sábado, 7 de mayo de 2016

MAGRITTE . documental del artista surrealista

 La Gran Guerra. 1064- La llave de los sueños, 1930

4 comentarios:

  1. René Magritte, en este blog el 19 de junio de 2011.
    21 y 22 de junio de 2011-

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  2. El giro lingüístico, así como la Vanguardia Artística que funda, implica corregir la manera corriente de ver, de crear, de conocer. Así se renuncia a describir y saber un mundo externo, que algún día revelará su verdad al hombre, y se asume que el lenguaje determina al mundo, y no sólo lo determina sino lo que funda, y no a un mundo sino a incontables.

    Así la mirada de Magritte que se hace visible en las imágenes de su pintura también implica un cambio de lo que él llama la pensée coutoumière y le bon sens , los mismos que pasan sin VER al árbol y lo transforman en un símbolo de consideraciones hortícolas.

    Magritte desafía por lo tanto el sentido común para obligar a VER lo invisible que él puede captar a través de la libertad de su pensamiento y transmite en su pintura.

    Esta subversión de la costumbre, que introduce aparentes equívocos, puede ocurrir de distintas formas:

    • El nombre es "incorrecto" en relación con el objeto.

    • El objeto es "incorrecto" en relación con el nombre.

    • La imagen, del objeto o de su nombre, puede ser "incorrecta" en relación con el objeto.

    Sin embargo, la sorpresa que provocan estos aparentes "errores" desde la visión del sentido común o el consenso, no es el efecto primordial que busca Magritte. Su intención es un acceso a la visibilidad pensada, para lo cual la mirada debe reconocerse a sí misma y volcarse en la visión pura, la única capaz de obtener una lección práctica sobre la relación entre palabra y objeto.

    Conclusión

    Magritte, como pintor vanguardista, asume el giro lingüístico como forma de liberarse de la obligación de ser un espejo de la realidad empírica. Su obra refleja esta posición filosófica, lo que se confirma en sus escritos. Ellos son trasunto de su pensamiento, reflejo de lo invisible que está oculto por el mundo perceptible, una fascinación y un cuestionamiento de las palabras como constructoras de mundos y una contradicción al pensamiento común, que concibe al lenguaje sólo como un servidor del universo tangible. El lenguaje y la imagen tienen valor en sí mismos. Por esto, toda interpretación de Magritte es antojadiza y, por lo demás, innecesaria.
    web.upla.cl

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  3. Magritte quiere remarcar esta independencia de signos con objetos, lo que queda en evidencia en el cuadro de 1930 "La clef des songes" (La llave de los sueños), donde bajo al dibujo de un huevo, se lee “la acacia”; bajo un zapato, “la luna”; debajo de un sombrero, “la nieve”; junto a la vela, “el techo”; cerca del vaso, “la tormenta”; por debajo de un martillo, “el desierto”. Aquí la imagen de los objetos no coincide con el nombre escrito de ellos, al menos en el sentido usual. Sin embargo, esta postura no quiere decir que fortuitamente, a veces, imagen y nombre puedan coincidir.
    Por eso, en otra versión del mismo cuadro también pintada en 1930 y en otra escrita en inglés en 1936, la esponja coincide con “ la esponja” y la maleta con “ la maleta”.

    Esto también se hace patente en la forma de titular de Magritte, que en apariencia no establece una relación con los objetos que habitan sus obras, pero sí alude a la mirada del autor y tiene sentido en el mundo nuevo que funda a través de su manera propia de usar el lenguaje. Por ejemplo, el cuadro con la mujer del bouquet en el rostro se llama "La Gran Guerra" (1964).

    c) La indiferencia semántica del pensamiento

    “Se trata la mayor parte del tiempo de destruir las imágenes que pinto pretendiendo "interpretarlas". Se interpreta por ejemplo una nube que yo pinto diciendo que es un caballo, una explosión atómica u otra cosa. O bien se encuentra "la expresión" de un sentimiento, lo que significa que la imagen no presenta ningún interés por sí misma y que le hace falta recurrir a una interpretación” (Magritte en 1960). ( 1979, pp.597-598 ) Magritte decía que sus cuadros tenían valor sólo si los objetos que representan se resisten a las interpretaciones por símbolos o por otras explicaciones. (1958) ( Magritte, 1979, p.472 ) Su única preocupación era que las cosas a través de la imagen puedan “revelarse despojadas de todos los sentidos prácticos que las esconden a nuestro espíritu” (1953). (Magritte, 1979, p.343)

    Más allá, para Magritte sus cuadros debían escaparse al juicio de la razón, y también al del absurdo, porque “lo que es necesario pintar escapa, así como el universo, a una justificación absoluta” (Magritte, 1979, p.701)

    Así, Magritte puebla su universo con elementos típicos de su obra: cielos, nubes, montañas, mar y playas, puertas, ventanas. Son objetos familiares, pero a la vez desconocidos, porque no están pintados para representarlos, sino, por el contrario, para "hacerlos ver por primera vez en nuestra vida".

    d) Imagen de lo invisible

    "Es raro VER lo que uno mira y saber que no tiene nada necesario de aprender. Parece que uno renuncia a VER, uno pasa sin VER y vuelve a caer en la actividad explicativa del pensamiento acostumbrado: si por ejemplo uno VE un árbol, lo pierde de vista sustituyéndolo por un símbolo, consideraciones hortícolas o topográficas, el atractivo que puede presentar, et
    Asumiendo el giro lingüístico, las imágenes de Magritte no pueden ser esclavas del mundo sensible, externo, que comúnmente llamamos "real". Sin embargo, en sus cuadros nos encontramos con objetos cotidianos, que en sus formas están reproducidos en forma figurativa, tanto que no cabría duda de que vemos nubes, palomas, sombreros y pipas, aunque la leyenda diga lo contrario.

    Ya propusimos que es el orden en el que se disponen estos objetos donde está el misterio y donde Magritte, lejos de copiar lo circundante, funda su mundo paralelo, regido sólo por su pensamiento libre.

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  4. Magritte, en este blog, el 26 y 27 de junio de 2011.

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