mil años
vum rooh oh
para que vuelva el tiempo de promisión
y el pájaro que sabía mi nombre
y la mujer que tenía mil nombres
de fuente de sol de lágrimas
y sus cabellos de jaramugo
y sus pasos mis climas
y sus ojos mis estaciones
y los días sin daño
y las noches sin ofensa
y las estrellas de confidencia
y el viento de connivencia
¿Pero quién voltea mi voz? ¿Quién desuella
mi voz hundiéndome en la garganta
mil ganchos de bambú? Mil
estacas de erizo. Eres tú sucio pedazo
de mundo. Sucio pedazo de amanecer.
Eres tú sucio odio. Eres tú peso
del insulto y cien años de latigazos.
Eres tú cien años de mi paciencia,
cien años de mis desvelos
justamente para no morir.
rooh oh
cantarnos las flores venenosas
que estallan en praderas furibundas;
los cielos de amor cortados de embolia;
las mañanas epilépticas; el blanco abrazo
de las arenas abismales, los descensos
de pecios en las noches fulminadas
por olores fieros.
...
mi negritud no es una piedra cuya sordera arremete
contra el clamor del día
mi negritud no es una mancha de agua muerta
en el ojo muerto de la tierra
mi negritud no es una torre ni una catedral
se zambulle en la carne roja del suelo
se zambulle en la carne ardiente del cielo
agujerea el agobio opaco de su erguida paciencia.
iEiá para el Kailcedrato real!
Eiá para los que nunca han inventado nada
para los que nunca han explorado nada
para los que nunca han domado nada
pero ellos se abandonan, sobrecogidos, a la esencia
de todo
ignorantes de las superficies pero embargados por el
movimiento de todo
despreocupados de domar, pero jugando el juego del
mundo(...)
Aimé Césaire- Retorno al país natal (fragmento)